Existe una eterna admiración de los cubanos por el llamado Bárbaro del Ritmo Autor: Twitter Publicado: 21/09/2017 | 05:24 pm
Benny Moré no solo fue El bárbaro del ritmo, sino el de la cubanía en nuestra música popular. Limpiador de zapatos cuando niño, guitarrista en sus primeros pasos en la canción, cantante con el Trío Matamoros, solista en la Orquesta de Pérez Prado y luego director de su propia agrupación.
Como compositor hizo famosos en su voz varios números, entre estos Santa Isabel de las Lajas, dedicado al pueblo que lo vio nacer.
Bromista y guarachero —en el más amplio sentido del término— le gustaba criar animales comestibles en su casa (pollos, puercos, gansos...) y a todos les ponía nombres de artistas amigos suyos.
Cuando en una ocasión atendía a un periodista que fue a visitarlo, le señaló para un grupo de pollos y le dijo: «Mira, al Conjunto de Chapottín ¡le falta un músico! ¿Sabes para dónde fue? Pregúntale a mi mujer. Quedó en la cazuela».
Sentía amor por la vida y decía que quería vivir muchos años (falleció a los 44), pero comentaba: «Aunque uno no sabe cuándo va a llegar la muerte y decirnos: “Recoge y vamos”». Y seguidamente hacía el cuento del «pelú»:
«Había una vez un pelú al que la muerte quiso llevárselo, pero este no quería irse y trató de convencerla de que lo dejara. Después de mucha coba que le dio, la muerte accedió a darle un poco más de tiempo, pero le dijo: “Esta noche a las nueve vengo a buscarte”.
«El “pelú”, desesperado, para burlar a la muerte decidió pelarse a rape y se puso una ropa diferente a la que usaba. Cuando la muerte llegó y empezó a buscarlo, se sorprendió de no verlo entre la gente, y se dio a la tarea de rastrearlo en todo aquel barrio. Cansada de escudriñar todos los rincones, vio al rapado y le dijo: “Bueno, si no me llevo al, ‘pelú’, te llevo a ti”».
Y el Benny terminaba diciendo: «Este cuento es mío, mi socio; lo que quiere decir es que a la muerte no hay quien se le escape cuando le echa el ojo a uno». Benny falleció el 19 de febrero de 1963.
Fuente: Crónica del colega Pedro Herrera Echeverría, página 31 del quincenario Bayardo, Camagüey, segunda quincena de febrero 1969.