Premio a la Contribución Distinguida en el Ejercicio de la Crítica de Arte 2016 Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 21/09/2017 | 06:40 pm
La crítica no se enseña ni se aprende. Se ejercita, nos recordaba hace solo unos días la doctora Adelaida de Juan, al recibir el Premio a la Contribución Distinguida en el Ejercicio de la Crítica de Arte 2016, que le otorgó la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA), organización que recién celebró en Cuba su 49 Congreso. La entrega de ese lauro a la eminente investigadora y ensayista marcó el inicio de un evento que del 11 al 15 de octubre sesionó en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) con la participación de más de 70 especialistas procedentes de 25 países.
De histórico calificó Marek Bartelik, presidente de la AICA, la celebración por vez primera en Cuba del cónclave, que contó con el simposio Nuevas utopías: arte, memoria, y contexto, así como con paneles de reflexión sobre la historia de esa Asociación en el Caribe, y el pasado y presente de la Bienal de La Habana.
El programa, organizado por la AICA Internacional en colaboración con AICA Cuba, sección nacional creada en 1986 y restablecida en 2014 tras casi más de dos décadas de inactividad, incluyó, además, visitas a museos, escuelas de arte y a talleres y estudios de artistas cubanos.
«Les ofrecimos nuestro mayor tesoro: la cultura», expresó Rubén del Valle Lantarón, presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas (CNAP). Una vez más, dijo, La Habana sirvió de espacio para «la discusión inteligente sobre los desafíos y derroteros de la creación, y muy especialmente para evaluar las circunstancias en las que se ejerce hoy la crítica de arte».
Fue la oportunidad para debatir acerca del arte en la escena contemporánea, que es dinámica, con disímiles tendencias, connotaciones globales y niveles de confrontación. El encuentro también propició el intercambio con analistas de primer nivel.
David Mateo, presidente de la Asociación en Cuba, considera que la celebración de este congreso en el país cerró un ciclo que comenzó con la reincorporación de los cubanos a la AICA. «Nos ha permitido reposicionar nuestro arte y, en especial, a la crítica dentro de esa organización. Estábamos satisfechos con tener 29 miembros, pero no esperábamos que nos hicieran tan rápido una propuesta de esta índole. Fue un reconocimiento y una alta responsabilidad.
«Este ha sido un encuentro dedicado, principalmente, a trazar estrategias y políticas de trabajo. Pero se hicieron sesiones teóricas encaminadas a actualizarse acerca de cómo se está moviendo el arte, sobre todo en las Américas y el Caribe, que muchas veces son regiones un poco olvidadas».
Así, entre debates, intercambio de experiencias y reconocimientos transcurrió este congreso en el que se defendió la necesidad de fortalecer la colaboración entre secciones, contribuir a la mutua comprensión de la estética visual y defender los derechos de quienes hacen esta labor porque la crítica, y cito a José Martí, «es el ejercicio del criterio: destruye los ídolos falsos, pero conserva en todo su fulgor a los dioses verdaderos».
Afiliada a la Unesco en 1950, la AICA reúne a más de 4 500 críticos de arte, de los cinco continentes, comprometidos en el despliegue de cooperación internacional en los campos de la creación artística, la difusión de ideas y el desarrollo cultural.
Honrar a los más jóvenes
El Premio Incentivo a Jóvenes Críticos es otro de los lauros que entrega la AICA. En la clausura del 49 Congreso se informó que en esta ocasión lo obtuvo Víctor Wang (Canadá-Reino Unido), quien ha colaborado con la Bienal de la Habana. Dos menciones honoríficas otorgó el jurado. La primera la ganó el brasileño Francisco Dalcol, por el ensayo Ruinas de la modernidad y utopías fracasadas; y la segunda, la cubana Yenny Hernández Valdés, graduada de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, por el texto El gusto por el cuerpo. Estrategias discursivas de la novísima generación de fotógrafos cubanos del cuerpo.