Kike es un convencido de que todos los creadores tienen que aportar a la identidad de la nación. Autor: Jorge Alberto Piñero (JAPE) Publicado: 09/09/2024 | 10:51 pm
El Teatro Martí, para algunos especialistas y estudiosos considerado como «el máximo recinto de la vida en la expresión artística, cultural y de las bellas artes del pueblo cubano, a lo largo de la historia», y que años atrás alcanzó gran popularidad por la presentación de aplaudidas obras del teatro bufo y vernáculo cubano, y la presencia de grandes actores de excelente dominio en la comedia y el costumbrismo, anuncia la puesta del espectáculo Sinfonía con de nada, a cargo del reconocido actor y humorista Luis Enrique Amador Quiñones, conocido por todos como Kike Quiñones.
Luego de muchos años sin que el vetusto espacio cultural acogiera a un humorista en su escena, nuestro querido amigo, quien también funge como decano de la Facultad de Arte Teatral de la Universidad de las Artes (ISA), accede a conversar con Juventud Rebelde sobre este acontecimiento en el humor cubano, y sobre el riguroso trabajo que lo llevó a las tablas del legendario teatro habanero:
—Quienes saben de tus responsabilidades en el ISA se quedan perplejos con tu trabajo y se cuestionan: ¿Cómo haces para cumplir con tu cargo en esa institución y no dejar de hacer buen humor en la escena cubana?
—Es muy complicado llevar adelante tamaña responsabilidad, y además mi carrera como actor dentro y fuera del humor. Pero todo bien planificado y con un equipo de trabajo enfocado y con deseos de ayudarte a avanzar, son elementos indispensables si quieres tener resultados. El ISA es muy importante ahora mismo en mi trabajo y mi formación, aprendo todos los días más de lo que aporto, pero he logrado armonizar un grupo de procesos medulares en la facultad de arte teatral y en la universidad en general.
—Tu desarrollo profesional, más allá de la escena, se ha basado principalmente en el estudio y defensa del humor en el teatro cubano de todos los tiempos, y como importante evento cultural identitario de nuestra nación. ¿Por qué priorizas estas temáticas en tus conferencias e investigaciones?
—Todos los creadores tenemos la responsabilidad de aportar a la defensa de valores identitarios fundamentales en nuestra propia subsistencia como nación. Hay en el humor escénico contemporáneo cubano muchos valores que perpetúan nuestro pensamiento nacional, toda vez que somos herederos de una tradición descolonizadora extraordinaria.
«Pero estos valores que refiero no han sido visibilizados, ni ponderados en su justa medida. Hay mucho que mostrar desde esa manera de
representación y mucho que aprender por parte de los públicos y los cultores, porque de lo contrario estaríamos condenados a desaparecer como gremio, lo cual sería imperdonable».
—Luego de algún tiempo trabajando el unipersonal en tu obra, recurres al trabajo musical, y además con orquestas sinfónicas, un profundo y laborioso trabajo de interpretación e intercambio con otras figuras (actores y músicos) en la escena. ¿Sientes mayor atracción por este tipo de puestas y elaboración artística?
—Creo que es una etapa creativa que estaba tocando mi puerta hace mucho tiempo y lo postergué por varias razones. Yo había hecho ciertos acercamientos a este tipo de proyectos. De hecho, allá en Pinar del Río, con el grupo que comencé en los noventa, hicimos un espectáculo con la sinfónica del lírico Ernesto Lecuona,
pero ni por asomo llegaba a este nivel de madurez y complejidad. Entonces este tipo de obra llega en un momento que siento estar mejor preparado. Pero no significa que renuncie a mi manera tradicional de defender el humor escénico».
—Recuerdo que el querido maestro Octavio Rodríguez (Churrisco) señaló que el espectáculo Reír es cosa muy seria, debió estrenarse en el Teatro Martí… El genial Enrique Núñez Rodríguez soñó con volver a ver al Martí «sonando» una buena comedia. Muchos años después logras estar en dicha cartelera…
—Tener el privilegio de poner el primer espectáculo humorístico de los últimos 60 años en el espacio donde reinó el imperio del vernáculo cubano es un regalo que no me esperaba. Recuerdo que muchos apostaban porque fuera Reír es cosa muy seria el espectáculo que descorriera las cortinas del Martí en el 2014, desgraciadamente no fue así, y diez años después logramos poner Sinfonía con de nada y casualmente dentro del espectáculo hay un fragmento de Reír…, por lo que será una manera de reconocer esa puesta y a través de ella a Churrisco, Leopoldo Fernández, Candita Quintana, Blanquita Becerra, Natalia Herrera y a todos los grandes del vernáculo cubano del cuál, como te dije anteriormente, somos herederos».
—¿Crees que el humor cubano, el que se hace en los teatros actualmente, esté listo para asumir una cartelera de nivel en este espacio, tal como la historia contempló tantos años atrás? ¿Cuál sería tu propuesta al respecto?
—Habría que replantearse muchas cosas y trabajar para ese espacio. No podemos pretender hacer en un espacio tan sagrado para la cultura cubana las mismas propuestas que ahora encontramos en muchos lugares. Creadores talentosos tenemos, solo falta poner manos a la obra y que se dispongan los espacios y las curadurías correspondientes para dignificar la memoria de tantos eminentes creadores.
Sinfonía con de nada se presentará los días 13, 14 y 15 de septiembre, viernes y sábado a las 7:00 pm. y el domingo 5:00 pm. Junto al reconocido actor Kike Quiñones, estarán los también populares humoristas Michel Pentón y Luis Ángel Batista, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de las Artes, todos bajo la dirección musical de Javier Millet… y otras sorpresas.