Más que por su pasado, que ninguna historiografía puede obviar y cuya irradiación no cesa, el teatro alemán asombra hoy por su capacidad de renovación y variedad. Al margen de las individualidades, que en sí misma pueden determinar una tendencia y que cabe encontrar en todo sitio, ningún otro país de Europa exhibe, a la vez, tal legado y tal brío.
No sabemos si las bases de este milagro, llamémoslo así, están en la espalda que este teatro da al mercado. Algo que se hace posible gracias a las importantes subvenciones y, sobre todo, a las exigencias de un público que asiste a las representaciones para contemplar, por decirlo del modo más decimonónico, lo mejor y más vital del alma alemana.
Durante diez días podremos constatar la veracidad de este hito del arte mundial, merced a varios botones de muestra.
Frank Castorf. En primer lugar, los encuentros con Frank Castorf —hoy, 3:00 p.m., en el Museo Nacional de Bellas Artes, Edificio Arte Cubano— y Dea Loher —2 de octubre, 6:00 p.m., en la Fundación Ludwig. Él, director de escena imprescindible en el panorama mundial que durante más de un cuarto de siglo, ha aportado una visión siempre crítica y siempre compleja sobre el hombre y el mundo que compartimos, con su lectura agudísima de textos clásicos y contemporáneos, innovando lenguajes en vínculo con el mundo audiovisual y sus entresijos mediáticos. Ella, erigida con todo derecho en paradigma de la nueva dramaturgia en lengua alemana, no desdeña los hallazgos de Brecht, de Müller, de Thomas Bernhard, pero encuentra su propia expresión, su modo único de dar testimonio.
En segundo lugar, los tres estrenos y dos lecturas dramatizadas, que para muchos será lo más atractivo de la muestra, donde participan realizadores de primer orden en el panorama de nuestro teatro y que aportarán una visión personal y, por supuesto, cubana, de esa excelente dramaturgia que nutre el teatro alemán contemporáneo.
Dea Loher. Así, Teatro D’Dos lleva a las tablas de la sala Adolfo Llauradó, a partir de mañana, 8:00 p.m., La noche árabe, de Roland Schimmelpfennig. Dirigido por Julio César Ramírez, este espectáculo estará de jueves a domingo de octubre en los horarios habituales. Lo mismo sucederá en la Casona de Línea con Las relaciones de Clara, de Dea Loher, cuya puesta en escena se estrenará ese propio día, pero a las 10:00 p.m., por parte de Teatro El Público, bajo la conducción de Carlos Díaz. De Dea Loher también es La vida en la Plaza Roosevelt, pero que de la mano de Carlos Pérez Peña y por Teatro Escambray, se presentará en la sala Avellaneda, del Teatro Nacional de Cuba, este viernes y sábado, a las 8:30 p.m., y el domingo, a las 5:00 p.m.
La responsabilidad de las lecturas dramatizadas recayeron en Argos Teatro y Teatro de la Luna. Al colectivo liderado por Carlos Celdrán le correspondió la obra La verdadera historia de Ah Q., de Christoph Hein; mientras al grupo de Raúl Martín, Volar/ caminar/ nadar, de Johannes Schrettle. La Fundación Ludwig acogerá ambos momentos los días 3 y 4 de octubre, respectivamente, siempre a las 4:00 p.m.
Por último, los videos de obras de Castorf y la presentación del libro Teatro alemán actual completarán este panorama que ha congeniado esfuerzos lejanos y cercanos, individuales y colectivos, no para subrayar el enorme y conocido legado cultural alemán, sino para mostrar el rumbo novedoso que toma una de las escenas más ricas del mundo, en el breve espacio de una semana habanera de más de siete días.