Abel Prieto, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba. Autor: Kaloian Santos Cabrera Publicado: 21/09/2017 | 05:17 pm
Doce años después de haber publicado la elogiada novela El vuelo del gato, Abel Prieto, ministro de Cultura, acaba de dar a conocer la esperada Viajes de Miguel Luna, que promete ser, a decir de sus presentadores, un relevante acontecimiento literario.
En el espacio de los jóvenes, el Pabellón Cuba, sede nacional de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), tuvo lugar el añorado reencuentro de Abel con sus lectores. Allí conocieron por el editor del libro, Rinaldo Acosta, que el protagonista, el escritor Miguel Luna, desde niño anhelaba conocer otras culturas y latitudes, y consigue realizar su sueño cuando se le presenta la oportunidad de viajar hasta la República Socialista Popular Democrática Obrero-Agrícola-Pastoril de Mulgavia, «una imaginaria isla de Europa Oriental».
Adelantó Álvarez que Viajes de Miguel Luna presenta dos historias paralelas, narradas con absoluta maestría: la «novela de formación» de Mikimún, como todos llaman al personaje central; y la novela del apasionante y accidentado viaje a Mulgavia.
Tanto la doctora Graziella Pogolotti como el reconocido escritor y editor Eduardo Heras León —ambos distinguidos por la AHS como Maestros de Juventudes—, coincidieron en que Abel reaparece en el panorama literario cubano con una obra extraordinaria.
¿De dónde salió esta novela que no parece tener antecedentes dentro de la literatura cubana?, se preguntó Heras León después de haber leído este «casi milagro literario» que sacó a la luz Letras Cubanas, con diseño de Alfredo Montoto e ilustraciones del mismísimo autor, como la titulada Mikimún frente al espejo, que aparece en la cubierta.
La genialidad en el uso del humor, la estructura narrativa, la riqueza estética y de un lenguaje arduamente trabajado..., son algunos de los elogios que los presentadores le dispensaron a Viajes de Miguel Luna, un libro interesante no solo por lo que cuenta, sino también por el modo como lo cuenta; una obra, en fin, polifónica y polisémica, afirmó Heras León.
Esta novela, que al decir de la Pogolotti, evoca el viaje a través de la vida, constituye un reclamo a no perder la brújula. «Ojo con este libro, que es una invitación a pensar, a reflexionar sobre esta estremecedora contemporaneidad que estamos viviendo».