Cuando de inventar concursos se trata, la imaginación no tiene límites. Así sucede en un pueblo de Francia donde se celebra un peculiar campeonato, en el que varios participantes compiten por el mejor «chillido» de cerdo. La competencia convoca a cientos de franceses a que no solo demuestren que pueden imitar a la perfección el sonido del puerquito, sino que, como otra condición para participar, deben ir disfrazados y actuar como estos animales por unos cuantos minutos. Quizás algunos no necesiten ni entrenamiento.