El XIII Coloquio Internacional Ernest Hemingway reunido este fin de semana en La Habana simboliza los impedimentos y los intentos por superar los obstáculos en el camino de reconciliar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
Durante la sesión inaugural la presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de la Isla, Margarita Ruiz, aseguró que el evento promueve un intercambio con reconocidas personalidades sobre la vida de Hemingway en los lugares donde desarrolló gran parte de su labor literaria.
Mientras el Departamento del Tesoro de Estados Unidos negó las licencias para viajar a Cuba a 14 investigadores norteamericanos que participarían como ponentes y observadores en el Coloquio. Jenny Phillips, presidenta de la Fundación Finca Vigía de Estados Unidos, lamentó que el bloqueo de su país hacia Cuba limite las posibilidades de acelerar la recuperación y conservación de la obra de Hemingway en la Isla. «Durante los mandatos del presidente Clinton pareció haber una apertura, con Bush las cosas se pusieron muy difíciles, muy rígidas, muy inflexibles, el presidente Obama no ha cambiado mucho las políticas hacia Cuba», dijo a la prensa la nieta del editor del Nobel de Literatura.
En el encuentro los organizadores anunciaron la próxima publicación de unas seis mil cartas redactadas por Hemingway que se encontraban dispersas por el mundo y se han recopilado en 18 volúmenes, después de ocho años de búsqueda por especialistas del escritor norteamericano. Las cartas del autor de El viejo y el mar, recogen sus experiencias en la I Guerra Mundial, donde resultó herido, además de las relaciones con su primera esposa, Elizabeth Hadley Richardson, y las impresiones con los escritores Ezra Pound y Francis Scott Key Fitzgerald.
Las jornadas coinciden este año con el 50 aniversario de la entrega de Finca Vigía al Estado cubano por parte de la viuda de Hemingway, Mary Welsh, y con los 85 años de la publicación de su novela Fiesta. El evento se desarrolló en el hotel Ambos Mundos, en la zona de la Habana Vieja, donde se hospedaba en los años veinte y situado a medio camino entre el Floridita y la Bodeguita del Medio, bares donde solía parar el escritor estadounidense para tomar sus tragos favoritos. Más tarde en los años treinta Hemingway compró una finca en las afueras de la capital cubana, La Vigía, donde residió hasta que se fue a Estados Unidos en 1961.
La antigua casona del barrio de San Francisco de Paula es hoy uno de los museos más visitados por los turistas en Cuba. El Museo conserva más de 22 mil piezas, entre libros, cartas, fotos, filmes, trofeos de caza, discos, armas, objetos deportivos y de pesca, entre otras pertenencias personales y documentos del autor.
En un clima hostil la Fundación recibió el apoyo del congresista demócrata James Mac Govern, el cual viajó a la isla en varias ocasiones y logró que la institución estableciese un acuerdo entre ambas naciones para restaurar y digitalizar los documentos de Hemingway que se encontraban en la residencia.
Ahora la Fundación Finca Vigía tiene como nuevo proyecto el estudio de la biblioteca de la casona, compuesta por más de nueve mil volúmenes y revistas que contienen anotaciones manuscritas del premio Nobel. Pero Phillips afirmó que «todo lo que podamos hacer está limitado de cualquier forma por el embargo. Hemos sido capaces de hacer esto a pesar de la situación política tan difícil. Una de las cosas que más me alegra de este proyecto es que hemos estado junto a los cubanos, por encima de la política».