La noticia Autor: Adán Iglesias Publicado: 09/04/2022 | 09:02 pm
Hola, queridos televidentes, reportamos hoy desde Coco Alto, al sur de la más intrincada zona montañosa de la región central, tierra de desmochadores de palma, frondosa y tupida vegetación de vivos y variados tonos verdes, que dan al paisaje aparente composición cual fresco incrustado en el cielo azul, o de ese maravilloso óleo nacido del pincel de algunos de los acuarelistas de esta zona, pródiga también en artistas forjados en nuestras fecundas escuelas de arte.
Coco Alto es noticia esta vez, más allá del sonido de las mochas desgajando las múltiples ramas cuajadas de palmiche, que parecen aferrarse a la garganta de estas esbeltas lilopsidas, llamadas científicamente Roystonea regia, más conocidas, de manera popular, como palma real. Esta especie, oriunda de nuestros campos y otros lares de Centroamérica y el Caribe, es una variedad de palma que se ha convertido en uno de los árboles ornamentales más comunes en los trópicos. Además es simbólica imagen de la campiña cubana, y se reconoce como el árbol nacional.
Nos encontramos aquí, en Coco Alto, para hacerles partícipes de un hecho que trasciende la hermosura de estos parajes, y la aparente inalcanzable altura de la Alabbi, voz yorubá, con la que fue bautizada la palma real. Religión que profesaban muchos de los esclavos que pernoctaban en los cafetales diseminados por estos campos altos, y que formaron parte, tras su liberación, de epopéyicas gestas en nuestras luchas libertarias.
La palma real está considerada el trono de Shangó, y que también rinde culto a Oyá, dueña de los vientos y centellas, deidades que sincretizan respectivamente con Santa Bárbara, reina de los rayos, y la Virgen de la Candelaria.
Coco Alto, a solo 47 kilómetros de la provincia cabecera, se erige en esta alborada, una vez más, como sitial de proezas laborales, a las que ya nos tienen acostumbrados los hombres y mujeres de la invencible localidad, desde la que hemos transmitido en esta jubilosa mañana. Tenga usted muy buenos días y hasta un próximo encuentro con ¡La noticia!
……
De atrás de las cámaras sale, notablemente perturbado, el coordinador. Todavía a la escucha de su teléfono pregunta:
—¡Periodista, periodista!... ¡¿Y la noticia?!