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Para Reiniel la poesía exige ser un obrero de la palabra. Autor: Nelson García Santos Publicado: 02/11/2022 | 08:36 pm
SANTA CLARA, Villa Clara.— «El poema trata de borrar la frontera que existe en la conexión entre el cuerpo y la palabra mediante un lenguaje poético», reflexiona el joven Reiniel Pérez Pérez, estudiante de Lengua Inglesa en la Universal Central de Las Villas y ganador del Premio Internacional de Poesía Loewe, de España, en su 35ta. edición, con su libro Las sílabas y el cuerpo.
«¿Cómo lo logré? El libro resulta una búsqueda, un acercamiento a una realidad doble en la que el cuerpo se hace voz y la palabra se hace carne, dando la idea de esa conexión entre ambos que mantiene la unidad del poema, a pesar de ser extenso.
«¿Sabes? La experiencia es ver la vida más allá de lo real. Iba encontrando claves, ideas para ese texto que puede reflejar a cualquier persona, más importante que determinado destino individual. Voy sobre los sentimientos universales: el amor, el tiempo y la muerte, que son ineludibles para mí. Fue un libro que me gustó mucho escribir.
«¿El mejor que he escrito? ¡No! Ese es el que todavía no he creado. Veremos si llega…. Tengo tres hasta ahora: el primero, digamos, fue un libro juvenil, y el otro es de elegías. Pienso que toda obra resulta una experiencia, un reflejo de cómo va a su destino. Cada poema es diferente en la misma medida que uno es diferente. En cada uno agrego algo distinto.
«¿Que cómo llegué a la poesía? Si tengo talento para escribirla es gracias a Dios, pero he llegado solo a ser poeta por la técnica y el esfuerzo, porque para serlo hay que ser un obrero de la palabra. En los inicios incursioné en la escritura a través de talleres impartidos por reconocidos escritores.
«¿Dice usted que los premios indican el éxito? Lo expresa, pienso, por otros que he ganado en el país… Obvio que deviene un reconocimiento y la posibilidad de publicar la obra. Satisfacen las distinciones como la que acabo de recibir, que da la posibilidad de trascender internacionalmente, y uno siente felicidad y honor.
«¿Mi manera de concebir una obra? Sin ningún ordenamiento preconcebido. Con solo plasmar mis sentimientos en el papel, el libro comienza a tomar forma por sí solo. Después selecciono cada uno de los textos y conformo el volumen.
«Nunca he forzado la escritura. Con ella uno logra acercarse al otro, a la persona que te lee, y también consigues encontrarte a tí mismo y plantear tus propios problemas.
«¿Sueños? Siempre los hay. Primero que el poema existe el hombre. Si no mejoramos como seres humanos, ¿quién leerá nuestra poesía? Todos necesitamos ser mejores personas.
«¿Que el jurado coincidió en que era un libro de amor carnal, casi obsesivo, que ahonda en la vida sexual de las palabras y goza de la presencia de lo amoroso del cuerpo, como tema emotivo y eterno? Sí, las sílabas y el cuerpo resultan un poema erótico sobre el cuerpo de la mujer… ¿Que cómo lo veo? Es como un árbol que da sombra. ¡Es el paraíso!».
Premio de poesía.
Habla el jurado
El jurado del certamen lo conceptuó como un gran libro de amor brillantemente escrito, premiado entre cerca de 2 000 participantes de 38 países. Resulta sorprendente por la unidad de sus diez largos movimientos, mantenidos en tono, un tipo de verso y una temperatura de lenguaje admirables.
Para la filóloga española Aurora Egido, el texto deviene una encarnación de la poesía en movimiento, con imágenes poéticas en secuencia muy logradas, en los que el canto y el cuento están muy bien trabajados y elaborados. Es un largo y completo poema de amor, de una prosa poética brillante.
El jurado avaló también que constituye un libro unitario y rítmico, creado en partes, con gran soltura expresiva y voluntad de innovación.
El Premio Internacional de Poesía Loewe se otorga anualmente, y está considerado uno los más prestigiosos de la lengua española, destinado a incentivar la calidad en la creación poética en lengua castellana de obras inéditas de escritores jóvenes.
