A cualquiera se le pasan las ganas o se le acrecientan. Pero más aún si resulta catapultado del inodoro de su casa por un auto que impactó contra esta. Semejante atropello le aconteció a un neozelandés de Christchurch, quien se pegó el susto de su vida, y acaso resolvió cualquier «estreñimiento», al ver el vehículo agresor estacionado en su baño. La policía explicó que el coche fue parqueado con el freno de mano colocado por la mitad, por lo cual se deslizó cuesta abajo a través de la vía hasta la casa del damnificado, quien según consignó el reporte estaba en el momento y el lugar equivocados. ¡Hum, menudo laxante! Al pie de la letra, ¿no?
Literalmente. Un serbio se compró una sierra eléctrica y cortó todas sus pertenencias por la mitad, luego de que un tribunal le ordenó entregarle esa cantidad a su esposa como parte del divorcio. Branko Zivkov, un granjero de 76 años, estaba dispuesto a darle a Vukadinka la mitad de todo cuanto ganaron durante 45 años de matrimonio. Pero se enfureció tanto, cuando le exigieron que también entraba su equipo agrícola, que decidió cumplir con total exactitud el veredicto: dividió, justo al medio, todas sus máquinas y herramientas, incluyendo una balanza para ganado, una segadora y una sembradora. ¡Qué clase de tipo!
IroníaEl colmo de los colmos. El lanzamiento de un centro de prevención de la delincuencia en un pueblo austríaco debió ser suspendido porque el edificio fue robado. No el contenido... ¡el edificio! En la localidad de Traismauer, la construcción prefabricada ya estaba lista para empezar a ensamblarse, pero al arribo de los trabajadores, estos comprobaron atónitos que todo el material había desaparecido. Una ola de vandalismos, robos y hurtos juveniles azota el lugar, lo que preocupa a las autoridades locales. Precisamente, según declaró el alcalde Johann Gorth, por eso habían planeado utilizar el nuevo centro de prevención como punto para darles tareas «constructivas» a los jóvenes. ¡Vayan si son precoces estos cacos!