Las lámparas y abanicos sobresalen por su belleza y riqueza expresiva. Autor: Cortesía de la Embajada de Japón en Cuba Publicado: 21/09/2017 | 05:43 pm
Si una artesanía se distingue por su excepcionalidad y belleza, esa es la japonesa. Múltiples y originales objetos utilitarios cobran vida a diario gracias al contacto directo con esta manifestación cultural, la cual da fe de la riqueza expresiva de esa nación asiática.
El acercamiento a cada uno de ellos permite apreciar no solo la majestuosidad y rigor estético de esta manera de crear, sino también el vínculo que establecen con la obra los artesanos japoneses, quienes sienten los materiales como parte esencial de su vida y de su comunicación con el ambiente que les rodea. Un conjunto de piezas hechas a mano, en la tierra del Sol naciente, integran la exposición transitoria Forma artesanal, tradiciones y técnicas, que se exhibe desde el mes de noviembre en el Museo Nacional de Artes Decorativas y ha sido visitada por decenas de personas.
Se trata de una propuesta de exquisita factura que deja ver el papel desempeñado por la artesanía en la vida cotidiana de los japoneses. Contiene obras en cerámica, textil, metal, laca, madera y bambú, vidrios, papel e implementos de escritura. Se exhiben también creativas piezas de arte, realizadas por artistas artesanos que usan las habilidades fomentadas en el ambiente de taller.
Reconocida mundialmente por su rigor y excelencia, la artesanía nipona se ha desarrollado, a lo largo del tiempo, en diversos períodos y estilos, en paralelo al devenir histórico, social y cultural del pueblo japonés.
Lo más sobresaliente
Forma artesanal, tradiciones y técnicas cuenta con casi un centenar de piezas, traídas a Cuba por la Fundación Japón, con la colaboración de la Embajada en Cuba de ese país asiático. De ellas más de la mitad fueron creadas en cerámica. Esta técnica, cuya producción comenzó en Japón hace 13 000 años, es muy popular en ese país, por lo que el número de personas involucradas en su fabricación es mayor que el de los artesanos en cualquier otro arte japonés.
La tetera de Suigetsu Shimizu, en el estilo Banko, es un ejemplo típico del género y una de las obras más hermosas y llamativas de esta exposición. La cerámica Banko es ampliamente conocida por sus teteras pequeñas sin esmaltar y su decoración pictórica en bajo relieve.
Igualmente llamativo, pero en textiles, resulta un kimono de seda dibujado a mano. La decoración textil confirma el alto nivel de excelencia técnica y artística alcanzado en Japón por los textiles de hilo teñido y de superficies teñidas. Mientras que entre los utensilios y objetos lacados sobresalen los palillos y las tazas con tapas. «La cerámica lacada simboliza la artesanía de Japón como un todo. En el siglo VIII, cuando el arte de la laca comenzó en Japón, el cuerpo de la mayoría de los objetos lacados se hacía del cuero cubierto con laca. Gradualmente, el cuerpo del objeto se empezó a hacer de madera, que era cubierta con capas transparentes de laca. Esto se convirtió en la técnica de Makie, que consiste en adornar la laca por aspersión de polvo de oro y plata sobre una superficie que luego se cubría con más capas de laca transparente y finamente se pulía la superficie para sacar su brillo», explicó Kazuko Todate, director del Museo de Arte Cerámico de Ibaraki y curador de esta exposición.
Están también las teteras de hierro de Iwate, las cuales llegaron a ser particularmente famosas en el siglo XVIII, cuando comenzaron a ser adaptadas para la ceremonia del té; así como una cajita de té y un pisapapeles, hechos de cobre. Inolvidables resultarán para quienes se acerquen a Forma artesanal…, la pequeña cajonera para guardar artículos, la caja secreta construida de trozos de madera y decorada con motivos geométricos de marquetería, y los insectos hechos completamente en bambú.
La presencia de recipientes en vidrio, especialmente de tazas con una capa aplicada de azul o rojo y las transparentes con cortes marcados (que presentan una fabulosa belleza de contrastes) revela la maestría de los artesanos japoneses al trabajar este material.
No podía faltar, por supuesto, el papel. De este material son las lámparas, puertas y ventanas deslizables y los abanicos Marugame; y entre los implementos de escritura, los palillos y pinceles. Todas estas piezas confirman la diversidad y alcance de una manifestación cada vez más valorada por el público cubano, que entre enero y marzo de 2013 tuvo la oportunidad de apreciar otra exposición de artesanía japonesa contemporánea, también auspiciada por la Fundación Japón, la Embajada de Japón en Cuba y el Museo Nacional de Artes Decorativas.
Forma artesanal, tradiciones y técnicas podrá ser visitada hasta el 11 de enero, de martes a sábados, de 9:30 a.m. a 5:00 p.m., en el Museo Nacional de Artes Decorativas, sito en Calle 17, No.502 entre D y E, Vedado, La Habana.