En Praga, los pasajeros podrán saber cuándo un taxista les está robando, y hasta mandarlo a prisión. Una empresa checa desarrolló una aplicación para celulares, que utiliza el GPS (sistema de posicionamiento global) para medir la distancia y calcular la tarifa adecuada, y tiene además una aplicación adicional para denunciar a los conductores tramposos. Con el nuevo invento, se espera que los estafadores dejen de utilizar contadores que cargan tarifas ilegales muy altas, o que algún que otro chofer extremista, como ya ha sucedido, coloque cables en los asientos para poder dar descargas eléctricas a cualquier pasajero «problemático».