La Casa del Joven Creador fue el espacio principal para que los noveles trovadores de varias regiones del país desarrollaran sus esperadas descargas. Autor: Yahily Hernández Porto Publicado: 21/09/2017 | 06:22 pm
Camagüey.— Canto Adentro es la fiesta de los jóvenes trovadores camagüeyanos que, en su tercera edición, sonó sus cuerdas en espacios artísticos de Camagüey, para defender las raíces de la trova cubana.
Desarrollado desde el pasado 19 hasta el 23 de noviembre, el certamen cultural se reveló nuevamente como un espacio necesario para promover la obra de los trovadores noveles de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), y para afianzar el quehacer de los cultivadores del género de Santiago de Cuba, Granma, Las Tunas, Villa Clara y la anfitriona, Camagüey.
El trovador Harold Díaz Pedraza, miembro del comité organizador de la cita, expresó a JR que «el evento destaca por ser un espacio alternativo; de resistencia, ante la avalancha de patrones seudoculturales, que pretenden alejarnos de lo más auténtico de nuestra herencia musical».
Pero el acontecimiento trovadoresco no se conformó con mostrar solo la obra de los jóvenes, sino que esta vez fortaleció el vínculo con consagrados defensores del género como el tunero Freddy Laffita —una joya de la composición, quien regaló temas de su autoría como Confesión, y Animal Romántico— y con fundadores del Movimiento de la Nueva Trova (MNT) en Camagüey, como Saulo Fernández Núñez y Máximo Rolando Montes de Oca, quienes propiciaron el rencuentro entre el pasado y el presente musical.
Con las conferencias La guitarra trovera o la trova guitarrera, de Mariela Pérez-Castro, miembro de honor de la AHS, y Orígenes y evidencia en la Nueva Trova en Camagüey, a cargo de Saulo Fernández; el evento propició la reflexión teórica.
Fernández, quien interpretó obras de su autoría como la muy gustada El Pregonero, se remontó a las raíces del MNT de la provincia, y reconoció el papel fundacional de Miguel Escalona —fallecido el 6 de octubre de 2001. Recordó también a esos jóvenes de verbos encendidos que secundaron al Cantor mayor agramontino en aquel empeño germinal, en octubre de 1973: Omar Pérez Jacinto, Rafael de la Torre, Máximo Rolando Montes de Oca, Eriberto Reinoso Gallego y Mario Ayoub Aguilera.
En el Café Literario La Comarca, Mariela Pérez-Castro destacó el giro y profundidad que adquirió la Trova en Cuba con la Revolución en 1959.
«Se reverdece todo, porque se aporta más flexibilidad al manejo vocal; interesa más lo que se dice que la calidad vocal del autor; se incorporan nuevos timbres y formatos; los trovadores se apropian del son desde perspectivas diferentes a las tradicionales; y los cantautores vuelven los ojos a los presupuestos legados por la trova tradicional para reelaborarlos desde lo contemporáneo, incorporando elementos del folclor latinoamericano, del rock, el blues, el reagge, el jazz, el flamenco, y hasta lo hindú…», explicó la especialista.
Para Pérez-Castro, más allá de afanes clasificatorios que pretenden hablar de una nueva, novísima, o «requetenovísima» trova es incuestinoable la continuidad coherente del movimiento. Por ello sentencia que este género es «un fenómeno único e inseparable».
Un público ávido de poesía y lírica vocalizada quedó satisfecho con las propuestas de una veintena de creadores. Sorprendentes resultaron las interpretaciones de dos adolescentes de 16 años: Juan Pablo, quien regaló su Experiencia, y Nelson Daniel, quien prefirió Seguirte amando.
por su parte, el granmense Ernesto Díaz regaló una dupla de baladas muy sugerentes: Tiempo y Camino a la Ciudad, y defendió que este espacio permite a los jóvenes creadores «medirnos como compositores y trovadores. Todo ello —agregó— nos acerca a Cuba y a un público que busca también la canción de pensamiento profundo».
El agramontino Ebenezer Semé, líder del proyecto Ébano y Marfil, interpretó el son La tierra de Cuba y el afro-jazz Arenas del desierto, insistió en la necesidad de trasladar Canto Adentro a otros escenarios, donde se pueda llegar a una mayor cantidad de público joven.
El consagrado pianista y bajista agramontino del Ballet Folclórico de Camagüey, Félix Alberto González, confirmó a nuestro diario la valía de este empeño cultural, pues para él «los creadores jóvenes están cultivando buena música cubana, buena trova, y Canto Adentro así lo demuestra». Aconsejó que hay que seguir estudiando a los padres de la trova en Cuba y a sus más notables exponentes, «pues en ellos está el camino certero para la continuidad del género, desde la calidad y elevada profesionalidad».
La edición que acaba de concluir demostró que quienes cultivan el género de la trova en Cuba cuentan con un evento enriquecido desde la experiencia.
Un público diverso esperará con ansias otra nueva entrega que les regale ese canto, desde bien adentro.