Fotógrafo Iván Soca Pascual Autor: Kaloian Santos Cabrera Publicado: 21/09/2017 | 04:51 pm
Silbaron los pinos auxilio silencio./ Los cedros tranquilos esperan dolor,/ la ceiba frondosa temblando sonríe,/ la hierba en el llano sumisa a morir.
Pero hay una palma que Dios solamente/ le dijo al cubano cultiva su amor./ Erguida y valiente con blando capullo/ que sirven de espada doblada hacia el suelo,/ besando la tierra, batió el huracán.
Es la canción El huracán y la palma, un tema antológico de Sindo Garay escrito en 1926. Casi un siglo después reaparecen estos versos encarnados en una foto, tras el paso de alguno de los huracanes que ferozmente se ensañaron contra la Isla de la Juventud el pasado año.
La instantánea pertenece a Iván Soca Pascual, lleva por título Cultiva su amor, y forma parte de la exposición personal Islas, auspiciada por la revista de cultura cubana La Jiribilla (5ta. y D, Vedado), donde desde el pasado 2 de octubre se exhiben las 76 piezas que componen la muestra.
El fotógrafo ha querido dedicar su expo al Comandante Juan Almeida Bosque. «Junto a este modesto amigo y su maravillosa familia esperamos la llegada del aniversario 50 de la Revolución en un campamento de las artes, a las faldas de la mismísima Sierra Maestra en Santiago de Cuba, el lugar donde nací. A él, estas instantáneas por convicción», escribe Soca en el catálogo.
Y, en esencia, Islas es eso: un homenaje a muchos afectos de su autor. De esta manera pueden ser vistos aquí algunos de los instantes más intensos en la carrera de este santiaguero, desde sus primeros acercamientos a la fotografía hace más de 20 años.
Por un lado está la música, la veta fotográfica más conocida de Iván y en la que su huella es hoy un referente para todos quienes buscamos captar esencias del panorama musical cubano. Esta vez decidió exponer imágenes de sus coberturas exclusivas con grupos y cantautores extranjeros que, en los últimos tiempos, han estado por La Habana: Luis Eduardo Aute, Sting, Gilberto Gil, Pedro Aznar, Juan Carlos Baglietto, Rick Wakeman, Manu Chao, Juanes, Audioslave, Air Supply, entre otros. Por supuesto, no faltan los nuestros: Omara Portuondo, Teresita Fernández, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Santiago y Vicente Feliú, Augusto Blanca, Liuba María Hevia, Kelvis Ochoa, Pepe Ordaz, Yasek Manzano y Juan Formell y Los Van Van —Soca es el autor de la fotografía fija y el diseño del DVD Aquí el que baila gana, Gran Premio Cubadisco 2008, así como también de Arrasando.
Soca, quien dice llevar música en su vida y en sus imágenes, confiesa que entre los fotografiados se identifica más con Santiago Feliú. «Es uno de mis poetas favoritos por sus temas, su talento, su forma irreverente de ver la vida y las cosas. Lo invité a cantar en la inauguración de la expo por afinidad y con la única condición de que interpretara su Iceberg que, desde la primera vez que se lo escuché, aún sin la letra, lo hice mío». Y el Santi no solo lo complació, sino que ofreció un recital en el Patio de Baldovina (espacio de La Jiribilla), regalándole, además, algunos estrenos.
Precisamente el otro momento de Islas me recuerda a unos versos de Santiaguito, esos que dicen: Aunque la vida pase dura/ ahora por las venas/ y en el vacío del camino/ se nos vuelva piedra,/ está mi flor bebiendo de tu vida/ y de tus manos,/ está tu flor bebiendo de mi vida/ y de mis manos.
Y es que la otra parte de la muestra se refiere a cuando, tras el paso de los huracanes, en septiembre de 2008, el fotógrafo no dudó en sumarse a la brigada Martha Machado, liderada por Kcho, y antepuso su profesión para ayudar, como otros tantos intelectuales cubanos, en la recuperación material y espiritual de los miles de compatriotas afectados. La cámara, por supuesto, fue su compañera inseparable para dejar constancia de lo vivido.
«Recorrer la isla entera junto a los artistas de la brigada, verlos vibrar y vibrar todos juntos como una orquesta muy afinada, es un detalle que precisamente une a las instantáneas de esta exposición. No tiene comparación con nada la oportunidad de ver sonreír a las personas, entre el derrumbe, gracias a la magia del arte.
«Aprendí —y lo pude comprobar en cada lugar a donde llegué— que los cubanos somos seres excepcionales, que nos sobreponemos siempre ante todo: háblese de una catástrofe o simplemente de gozar, como sucedió con la gira por el país que hice con Los Van Van en el 2006. En ambos casos me llamó la atención que la gente era la misma. Lo que cambió entre una y otra gira fue el paisaje. Antes había tenido otras experiencias no menos complejas, pero estas dos han sido muy importantes porque me acercaron más a Cuba».
Para los espectadores que se acerquen a estas piezas fotográficas sin el cuidado que requieren, apuntaba el poeta Waldo Leyva en el catálogo, «la exposición pudiera parecer caótica, desarticulada», pero la foto Cultiva su amor, de la que hablaba al inicio, resulta el vínculo de ambos tópicos presentados.
Por si quedaban dudas, el trovador Vicente Feliú y el legendario cantante Adriano Rodríguez, también protagonistas de estas imágenes, cantaron El huracán y la palma, inspirados en la instantánea de los palmares heridos; el mismo tema que Adriano difundiera por toda Cuba, junto a Guarionex Garay (hijo de Sindo), en la década del 60.
Esos instantes para Iván Soca Pascual fueron como pilares de Islas: «Tener a Vicente y a Adriano delante de mi imagen de las palmas, entonando ese himno de Sindo Garay, que es una declaración de principios, es como la reafirmación de una voluntad: habrá que seguir dándolo todo, contra cualquier huracán, como lo han hecho erguidas y valientes, nuestras palmas reales».