24 de octubre: «Fiesta de la semilla»
Festividad que se realiza a partir de la recreación de raíces culturales del mundo iberoamericano. Tomando su denominación de la conocida narración de Alejo Carpentier "Viaje a la Semilla", se enfatizará en las culturas americanas precolombinas. Especial interés posee el hecho de que Holguín constituye la capital arqueológica de Cuba, por la proliferación de culturas indígenas que muchos puntos de contacto nos permiten establecer con las culturas aborígenes americanas.
25 de octubre: «Fiesta de los tambores»
Un protagonismo especial tienen este día los tambores, instrumentos de gran popularidad en nuestra producción musical. Se pretende, a partir del uso del tambor, significar el gigantesco aporte de las culturas africanas a Iberoamérica.
26 de octubre: «Fiesta de las guitarras»
Este día se convoca al encuentro con las cuerdas, con sus historias peculiares y con la identidad que a partir de ellas ha tejido cada pueblo en sus versiones más contemporáneas. En Cuba este instrumento está muy ligado a la tradición campesina, por lo cual se aborda también sobre la escritura y el canto de la décima, y los bailes típicos en los campos. Protagonizan también la jornada nuestros tríos, septetos e instrumentistas clásicos, en una gran fiesta de autoctonía y universalidad.
27 de octubre: «Fiesta de la solidaridad»
Este día, nuestra Fiesta propicia el diálogo cultural entre las comunidades de naturales y descendientes de ibéricos, los barrios y las delegaciones visitantes con el objetivo de fomentar nuevos proyectos de trabajo conjunto, establecer hermanamientos entre instituciones y ciudades, pasar revista a las acciones comunes realizadas y reconocer las meritorias. Constituye este un espacio fraternal para reconocernos como una comunidad de pueblos que luchan por defender el patrimonio cultural colectivo.
28 de octubre: «Fiesta de los pueblo nuevos»
El encuentro entre el Viejo y el Nuevo mundo fue violento y genocida, pero resulta insoslayable que con él los pueblos nuevos salieron a construir una identidad y una historia común, amalgamando razas y culturas. Nuestra Fiesta dedica su quinto día a celebrar esa identidad construida, esa cultura de amplios matices, pero propia, que constituye la victoria común, con banderas unidas a la misma altura, agasajadas todas por todos. En nuevos tiempos, pueblos nuevos cantan a la paz y al amor.