En ocasiones mimada, en otras discriminada o silenciada —según acusan algunos desde su ghetto particular—, la ciencia ficción cubana supo ganarse un lugar entre los géneros más leídos por nuestro público desde sus inicios. Exposición de un glorioso futuro de hermandad y tecnología, alarmas o divertimentos sobre un porvenir de conflictos e injusticias, la típica chanza criolla sobre los marcianitos verdes y el guajiro más descreído de la galaxia... De todo ello hemos tenido, y más aún. Y estas Crónicas del mañana. 50 años de cuentos cubanos de ciencia ficción (Letras Cubanas, 2008), narraciones compiladas por Yoss, hoy por hoy uno de los principales «cienciaficcioneros» del patio, lo evidencian, repartidas entre casi 40 autores, y divididas en tres secciones cuyos motivos el mismo compilador explica de forma convincente y amena.
La dedicación —total, parcial, casual o coyuntural— a este género, por períodos ha resultado para muchos autores una especie de conjura subterránea. Decir «escribo (o incluso “leo”) ciencia ficción», dentro del ambiente gremial literario, es visto como una suerte de mácula, un handicap... en especial por quienes desconocen radicalmente la esencia creativa de esta literatura, o por los que prefieren cerrar los ojos ante la evidencia de enfrentarse a uno de los géneros más leídos y demandados por el público mundial desde su surgimiento. La presente antología ilustra bien el porqué de esta preferencia, que pudiéramos resumir enunciando algo así como «el gusto de un buen lector por obras que interesen su apetito de imaginación y su urgencia por quebrantar esas sólidas —en apariencia— leyes que rigen la “realidad” consensualmente construida y aceptada». Pero lo cierto es que cualquier explicación, incluida la anterior, se quedaría corta. Por no hablar de la siempre válida y simple cuestión de gustos, claro está.
Imposible citar en esta antología a todos los que se debiera —ya lo comenta Yoss en su prólogo—. La disímil calidad de lo publicado durante todas estas décadas; el escaso volumen de obra hecho público por algunos autores; la dedicación de otros a la creación novelística, y por ende, el impedimento de ser incluidos, pese a, en varios casos, su importancia esencial para la historiografía del género en nuestro país; todo ello puede conducir a esta selección a sufrir la imputación de «incompleta». Pero, ¿qué antología no lo es?
Estas trescientas y tantas páginas guardan y ofrecen una diversidad de anécdotas, contextos y personajes, superior a cualquier antología anterior de esta naturaleza realizada por nuestras editoriales. La space opera, el cyberpunk, el slipstream, el hard-boiled, la CF dura —y la blandita—, el inevitable humor, la fabulación alegórica y la erudita, lo clásico y lo postmoderno, la perturbación de nuestro ayer, del mañana, y del hoy cotidiano... el orden y el caos, y el aleteo de un imaginario plural que, aunque camuflado bajo cielos de otros mundos o placas superpuestas de circuitos integrados, se evidencia nacido entre los vientos del Mar Caribe.