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Cuando la casa es otra

Hoy, cuando la fecha designada llama la atención sobre una manera diferente de vivir, se lanzarán besos al aire para nuestros pequeños y sus familias. En Cuba, se priorizan sus atenciones y es para nosotros una necesidad hacerlo cada día

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

El sol, la playa, una fiesta entre amigos, correr por el césped, bailar, conocer gente nueva… Lo que para muchos es parte de la vida, en el proceso natural del crecimiento y la interacción social, para otros está vedado, postergado, es soñado.

Niños que desde que nacen permanecen hospitalizados por diferentes causas, encuentran en el personal de salud su familia más cercana y son las paredes de la sala especializada en la que se encuentran, donde clavan sus ojos cuando desean soñar. Sus padres, sus eternos acompañantes, añoran un vuelco en su salud y un disfrute posible del mundo exterior.

No siempre pensamos en ello. No es común que alguien imagine como es la vida de quienes aprenden a reír y a encontrar las gratas cosas de la vida en medio de un contexto tan complejo, como aquel que matiza una enfermedad. Sin embargo, deberíamos pensar, porque prima la bondad en quienes los atienden y en ellos, la valentía de vivir.

Pienso en Jorgito, que a sus 13 años de vida es que llega a su casa familiar, con los recursos imprescindibles que garantizan su respiración. Sé de Eliané, que un nuevo hospital la recibe con los brazos abiertos para convertirse en su hogar y recuerdo al simpático Edikson, que este mismo diario pudo reflejar su alegría cuando Los Ángeles le regalaron un concierto a los pies de su cama en la sala donde vivía en el hospital Comandante Pinares, del municipio artemiseño de San Cristóbal.

Nuevos retos les impone la cotidianidad, y los médicos y enfermeros asumen la entereza de acompañarles, no solo desde el rol profesional que les corresponde sino desde el cálido sentimiento de un ser querido.

Hoy, cuando el Día del niño hospitalizado, puede despertar tristezas por las razones que los obligan a permanecer en ese estatus, lo importante es reflexionar en torno a la tenacidad que los caracteriza al luchar por la vida, a ellos y sus familias, y la necesidad de reconocer el trabajo de los que los guían.

Razones de una estancia diferente

Las instituciones hospitalarias albergan a quienes necesitan ser atendidos de manera temporal para el tratamiento de una enfermedad, una recuperación tras una intervención quirúrgica, un ingreso por seguimiento médico, una emergencia tras un accidente… No obstante, se convierten en hogar cuando, al nacer, o después, alguien requiere una atención constante y el empleo de recursos y equipos que, de no ser allí, no podrían disponer.

La pediatra Yamilka Montesino Felipe, funcionaria del Departamento Materno Infantil del Ministerio de Salud Pública, reconoce el esfuerzo de cada miembro del personal sanitario que se empeña en proporcionarle una estadía satisfactoria a este tipo de pacientes y sus familiares, quienes pueden permanecer años en la institución.

Los neonatos con bajo peso al nacer o con retardo del crecimiento intrauterino, o aquejados de alguna complicación desde el punto de vista neurológico, hematológico y cardiaco, entre otras, deben recibir las atenciones pertinentes en los cuidados especializados para ese fin en los hospitales, hasta que su condición de salud sea óptima, explica.

En las unidades de cuidados intensivos pediátricas encontramos niños de un año de edad o más que proceden de la sala de neonatología y que requieren la continuidad de su tratamiento, quizás porque necesitan de respiradores artificiales, apoyo con aminas, entre otros.

Añade que es común en estos casos encontrar menores con enfermedades neuromusculares como pueden ser las atrofias, las enfermedades metabólicas, mitocondriales, los síndromes genéticos… «Esos niños viven con nosotros y el cariño que se les profesa no viene escrito en un libro de medicina, sino que fluye de manera espontánea».

El sistema de Salud Pública prioriza sus atenciones, aclara, y es para nosotros una necesidad hacerlo cada día. Hoy, cuando la fecha designada llama la atención sobre una manera diferente de vivir, se lanzarán besos al aire para esos pequeños y sus parientes.

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