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Soy un cantante caribeño y sonero

Álbumes como Es tiempo (2008) y Todo es posible (2010) —licenciado por Bis Music y nominado en 2012 a Cubadisco—, le abrieron una puerta a Wil Campa al mercado internacional, gracias a la disquera Revolution

Autor:

Yelanys Hernández Fusté

Nadie sabe que Wil Campa sigue reverenciando esa arista criolla de hombre de campo. Nació justo en el extremo occidental de la Isla y siempre, como suele decir, será «un guajiro» de Las Martinas, pueblecito cercano al Cabo de San Antonio.

Campa es un bailador de casino empedernido, que incorporaba a aquellas primeras actuaciones en su barrio, instrumentos como la guitarra y las maracas, los cuales diseñó y armó como incipiente luthier. Ese fuerte deseo de ser cantante le hizo convertirse en artista aficionado cuando cumplía con su Servicio Militar Activo, y le motivó a integrar un septeto que le permitió obtener varios reconocimientos en las FAR.

Una década en la orquesta pinareña Cumbre, y luego siete años en Otra Visión, fueron una escuela para Campa, según comentó en exclusiva para JR. Con el destacado flautista Orlando Valle (Maraca) y su agrupación, recorrió más de 38 países y participó en los discos Tremenda rumba —nominado al Grammy 2002—, Descarga total y Soy yo.

«Fue una excelente etapa. Es un grupo de reconocimiento internacional», aseguró Wil, quien destacó que una propuesta de la disquera canadiense Revolution Internacional le hizo tomar la decisión de crear La gran unión, hace diez años.

«Sin dudas, fue una decisión difícil, ya que con Maraca había intervenido en los festivales más importantes de jazz y de la música latina del mundo. Uno lleva dos jabas en la vida: una para ganar y otra para perder. Las cosas no van mal, estoy satisfecho con lo que he hecho y tengo mucho ánimo para continuar», señaló.

Álbumes como Es tiempo (2008) y Todo es posible (2010) —licenciado por Bis Music y nominado en 2012 a Cubadisco—, le abrieron una puerta al mercado internacional, gracias a la disquera Revolution. Ahora prepara dos compactos: Cuba y Suena Caribe, ambos producidos con la misma casa discográfica. En ellas aborda zonas diferentes de la música. «Cuba es más pegado al son, género que disfruto hacer. Cuenta con 11 temas y reuní a un elenco estelar, entre ellos el trompetista Alexander Abreu, el trombonista Amaury Pérez, el pianista Alejandro Falcón, el bajista Yandy González Martínez y los percusionistas Andrés Cuayo y Adel González. Los coros son los propios de mi orquesta, La gran unión, y de NG La Banda. Tengo dúos con Haila María Mompié, y con el salsero puertorriqueño Michael Stuart, residente en Nueva York.

«El productor del CD es Ronier Alfonso Mella, excelente músico, y autor además de varias de esas canciones; otras las compuse yo y también escogí Si tú caminas bueno, caminas bien, de Cándido Fabré.

«Suena Caribe está casi en fabricación. Está más apegado a los ritmos de esta región. Tiene bachata, merengue electrónico, un poquito de balada pop... Ahí se incluyen los números La bambina, Me gustas tú, Suelto y sin vacunar, Rumba buena, Me provocas, Muéstrame la salida... Son canciones que he interpretado y que se salen de la habitual salsa que hago. Han sido populares, pero que no las he incluido en ningún disco».

A Wil Campa le gusta explorar otras zonas musicales, aunque cuida de que lo encasillen en algún género. «Me preocupa, pero lo más importante es que hago bailar al público. Con eso me siento satisfecho. No quiero perder mi identidad, ni que soy un cantante caribeño y sonero. Lo que sé es que trabajo con mucho amor. Cuando crea que algo me queda mal, no lo hago», confesó.

Campa admira a las noveles agrupaciones que defienden la música popular. También piensa que es un paso necesario para estas el introducir elementos del espectáculo en sus conciertos. «Cada cual marca su estilo, busca su óptica de espectáculo y qué le funciona. Mis músicos entienden el concepto del show. Trabajamos con nuestra imagen y contamos con muchas variantes para abrir los conciertos, como el espectáculo de tambores, que le fascina a nuestros seguidores. Por eso cuando pasamos por un carnaval, quieren que repitamos la visita. Estamos dispuestos a hacer bailar a todos como “zapato nuevo, rompiendo piso”», opinó.

Devoto de las potencialidades de promoción que ofrecen las redes sociales para multiplicar la obra de los músicos cubanos, a Wil le agrada llevar él mismo su perfil de Facebook, donde tiene casi 5 000 seguidores, al tiempo que su orquesta cuenta con una página oficial en esa plataforma.

«Las redes sociales van custodiando la carrera de los artistas. Allí promociono nuestras presentaciones y muestro las imágenes y los videos de los conciertos. Ahora mismo hay aplicaciones dentro de Facebook que permiten transmitir en vivo y es muy práctico para quienes estamos en un escenario. La tecnología digital acompaña todo el proceso creativo. Ha llegado para bien», subrayó.

Una reciente gira de dos meses llevó a Wil Campa y La gran unión a los eventos musicales importantes de Canadá. En el Festival Latino de Edmonton compartió cartel con el grupo colombiano Niche y el cantante venezolano José Luis Rodríguez «El Puma». Ahora Campa y su grupo se alistan para presentarse en octubre en México y, mientras, es para su público natural para el que diariamente piensan, crean.

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