El popular Desfile de la Serpiente. Autor: Miguel Rubiera Publicado: 21/09/2017 | 05:11 pm
SANTIAGO DE CUBA.— «Las culturas populares siempre están en proceso de creación y construcción. No son estáticas. No se trata de herencias exóticas y folclóricas del pasado, están vivas», asegura Norman Girvan, importante intelectual caribeño y ex secretario general de la Asociación de Estados del Caribe.
Aunque reside en Trinidad y Tobago, Girvan disfruta de la música de su coterráneo Bob Marley, un clásico del reggae. Mas también hace suyo el calypso, el son cubano, la salsa, el merengue, los ritmos que brotan de una steel band... Y todo ello hace que Norman se defina como auténtico caribeño.
«Todas son manifestaciones de la voluntad de resistir, de crear y de reclamar nuestro propio lugar en el mundo. Por eso siempre tengo mucho placer de disfrutar de ellas», explica Girvan, quien ofreció el pasado lunes la conferencia inaugural del coloquio El Caribe que nos une, de la 31 edición de la Fiesta del Fuego.
Como bien describe el pensador jamaiquino, confluye en el evento santiaguero una eterna reverencia a las tradiciones presentes en nuestra región. Un elemento que el historiador trinitario James Millette resalta cuando señala que el Festival del Caribe unifica las costumbres y emociones de las naciones bañadas por un mismo mar.
Entonces, no es fortuito que se erija en esta ciudad un monumento a un patrimonio ya presente en los genes de la gente y que la retrata en términos de religiosidad, arte culinario, forma de vestir y de bailar, gustos musicales y muchos otros aspectos.
El Desfile de la Serpiente, realizado este martes, tuvo ese matiz. Fue allí, en ese recorrido de alrededor de tres horas por la céntrica calle Aguilera —desde Plaza de Marte y hasta el Parque Céspedes—, donde cada uno de los artistas asistentes mostró el legado de sus ancestros, enriquecido con elementos actuales.
Otro espacio que describe la esencia de la región es el Coloquio. Hasta el venidero viernes se citan, en el teatro Heredia, intelectuales, estudiosos y especialistas, cuyas investigaciones no solo profundizan en la cultura y la identidad de nuestras naciones, pues hablan de la historia y la medicina tradicional, aspectos imprescindibles para conocernos mejor.
Para James Millette, Santiago de Cuba «se ha convertido en una plaza importante», un faro para exhibir tradiciones y costumbres nuestras.
Durante 31 ediciones ininterrumpidamente la Fiesta del Fuego ha custodiado sin cansancio esa condición, desde la integración de culturas populares y manifestaciones artísticas.
El investigador Orlando Vergés, director de la Casa del Caribe, lo resumía durante la gala inaugural de esta cita: Cada festival es un paso en firme en el empeño de justipreciar el mayor tesoro de los pueblos del Caribe: su cultura.
Esa misma cultura que seguirá manifestándose este jueves con el tradicional espectáculo homenaje a la rebeldía esclava en la Loma del Cimarrón, en las cercanías de El Cobre y en la fiesta caribeña, que tendrá lugar en la Casa del Caribe.