El artista matancero Jesús Alberto Mederos Martínez trabaja por embellecer la ciudad de Matanzas en su 325 aniversario. Autor: Hugo García Publicado: 22/05/2018 | 11:01 pm
Matanzas.— Jesús Alberto Mederos Martínez lleva varios días, junto a un grupo de jóvenes, enrumbando una pintura mural de alrededor de 40 metros. Primero dibujó el boceto a lápiz y luego comenzó la obra con pintura acrílica. Se trata de una imagen que se remonta a 1858.
«Voy a donar este mural porque la ciudad se lo merece», nos dice bajo el calor intenso de estos días.
«Trato de trabajar con jóvenes en esta obra que donaré totalmente y que es una imagen que reproduce la zona de la calle Narváez a orillas del río San Juan, para que el pueblo pueda apreciar qué había en esta franja de la ciudad. Además, construiremos un mirador de casi tres metros para que observen o comparen la ciudad desde arriba y desde abajo, cómo estaba y cómo es ahora», reseña Mederos, quien dice estar agradecido a Leonel Pérez Orozco, director de la Oficina del Conservador de la Ciudad, por la fotografía que le facilitó de 1858 que detuvo el tiempo de una época.
Mederos nació el 4 de marzo de 1969 y ha participado en numerosas exposiciones personales y colectivas, además de impartir talleres, ser jurado de concursos de artes plásticas, trabajar en ambientaciones y fungir como tutor de tesis de grado.
En la Fundación Pablo Guayasamín, en 2015, subastó un lienzo en 30 000 dólares para la fundación de niños con cáncer. Igualmente ha realizado diversos murales como los de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas, el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Carlos Marx, el proyecto cultural Maravillas de la Infancia, el hospital pediátrico Eliseo Noel Caamaño, la Empresa de Granos en Calimete, el centro cultural Las Palmas, de Artex en Matanzas, y el Gran Mural en el Hotel Villas del Portal, en Saltillo, México.
—Se han hecho evidentes ciertas actitudes de irrespeto a los bienes y entornos de la ciudad…
—Es cierto que no se cuida debidamente el entorno citadino. Recientemente se robaron dos lámparas que formaban parte de esta obra mural, pero capturaron al que incurrió en ese vandalismo. Los matanceros ganaremos cultura en la medida en que sepamos respetar y apreciar con buen gusto las obras de arte como los murales, esculturas o los edificios patrimoniales. Nuestro granito de arena por el cumpleaños 325 de la ciudad es que le llegue a la población nuestro arte y que el pueblo respire arte por todas partes, por eso trato de que la gente cuide la ciudad, que la amen.
«Esta es la única obra artística que se ejecuta por el próximo aniversario de la ciudad y posteriormente haremos otro mural enorme en la esquina de las calles Contreras y América, igualmente con el formato 3D, y rescataremos un mural gigantesco en la esquina de las calles Contreras y Ayllón, que volverá a engalanar ese lugar, lo que la ciudad agradece», confirma Mederos, quien sueña y pretende en el futuro terminar su estudio para formar jóvenes paisajistas y muralistas para la Atenas de Cuba.
«Quiero dejarles a los jóvenes un legado de la obra muralista y paisajística para que el día en que no esté, ellos se ocupen de recuperar y restaurar estos murales. Ahora es el momento de que los jóvenes sepan que hacemos algo bello por la ciudad, que lo necesita mucho, y ellos deben estar involucrados en embellecerla con sus obras».
Su lugar preferido de la ciudad confiesa que es «Matanzas completa», por eso ratifica que siempre cuenta con su apoyo incondicional para dar lo mejor de su arte.
«Mi ciudad es un paisaje, es bella, desde dondequiera que me paro es linda. Si un día tengo que despejar lo hago en esta misma calle de Narváez, donde radicará mi estudio, y en los altos, en la Ermita de Monserrate, donde uno se siente dueño de la ciudad».
—¿Qué identifica tu obra?
—Pinto mucho la palma real porque representa mis orígenes, en el paisaje es importante ese elemento; sin dejar de abandonar otras facetas de la pintura, mi paisaje lo hago con conceptos, no es el paisaje reproducido, sino involucro muchos elementos con fuerza. Ahora pinto lugares antiguos, en el que las personas al ver mis obras puedan reflexionar, con elementos subliminales, sobre nuestra identidad cubana.
«Mi obra se identifica por los colores y nuestra nacionalidad. Empleo el azul de Cuba, que lo he llevado a muchos países. El paisaje a través de los tiempos ha sido criticado, no hay muchos paisajistas y se realiza, por lo general, con fines comerciales, pero mi idea es otra, y creo que ha tenido aceptación dentro y fuera de la Isla».
—¿Qué te falta por hacer en el arte?
—Me falta mucho, gateo apenas, soy un niño en las artes plásticas. Mis preferidos son Esteban Chartrand y Francisco Cobo, este último un duendecillo de la ciudad, un gran paisajista que recogió en su obra la ciudad. Y Matanzas lo es todo para mí, es mi mejor paisaje.
—¿Estás satisfecho?
—Nunca un artista está satisfecho totalmente con su obra, pero estoy contento con el apoyo y la sensibilidad de todos en la provincia como el gobierno, el Partido, la Empresa de Comunales, el Minint y otros organismos e instituciones que se han sensibilizado con la quimera de mostrar esta ciudad fascinante.
Mederos, que obtuvo un Gran Premio en Naciones Unidas, con la obra Aún estamos a tiempo, siente orgullo por haber pintado todos los puentes matanceros, que no son pocos, y de seguir con sus trazos el curso feliz del devenir de una metrópoli bañada por una bahía y varios ríos que provocan la noble envidia de cualquier localidad.