Delegados a la asambleario Aniversario 64 de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM. Autor: Dayán González Ramírez Publicado: 12/06/2025 | 10:17 am
En serio. Llegó a la Organización de Pioneros José Martí (OPJM) con 40 años y una amplia trayectoria de trabajo dentro de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Hoy asegura que entre niños, niñas y adolescentes es donde encuentra su entorno de satisfacción: «aquí he podido crecerme, sentirme orgullosa…», recalca.
La emoción se le desborda cuando evoca la experiencia de que jóvenes que hoy desempeñan importantes responsabilidades dentro de la dirección de la UJC en el país, como Mirthia Julia Brossard, enfaticen con cariño: «ella fue mi profe, yo pasé por las manos de la profe Irma…», o cuando algún padre le agradece la gestión, el empeño ante un problema de salud o de cualquier otro tipo de sus hijos, aunque sea en un intrincado municipio.
Y es que quien llegue a la dirección de la OPJM en Santiago de Cuba tendrá que contar con Irma García Figueredo, la experimentada metodóloga provincial para quien la oportunidad de guiar, conducir y contribuir a la formación integral de las nuevas generaciones, es dicha y desafío cotidianos.
Encauzar las alianzas
La estructura adulta, —explica— que integran los presidentes de los pioneros, acompañados de un equipo metodológico y un consejo asesor a los diferentes niveles: nacional, provincial y municipal, y los guías base, guías del Movimiento de Pioneros Exploradores y guías Moncadistas en las escuelas, tiene la misión de conducir, guiar, los principales procesos, actividades y movimientos dentro de la organización.
Con el cariño de un padre o un tutor, refiere Irma, le toca a la estructura adulta asesorar metodológicamente el quehacer pioneril, asegurar la preparación y capacitación de los guías bases, desatar la emulación y defender el adecuado funcionamiento del Movimiento de Pioneros Exploradores y los restantes Movimientos, con énfasis en aristas como el cuidado de la naturaleza, el conocimiento y preservación de la historia; en fin, garantizar que la vida de la organización y su sistema de actividades tributen a la formación integral de niños, niñas y adolescentes.
Para la profe Irma ofrecer al relevo la oportunidad de encauzar sus ansias y aptitudes, de participar y mostrar lo aprendido en los más variados momentos; estar a la altura de sus expectativas, constituye una gran responsabilidad para los adultos vinculados con la OPJM hoy; por eso insiste en la importancia de que se aprovechen espacios como las reuniones del consejo y la presidencia de los colectivos para asesorar, preparar y ofrecer todos los elementos posibles y recalca lo imprescindible de la autosuperación.
«Hoy tenemos el compromiso de perfeccionar cada día más nuestro trabajo, de superarnos y autoprepararnos para llegar a los guías, a los directivos de las instituciones educativas, a las familias y a nuestros niños, niñas y adolescentes que tienen un espectro de intereses amplísimo».
Para una enamorada del trabajo pioneril como es la santiaguera Irma García, el constante intercambio con los pequeños y sus familias, la atención a sus necesidades como personas en formación, deciden en el día a día de una organización robusta y útil.
«El vínculo con los pioneros no puede ser solo en el momento del acto político o la actividad, también nos toca atender cualquier problema personal o de salud en el que nos necesiten, más allá del horario de trabajo; incluso, acompañar, por ejemplo, a los mayorcitos en la adolescencia, una etapa de grandes transformaciones no solo biológicas, sino también sicológicas, sociales. Guiarlos en esos momentos de grandes cambios exige tacto, visión, inteligencia; en fin, intercambiar mucho con ellos y sus familias —quienes confían en nosotros y nos entregan a sus hijos—, son decisivos para un trabajo pioneril exitoso».
Escuchar, promover, incluir
Desde el occidente del archipiélago, la matancera Idania Valderrama Quintana, guía base con 30 años de labor, y quien actualmente trabaja en el Proyecto Educativo Institucional 17 de Mayo de la comunidad Manuelito, perteneciente al municipio Pedro Betancourt, coincide con las reflexiones de la santiaguera.
La también Máster en Ciencias disfruta igualmente la interacción e intercambio con los niños, la posibilidad de prepararlos y enseñarlos.
«Como guía base siento una gran satisfacción con el trabajo pioneril, refiere; disfruto mucho que ellos aporten ideas y criterios que me ayudan a perfeccionar el trabajo, me regocijo en las acampadas, excursiones, caminatas, actividades recreativas, competencias y juegos deportivos», subraya.
Entre los proyectos que ha desarrollado en los últimos tiempos destaca el de Historia Local, en el que se presenta un conjunto de acciones deportivas-recreativas que se despliegan mediante los turnos de actividades complementarias, de deporte para todos y acampadas, que permitieron a los pioneros adquirir conocimientos de la historia de la localidad desde la época de la colonia hasta la actualidad.
«Es importante que nuestra labor como guía sea inclusiva, advierte Valderrama Quintana, porque así promovemos un entorno educativo en el que todos los educandos, independientemente de sus capacidades, antecedentes o necesidades, puedan participar y aprender de manera equitativa; la inclusión fomenta la diversidad y el respeto entre los alumnos, lo cual enriquece la experiencia educativa y prepara a los pioneros para interactuar en una sociedad como la nuestra», amplía la guía matancera.
«Al adoptar las estrategias de enseñanza y crear un ambiente acogedor, se potencia el desarrollo integral de cada educando favoreciendo su autoestima, por eso mi relación con los niños se basa en el respeto y la comunicación; busco fomentar un ambiente en el que se sientan escuchados y valorados, promoviendo el diálogo y el intercambio de ideas», agrega.
La actual presidenta provincial de la OPJM en Artemisa, Omixam García Gómez, también con una vasta experiencia como guía base, concuerda con esos argumentos.
Para ella las estructuras adultas constituyen los pilares para el adecuado funcionamiento de la organización, pues «son los guías base los encargados de hacerla andar en cada colectivo, de darle continuidad a cada proceso y guiar a los pioneros, sin imposiciones, desde la experiencia y la sabiduría.
Así, es consciente de que aún quedan muchas reservas en el trabajo, e insiste en la importancia de que estén completas las plantillas de los adultos que a nivel de municipios atienden esta hermosa labor y también en cada colectivo.
Según la artemiseña, hoy más que nunca es un imperativo hacer realidad entre los pioneros la frase de «Seremos como el Che», porque significa no detener nuestros sueños a pesar de las dificultades, significa dar el paso al frente siempre y estar en nuestras trincheras de combate desde cada colectivo, desde cada barrio.
Con esa certeza hacen su labor y se empinan cada día ellas y otros «pioneros adultos» en todo el país, pendientes del anhelo de una organización en la cual los niños sean activos protagonistas y destinatarios, que escuchen y sean escuchados, diseñen sus principales espacios y actividades, y los puedan materializar a plenitud, sin esquematismos, con la espontaneidad que los caracteriza, y por supuesto, con todo el apoyo cómplice y certero de los adultos que les rodean, satisfechos de tutelar sus sueños.