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Las huellas que deja una serie

Con la temporada de verano de Tras la Huella, la televisión rinde tributo al aniversario 63 del Ministerio del Interior, celebrado recientemente. Juventud Rebelde se une al homenaje con un acercamiento a algunos de los hacedores de la serie

Autor:

Margarita Barrios

Al cubano le gusta el policiaco. La tradición de este tipo de espacio en la televisión se remonta muchos años atrás, y Tras la Huella, que se acerca a su 20 cumpleaños, ha heredado un público formado a partir de series anteriores, al cual se van sumando los más jóvenes, que también lo disfrutan y siguen.

Una nueva temporada viene a llenar el vacío del necesario entretenimiento de la noche de domingo y estará en pantalla hasta el 25 de agosto. Aunque en el ranking de la televisión cubana ese serial ocupa uno de los primeros lugares, no son pocos quienes esperan más acción, otros temas y hasta sorprendentes efectos especiales.

Lo cierto es que la serie debe competir en el imaginario popular contra otras que, con facturas económicamente muy altas y objetivos comerciales, llegan también a la teleaudiencia cubana. Pero esta —no se puede negar— tiene la impronta de nuestro país, donde no existe la crónica roja en los medios de comunicación y por ello no deja de estar entre las preferidas de muchos.

«No debemos confiarnos en ese público que tenemos, ni en el ranking de teleaudiencia que nos coloca en un buen lugar. Hemos de seguir trabajando para continuar complaciendo al público. No podemos estar conformes. En esta temporada van a ver algunas diferencias con respecto a anteriores, pero puede ser mejor», aseguró Iris Pérez, actriz, escritora y directora, quien asume la difícil tarea de ser asesora de dramaturgia del policiaco.

«Cuando se recibe el caso original necesitamos encontrar la parte del espectáculo, algo atractivo. Eso era un defecto del espacio: había muchos personajes pero faltaba la anécdota. Más que tratar un caso específico, es presentar la tipología del delito. Trabajamos contrarreloj. Me gustaría tener más tiempo, adelantar trabajo para contar con un año para sentarnos y analizar los guiones. Ese es mi sueño», subrayó.

Teniente coronel (r) Pastor Rodríguez, uno de los asesores de la serie.  Foto: Margarita Barrios

El teniente coronel (r) Pastor Rodríguez es uno de los cuatro asesores que supervisan desde el punto de vista militar la filmación. «Nuestra serie es más educativa que sensacionalista. Esa es una característica que hemos mantenido a través de los años y a veces tenemos que pedirle al escritor que reformule la escena, porque no está acorde con los requerimientos policiales», explicó.

En este sentido Iris recuerda que es ficción basada en hechos reales y esto fundamentalmente se hace para proteger la privacidad de las víctimas. «Los guionistas pueden recrear a su manera, ir más a lo social que a lo policial; eso lo hago cuando escribo».

Añade que tratan de «profundizar en las razones por las cuales se comete el delito, enseñar a la población cómo ser más precavido, cómo en el actuar de la familia se puede proteger mejor al anciano, vigilar la conducta del niño para que no caiga en algo indebido. Pienso que en ese sentido podemos lograr mucho más».

—Sin embargo, hay televidentes que reclaman más acción…

—Nuestro policiaco no es al estilo «negro» de las series estadounidenses. Hay que poner la acción que lleva el caso, pero si son delitos económicos, por ejemplo, no funciona así. Es diferente, quizá sea otro género, pero cuando es necesario poner acción no lo obviamos, apuntó Iris.

En tal sentido Pastor recordó la detención realizada en el capítulo Doble cambio, de la temporada anterior. «Por el trabajo que realizaba antes, me identifico mucho con los oficiales operativos. Lo hicimos con mucho cuidado, con acción, sin exageraciones, y mostramos la peligrosidad que puede desatar un transgresor de la ley cuando se ve atrapado», precisó.

Pero, ¿qué piensan los actores con respecto a la necesidad de más o menos acción? Para Omar Alí (teniente coronel Silvio), lo más importante es que Tras la Huella no se aparte nunca de la situación que vive nuestra sociedad. «El espacio tiene una misión específica. Que los personajes tengan
amantes, niños ingresados, problemas personales, para eso está la telenovela.

«No quiere decir que no sea posible colocar esos matices, pero sin exagerar. Lo importante es ser más profundos en las razones que provocan el delito, argumentos que son necesarios tocar, como la corrupción», afirmó.

Maikel Amelia Reyes (mayor Lucía) asegura que hay una evolución en estos nuevos episodios. «Tenemos un equipo de directores que son de alta valía: Noemí Cartaya, José Víctor Herrera, Rolando Chiong y Eduardo Consuega, que están tratando de que Tras la Huella gane más desde el punto de vista artístico.

«También los asesores están acompañando los rodajes y son más flexibles. Podemos hacer más cosas que respondan al mundo del entretenimiento y con ello dejamos mejores mensajes. Mientras más difícil sea atrapar a quien comete el delito, más inteligente y fuerte es quien lo logra.

«Los escritores debemos sentarnos todos juntos, analizar, buscar los mejores caminos. Todo en la vida es una progresión, siempre evolucionamos y los tiempos cambian, la vida cambia. Quienes vieron hace 20 años los primeros capítulos hoy no son los mismos, y están los más jóvenes, que tienen otros códigos.

Preparando el estudio. Fotos: Ernesto Sisso Acosta

«Yo quisiera como actriz desplegar otros matices y emociones. Eso enriquece la puesta en escena y hace que el público sienta que somos de carne y hueso y mientras más lo vean así, mejor van a entender cuánto sacrificio entraña para esos oficiales y sus familias que puedan cumplir con su deber», subrayó.

Temporada por dentro

El asesor Rodríguez detalló que la nueva temporada contará con 13 capítulos, aunque algunas de las puestas se extienden a más de uno. Por ejemplo, la que abrió la temporada, titulada Tráfico, cuenta con cuatro de ellos.

«Tráfico internacional de drogas y de personas, robo con fuerza y con violencia, asesinato y delitos informáticos (que es lo más novedoso) son las temáticas principales que se abordan en esta temporada de verano. Entre las novedades están también nuevas actuaciones en el equipo de trabajo, como son el perito Adrián y Carlos Solar en el papel del oficial operativo Juan, de conjunto con Julio.

«También la actriz Yura López interpreta a la capitana Aida. Es una investigadora criminalista de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), con lo cual saldamos una deuda, pues no teníamos a nadie que vistiera ese uniforme. Siempre se esperan actuaciones de destacadas figuras que asumen roles ocasionales en los capítulos. En esta temporada participan, entre otros, Adriana Álvarez, Jorge Treto, Aramís Delgado, Félix Beatón y Enrique Bueno».

Para Pastor, la posibilidad de trabajar como asesor le llena de satisfacción. Asegura que equivale a «seguir sintiéndome útil, aportar los conocimientos que adquirí durante casi 40 años de trabajo. No niego que siempre hay un poco de nostalgia cuando asisto a las filmaciones —sobre todo cuando veo el actuar de Julio, que asume el rol de oficial operativo, en el cual yo me desempeñaba—, pero lo más importante es acompañar al equipo y que mi pequeño aporte permita que las cosas salgan mejor», expresó.

Entre las novedades de esta temporada está el capitán Adrián García (capitán Adrián), quien es perito en la vida real y funge como tal en la serie. Aunque él ya tuvo una aparición en la temporada de diciembre último, en el capítulo Falsas impresiones, ahora su personaje toma mayor participación.

«Al principio estaba un poco tenso. Siempre me gustó la actuación y tenía alguna experiencia dentro de un grupo de artistas aficionados, pero no es igual. A medida que he ido trabajando me voy sintiendo más cómodo. El equipo me ayuda siempre, los directores y la práctica lo hacen todo.

Cuidar cada detalle. Fotos: Ernesto Sisso Acosta

«Yo soy perito en la vida real y eso es un compromiso superior, pues los otros tres que actúan en la serie son actores profesionales. Si uno de ellos no hace bien un proceder, pues no recibirán la crítica que me harán mis propios compañeros —afirma con una sonrisa—. Aunque tengo los conocimientos la cámara es la cámara y los nervios te pueden hacer errar.

«Cuando empecé era más bien relleno en alguna escena, ahora ya intervengo en las reuniones del equipo en la oficina de Silvio; es decir, hablo, tengo escenas trabajando en el lugar del hecho y mi desempeño ha gustado. Ojalá pueda abrirme camino en la actuación, porque me gusta», destacó.

Laura Delgado viene del teatro. Algunos la recuerdan del Hubert de Blanck en el papel de la Julieta de William Shakespeare o la Laurencia de Fuenteovejuna, del español Lope de Vega, pero la primer teniente Ana es otra cosa. Dueña de la computadora de Tras la huella, es la especialista en Inteligencia Criminal, un trabajo para respetar.

«Es una labor muy compleja. Tengo una amiga que es teniente coronel y se dedica al peritaje, lo cual está muy cerca de esa labor. Ella fue quien me preparó para entender esa especialidad, a veces subestimada. Porque no es solo encontrar fichas, sino entrelazar datos. En el argot del trabajo les llaman “las arañas”, ya que en la medida en que se encuentran evidencias se crean las hipótesis y hay que hacer que coincidan, aprobar o no esas teorías que se gestan en el análisis del caso.

«Es una especialidad linda, hay que pensar y razonar mucho. La computadora no es mágica, es preciso un especialista que reflexione, analice y apoye con la evidencia todas esas teorías que se van gestando. Las personas que ejercen esa labor en la vida real son genios, muy inteligentes, pero yo creé el personaje desde la humildad, con el sello de que está trabajando para los demás, apoyando la labor del equipo y en bien de la sociedad.

«Como persona me aporta, me da lecciones, sobre todo a partir de los casos. En Tras la Huella hay un buen ambiente de trabajo aunque no olvido el teatro, que lo adoro. Sentirte bien en un colectivo laboral en estos tiempos a veces es difícil y funcionamos como un equipo. En esta temporada mi personaje asume también otras tareas, a lo mejor hay sorpresas», afirma sonriente.

Inspiración verdadera

Los oficiales operativos tienen virtudes y defectos, problemas personales, son personas comunes que asumen esa función. Así sucede cuando conversas, por ejemplo, con Leonardo Benítez, quien asegura que «desde que asumí el personaje del mayor Julio me dediqué a crearlo como un ser humano: un policía, pero que tiene familia, problemas, se puede acalorar…

«En un equipo de trabajo pueden haber diferencias, como mismo las hay en la familia. Se discute y se supera. En el caso del personaje que interpreto gusta porque siento el cariño de la gente y de los niños que me saludan cuando voy por la calle. Eso me hace sentir bien, feliz de hacer este trabajo», subrayó.

Algo similar asegura Maikel Amelia Reyes, pues recuerda que, cuando comenzó a elaborar el personaje, algo que tuvo que hacer de manera muy apresurada —inició un domingo para empezar un martes— conoció a la teniente coronel Yoanka, de 100 y Aldabó, quien la ayudó a entender cómo es la vida de un instructor policial y cuánto sacrificio hay que hacer para lograr esa tranquilidad en las calles, cuestión que todos apreciamos y necesitamos.

«La mayor Lucía es representación de varias mujeres. Es un poco inspiración en la fortaleza de mi madre, tiene su base en mis ancestros, pues mi tatarabuela estuvo en la manigua luchando junto a su esposo mambí. Esa herencia familiar hace que, por encima de todo, prevalezca en mi personaje el interés por la justicia, el deseo de que se hagan las cosas bien.

«Además de graduada de Derecho defendí que fuera sicóloga— recuerda Maikel Amelia—. Le agregué esa especialidad porque me interesa ese mundo interior de los seres humanos y eso es algo muy importante a la hora de llevar adelante el trabajo de la instrucción policial.

«Más allá de lo humano es preciso valorar dentro de cada situación el impacto del hecho. Luchar contra los delitos implica eliminar una situación que está dañando a otras personas. Sin embargo, pienso que el personaje de Lucía podría evolucionar y explotar más sus conocimientos de sicología. En general todos los personajes podrían seguir desarrollándose a partir de los nuevos guiones», argumentó.

Mientras, en esta nueva temporada, el teniente coronel Silvio sigue al frente del equipo, aunque Alí ha estado ocupado en los últimos tiempos en la dirección de un filme y está dispuesto también a escribir para Tras la Huella si es nuevamente convocado para ello.

«Para crear mi personaje tuve que hacer una transición, lo cual implicó un fenómeno de actuación. Como Silvio era oficial operativo tenía un carácter relajado, dicharachero, cubano de la calle, se movía dentro del mundo de la gente, de la Cuba más popular, y entonces de pronto por circunstancias del proyecto, pasó a ser jefe del grupo.

«La tradición del jefe en este programa es que sea fuerte, de voz profunda, y yo no soy así. Además, siempre tuve una cosa clara, Silvio es Silvio y su personalidad no podía cambiar porque estaría traicionando a mi propio personaje.

«Así que manda, da órdenes, pero sigue con sus características, con la esencia popular que tiene. Hay quien lo acepta y quien añora ese otro tipo de jefe que está enmarcado en un cuadro, pero ese no soy yo», afirmó.

Toca ahora a la teleaudiencia hacer su juicio, pero de seguro las noches de domingo estarán animadas mientras el aguerrido equipo de Tras la Huella continuará preparándose para iniciar desde ya las filmaciones de la temporada de invierno.

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