La calvicie siempre ha preocupado a la mayoría de los hombres. Por eso, muchos han pagado hasta lo que no tienen por un trasplante capilar.
Pero ahora, algunos comienzan a optar por una nueva solución mucho más barata y permanente: tatuarse pelos en el cuero cabelludo.
Claro que no se trata de una tupida cabellera. La técnica consiste en raparse y marcar con tintas unos pequeños puntos en la cabeza que simulan pelitos recién cortados. Y hay pigmentos para todos los gustos: rubio, rojo, gris.