Ciro Bianchi celebró con JR los 15 años de su sección de los domingos. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 21/09/2017 | 06:41 pm
La constancia es más refinada que el empecinamiento y menos pasional que los caprichos. Necesita arte, cierto, pero más aún, trabajo. Pregúntenle al cronista Ciro Bianchi Ross y responderá con 728 textos periodísticos en 15 años con Juventud Rebelde.
Solo quien escribe conoce el suplicio de las letras. Una columna periodística puede ser un pasaje al paraíso o un grillete en los tobillos. O ambas a la vez.
Ciro Bianchi ha sorteado los obstáculos con elegancia torera. En década y media nunca ha fallado en sus entregas dominicales. Solo en seis ocasiones y por causas ajenas, como señala el amigo Ismael Pérez, ha faltado su sección.
¿Cuántas vallas la vida le colocó al cronista en 15 años? ¿Cómo las saltó sin menoscabo? El hombre de hierro de las letras. El Cal Ripken o el Alexander Ramos del periodismo cubano.
La constancia también es algo más que la costumbre. Y un poco menos que el deber. Ni la costumbre ni el deber bastan para escribir, infartado sobre una cama en terapia, la columna del domingo. Eso ocurrió en 2010 y pocos lectores se enteraron.
JR le celebra a Ciro 15 años de colaboración. Él narra la historia de los otros y elude la propia. Apenas cuenta un par de anécdotas y rehúye la palabra. Su semblante aún transmite cierta timidez: la timidez del talento, el talento de la constancia.