Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Los 60, ¿la década prodigiosa?

No hablaré del dúo Juan y Junior, ni de Los Mustang, ni Los Fórmulas V, el título es solo un gancho

Autor:

JAPE

No hablaré del dúo Juan y Junior, ni de Los Mustang, ni Los Fórmulas V. Ni siquiera nombraré a Rafael o a Nino Bravo. El título es solo un gancho, como hacen algunos «periodistas de redes» y otras plataformas, que ponen un cintillo rimbombante y después no dicen nada novedoso. Lo que buscan es que tú «entres» y se contabilice en su récord de visitas. Eso significa dinero, o cuando menos «satisfacción». Lo demás no importa.

Si de interés se trata, lo más probable es que este artículo solo despierte la atención de aquellos que se acercan «peligrosamente» a las puertas de la tercera edad. Esas puertas que están justo en el cumpleaños 60 (según algunos especialistas) y que siempre permanecen abiertas para todo aquel que llegue tras un considerable recorrido por la vida. Lo más lamentable es que en esa puerta no hay ningún CVP que te diga que sin solapín no puedes pasar, que debes regresar a los 50, o a los 40… ¿Por qué no soñar?

Lo más importante es saber, mientras más nos acercamos, si estamos realmente preparados para cruzar dicho umbral. Que a decir verdad no marca diferencia sustancial alguna siempre que tu corazón y tu aptitud (y actitud) te lo permitan. Tampoco nos llamemos al autoconsuelo y la mentira. Sí hay diferencia, de lo contrario no me hubieran mandado, entre los regalos de mi reciente cumpleaños, un GPS que además de decir a dónde voy, me dice a qué voy.

A este implemento le agregaría una aplicación que esté al tanto y me advierta que la toalla no se cuelga en la nevera; que a la cafetera hay que echarle polvo y agua para hacer café (si ya llegó el de julio a tu bodega). O sea, que no basta con ponerla en la candela si falta alguno de esos ingredientes. Que el motor del agua no se apaga solo. Que el escaparate no es para guardar los frijoles que quedaron de la comida e incluso, que para bañarte es mejor si te quitas toda la ropa. Estas son algunas de las acciones que ya muchos hacemos de manera reiterada sin que aún haya llegado al almanaque de nuestros huesos la fecha requerida.

¿Que el problema es del estrés y no de la edad? Es posible. Recuerdo que mis abuelos maternos existieron hasta casi completar el siglo de vida y nos dijeron adiós en plenas facultades mentales. Ah, pero fueron campesinos humildes, alejados de la modernidad y el internet, para no hablar de otras cosas más concretas de las que ya se sabe demasiado.

Lo interesante en esta historia es que pernoctamos en un país que tiende a envejecer, y no me parece que estemos listos para esta avalancha. No sé por qué razón la fecha del retiro laboral ahora me parece más lejana que cuando tenía 30 años. ¿Será que hay alguien que la estira? Mientras averiguo bien sobre este asunto, acepto y agradezco a mi amigo Carlos Fundora la invitación adelantada al club de los ¡60 y más allá!, sobre todo porque sé que, en un futuro no lejano, seremos la mayoría.

 

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