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El sueño de José

El segundo delegado directo de Ciego de Ávila al 12mo. Congreso de la UJC aspira a seguir «fajado» en su trabajo, y con algo más

Autor:

Luis Raúl Vázquez Muñoz

CIEGO DE ÁVILA.― A primera vista, parece un médico. Un profesor universitario. Un estudiante muy aplicado. Un inspector. Rubio, de estatura mediana, callado, de hablar correcto y con espejuelos.

Así es José Antonio Hernández Pérez, el segundo delegado directo de Ciego de Ávila al 12mo. Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y trabajador de la Empresa de Cepillos y Artículos Plásticos (Cepil) Juan Antonio Márquez.

«El Congreso se hace en un momento muy importante ―dice―. Como obrero, entre las inquietudes nuestras estarían las formas salariales del sector y las maneras de estimular a los jóvenes. También las vías para fortalecer la empresa estatal socialista.

«Hoy hay un éxodo de personal hacia otras formas de gestión económica que tienen posibilidades de pago mucho mayores. ¿Qué alternativas se pudieran buscar para las entidades estatales? Eso es algo que quisiéramos ver en el encuentro».

Nave segura

Cepil es un ejemplo de las opciones que pudieran estar en la mano. Aunque los trajes, al decir de la calle, se deben hacer a la medida y no a todos le luce igual el mismo sayo, la entidad avileña es un ejemplo de lo que puede lograr la empresa pública en medio de estos tiempos.

Como fábrica, llegó el 13 de febrero último a los 60 años de fundada por el Comandante Ernesto Che Guevara.

Cepil ha mantenido su paso con una búsqueda constante de oportunidades para sortear escollos bastante severos, como los apagones o la falta de materias primas.

Dentro de esas alternativas ha estado el aprovechamiento de todo material plástico e inventarios ociosos para reciclarlos o darles una nueva salida, idea que comenzó a implementarse desde los días de la pandemia.

También destacó su participación en la reparación de la sala de Neonatología del hospital provincial Antonio Luaces Iraola, donde lograron reponer los cuneros plásticos, gracias a la innovación de sus trabajadores.

En estos momentos, Cepil cuenta con 50 productos en su cartera de negocios, y por su apoyo en los momentos de la COVID-19 y a los barrios de la ciudad cabecera, ha recibido las condiciones Jóvenes por la vida y Aniversario 60 de la UJC.

Hacer equipo

José Antonio empezó a laborar en la UEB de Artículos Plásticos. Fue su primer trabajo de mayor permanencia. Hoy, con 27 años de edad, es el secretario del comité de base de la UJC de este importante centro.

Como obrero, fue testigo de los tiempos de la COVID-19 en la empresa, cuando se crearon dos brigadas: una para apoyar el cargue y descargue de los botellones de oxígenos y otra para atender las pesquisas.

Cuando inauguraron la UEB Envases, pasó allí en calidad de operario, y luego de un proceso de capacitación, ocupó la plaza de técnico.

«El operario es el que trabaja las máquinas ―explica―. El técnico es el que garantiza la calidad, que el producto pueda pasar al almacén para su venta.

«Soy técnico controlador de envase y debo chequear que todo esté en su embalaje y que el proceso productivo se encuentre dentro de los índices de consumo. Es un trabajo demandante porque hay que velar cada detalle.

«Sí, me dio miedo al principio; pero ya se le cogió el golpe. Lo importante es mantener la comunicación con los compañeros de trabajo. De ahí es donde surge el equipo.

«¿Proyectos en mente? Bueno, seguir fajado aquí. Y la universidad. Hace unos años yo quise entrar y no pude. La economía no daba y había que trabajar. Pero ahora quiero hacerlo. Estudiar y ser universitario. Ese es uno de mis sueños».

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