La infancia y la adolescencia en Cuba son atendidas, protegidas y resultan destinatarias de políticas de bien público con el objetivo de garantizarles el disfrute de los derechos que les asisten, y ello es un ejemplo del valor que le otorga la máxima dirección del país al futuro de la nación.
Así trascendió en la sesión del panel sobre entornos protectores de la infancia y la adolescencia en la segunda jornada del 3er. Seminario Internacional Diálogos en torno a los derechos humanos, que se desarrolla en la Universidad de La Habana (UH) hasta este viernes y con la presencia de destacados especialistas de diferentes ámbitos y sectores de la sociedad.
Tania de Armas Fonticoba, titular de Derecho Penal y Criminología de la Facultad de Derecho de la UH, explicó el funcionamiento de todas las estructuras encargadas de atender a la niñez victimizada desde el punto de vista sexual, durante su ponencia relacionada con el enfoque protector del Derecho Penal para niños, niñas y adolescentes.
Roxanne Castellanos Cabrera, directora del Centro de Orientación y Atención Sicológica y profesora de la Facultad de Sicología de la UH, dedicó especial atención al alcance de los sicogrupos de WhatsApp en la prevención de la violencia que afecta a los menores en el país.
Se debatió, además, sobre la protección que deben recibir los menores con orientaciones sexuales no heteronormativas víctimas de actos violentos en su contra, y se ponderó la existencia de hogares para niños sin amparo familiar en el país como reflejo de la profunda vocación protectora de la Revolución Cubana.
Libertad religiosa en Cuba
El respeto a la libertad religiosa en el país es un derecho refrendado en la Carta Magna y demuestra la voluntad política de la nación, en su condición de Estado laico, de garantizar libertad de expresión, afirmaron los asistentes al panel sobre libertad religiosa y derechos humanos en Cuba, también desarrollado en la sesión matutina del evento.
Enrique Alemán Gutiérrez y el reverendo canónigo Pablo Odén Marichal Rodríguez, coordinador e integrante, respectivamente, de la Plataforma de Diálogo Interreligioso Cubana, e pastora Izett Samá Hernández, pastora de la iglesia presbiteriana-reformada en Cuba y miembro de la coordinación colegiada del centro Martin Luther King, reafirmaron la pluralidad respetada en la Mayor de las Antillas a favor de las creencias propias, inmersa en un contexto en el que hablar de derechos humanos impone reconocer que determinados artículos de la Constitución garantizan la elección individual de cada cual a escoger su fe y profesarla, sin que ello implique un divorcio con el proyecto de país que construimos todos.
En la jornada vespertina el seminario centró su atención en los derechos sexuales y reproductivos en las infancias y adolescencias en Cuba, así como en las experiencias y buenas prácticas en la promoción y protección de sus derechos en el país.