Quiso convertirse en caco y se fue a su primer «trabajo». Muy mala suerte tuvo Dadiv Holyoak, quien cumple tres años y medio de condena en una penitenciaría británica… ¡por feo! En realidad, el «bueno» de Shrek (así lo llaman sus amigos) participó en un atraco a un banco, cuyos empleados quedaron más espantados por sus rasgos faciales que por el arma con que los amenazaba. A la policía le bastó una descripción de su rostro y sus orejas ponerlo tras las rejas.