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Cuidar contenidos, no las portadas

En la asamblea provincial del 12mo. Congreso de la UJC en Ciego de Ávila se insistió en la necesidad de acercarse más a los jóvenes no militantes de la organización

 

Autor:

Luis Raúl Vázquez Muñoz

CIEGO DE ÁVILA.— A Daniel Ojeda, secretario general del comité de base de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) de Etecsa, en Ciego de Ávila, le pidieron: «Danos tu experiencia de lo que han hecho allí con los comités de base». Fue de las primeras intervenciones en la asamblea provincial del 12mo. Congreso de la UJC en Ciego de Ávila.

El muchacho, fornido y de estatura mediana, contó de la manera en que activaron las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ) con un trabajo casi se pudiera decir que de embullo, pero encaminado a encontrar a los jóvenes con inventiva.

Pero hubo una acción que fue para ponerse a pensar. Y fue la de ir a la casa de niños sin amparo familiar y a un hogar de abuelos para llevarles cosas que recogieron en sus casas y, además, estar con ellos un rato solo para darles una cosa: cariño.

«Aquello nos conmovió a todos —dijo en el plenario de la asamblea provincial de la UJC—. Despertó aún más el sentido de ayuda. Nos enseñó lo que de verdad podemos hacer como militantes de la organización».

En otro lugar y con otras experiencias, Dailiuris Marcillé Ponce, de la Empresa Agroindustrial Azucarera Ecuador, en el municipio de Baraguá, habló de las complejidades de ser militante en un central que forcejea para volver a los tiempos de mejores resultados.

Con mucha pasión y con un alto sentido de pertenencia, la muchacha habló de los tropiezos iniciales de esta zafra, de tener que trabajar sin todos los recursos y, aún así, con inflación y todas las dificultades habidas y por haber, pues pegarse al central para que el país pueda avanzar.

«Un problema grande que tenemos en nuestra empresa es la necesidad de personal calificado —expresó—. Bueno, ahí ha estado la UJC. ¿Cómo? Pegados con la dirección y los demás factores ubicando a los muchachos con dificultades. «Hoy tenemos 22 jóvenes que estudian ingeniería en procesos industriales en el Ecuador».

En la asamblea, distintas intervenciones dejaron clara la necesidad de tener una guía de qué hará el comité de base. Llámese plan de trabajo, y que se le ponga otro nombre, pero se necesita conocer hacia dónde se irá y cómo.

Tampoco faltaron las menciones a dos realidades contrapuestas. Por un lado, directivos que apoyan a la UJC, la tienen en cuenta y ven a la militancia como un factor clave para lograr éxito.

Por el otro, jefes que soslayan a la organización, no la invitan siquiera a un consejo de dirección y hasta adoptan la postura del ninguneo hacia ella.

Lo interesante en estos casos es que 25 000 jóvenes avileños, militantes o no, han participado en movilizaciones convocadas a la agricultura agrocañera durante los fines de semana, principalmente.

Hay mucho espacio donde la UJC actúa y también donde pudiera hacer más. Uno de ellos, como expresó Hanoi Castro, estudiante de Medicina, es el conflicto de los embarazos en la adolescencia. Pudiera parecer algo trivial; sin embargo, si se observa que 584 adolescentes quedaron embarazadas en los últimos meses y el riesgo que ello implica para sus vidas, entonces el asunto amerita un verdadero trabajo bien pegado a los centros estudiantiles.

En ese sentido, Eliusksa Leyva, de la escuela pedagógica Raúl Corrales, enfatizó en la necesidad de fortalecer el vínculo de la UJC con la comunidad. «Yo soy militante porque a mí me motivó el trabajo de la UJC —contó—. Yo veía que siempre estaban haciendo algo o buscando qué hacer. Muchas veces se habla de las formas para elevar el crecimiento. Hay miles de jóvenes que están buscando hacer algo y son diamantes en bruto. Por eso tenemos que ir a dónde están los no militantes».

El primer secretario del Comité Provincial del Partido, Liván Izquierdo Alonso, se refirió a las posibilidades de los jóvenes de llegar a esos muchachos con posibilidades de impulsar el trabajo en las distintas esferas de la sociedad.

Por su parte, el joven abogado Lázaro Arley Martín Márquez recordó el mandato constitucional que tiene la UJC de representar a la juventud cubana en general, de ahí la necesidad de pegarse a esa base en toda la diversidad y complejidad que esta tiene hoy en el país.

Idalberto Pérez, secretario de la UJC en la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez, realizó una intervención corta, pero bien precisa. «Basta de cuidar la portada y no el contenido —enunció en referencia a las prácticas de adornar realidades—. Aceptemos ideas y no impogamos ideas».

Hacia el final del encuentro, Aylín Álvarez García, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, señaló la necesidad básica de que en la organización se hable de temas que interesen a los jóvenes. «El comité de base es un grupo de amigos, una familia: si el contenido no cambia, si no es productivo, no será válida la reunión», enfatizó.

También reiteró la necesidad de saber escuchar lo que a veces no se quiere oír, y aceptar la diversidad y la pluralidad de los jóvenes. «Nos toca escuchar sus opiniones, inquietudes, convocar, sumar, enamorar… Seguir latiendo como los jóvenes avileños, sin perder un día».

 

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