Donde residen los casos positivos hay restricción de movimiento. Autor: Tomada de Facebook Publicado: 05/10/2020 | 11:18 pm
JATIBONICO, Sancti Spíritus.— Desde hace casi un mes, en el caserío de Bernal, esparcido en el macizo cañero, se sembró el susto. Por el estrecho terraplén que lleva a la Carretera Central solo se ve pasar a hombres y mujeres forrados de verde hasta los dientes.
A partir de que el pasado 9 de septiembre en la conferencia de prensa del Ministerio de Salud Pública se confirmó que la COVID-19 había tomado asiento allí, no se le quitan oídos y miradas a ese poblado del centro-sur del país.
Las primeras jornadas resultaron interminables: «Nos sacudimos como a una mata de mango hasta que no quedó sospechoso», cuenta con asombro una de las vecinas de esta comunidad jatiboniquense, aún en cuarentena, aunque sin reportar casos desde hace días.
¿El resultado? En dos semanas de pesquisa activa 29 pacientes se identificaron como sintomáticos, diez de ellos positivos a la enfermedad. La alarma se dio tras conocer que unos vecinos habían visitado Ciego de Ávila y eran contactos de casos confirmados al SARS-CoV-2.
«No quedaron sin preguntar ni las piedras», refiere otro de los lugareños que desde entonces prefiere mantenerse en su casa. Desde allí ha sido testigo del trasiego de productos de aseo y comestibles, así como de las visitas del Consejo de Defensa Municipal.
El doctor Manuel Rivero Abella, director provincial de Salud en comparecencia especial en Radio Sancti Spíritus reconoció que es decisiva la responsabilidad individual en el enfrentamiento a la COVID-19. Pie de foto: Tomada del perfil de Facebook de Miguel Alba.
Mas no resultó suficiente ese sobresalto. El 10 de septiembre, el doctor Durán confirmó el rumor extendido por toda la geografía espirituana: en el hotel Village Costasur, uno de los más visitados en este atípico verano en la sureña península de Ancón, también había reservado la COVID-19, pues dos vacacionistas de Ciego de Ávila habían dado positivos.
En días posteriores ese evento fue engrosando la lista hasta 24 confirmados, con trabajadores trinitarios y clientes procedentes de Yaguajay y Sancti Spíritus, donde ya había un caso relacionado con un evento en Matanzas.
Más de 900 personas han estado en aislamiento en las comunidades rurales del municipio de Yaguajay, Venegas, Perea e Iguará. Tomada de Escambray.
Pero en la zona de Venegas, Perea e Iguará, comunidades yaguayajenses cercanas a la costa norte, donde todo el mundo es «familia», más allá de lazos sanguíneos, se generó el mayor insomnio al reportarse una decena de positivos y más de 900 personas en aislamiento.
«Lo sucedido en el hotel nos dejó claro que toda medida es poca. Actualmente se higieniza cada centímetro para volver a abrirlo», reconoció Alberto Ramos Amador, subdelegado del Ministerio de Turismo en Sancti Spíritus.
Mal en espiral
El Consejo de Defensa Municipal de Jatibonico mantiene sus oídos y vista en las zonas rurales por donde comenzó el rebrote en la provincia. Foto: Tomada del perfil de Facebook de Maribel Hernández.
Cuando parecía que la pandemia andaba con riendas cortas por esta geografía, titulares escalofriantes punzaron fuerte: «Sancti Spíritus es el lugar más complicado hoy en materia de pandemia».
Los números hablan: luego del 9 de septiembre, más de 150 casos confirmados al cierre de este lunes y la declaración de la fase de transmisión autóctona limitada. Lo más preocupante es que aún no se ha identificado el origen del evento en la urbe del Yayabo. Hallarlo resulta una prioridad para cortar de cuajo la ramificación del virus, que ya es un hecho en municipios como Taguasco (específicamente en la comunidad de Zaza del Medio), Cabaiguán (Guayos) y Trinidad.
No hay acceso a la comunidad taguasquense de Zaza del Medio. Pie de foto: Tomada del perfil de Facebook de Ernesto Jaivaloca.
«Se han manejado algunas hipótesis, entre estas que sea algún paciente asintomático de los ya controlados como positivos, o uno que no se ha detectado, lo cual puede ser más peligroso», informó en comparecencia especial en Radio Sancti Spíritus el doctor Manuel Rivero Abella, director provincial de Salud.
Esa hipótesis provocó que desde hace varios días la cuarta villa de Cuba cambió sus rutinas. En cualquier recodo se tropieza con cintas amarillas que acordonan hasta la incertidumbre. Centros abiertos, solo los vitales. Pocos carros en circulación. Alimentos elaborados para llevar. Parques desiertos: toda una ciudad respira con sigilo…
El vicepresidente del Consejo de Defensa Municipal, Alexis Lorente Jiménez, muestra desde entonces unos surcos negros por encima del nasobuco, resultado de las noches de desvelo. Él conoce muy bien, por su formación como médico, que la disminución de las cifras en los dos últimos días no significa en modo alguno variaciones notables. La clave está en cumplir estrictamente con las medidas adoptadas por el Consejo de Defensa Provincial para estos 15 días: «Si trabajamos en función de lo orientado la tendencia será al control de esta pandemia, de marcada virulencia y transmisibilidad», acotó el también miembro del Consejo de Estado.
El vicepresidente del Consejo de Defensa Municipal, Alexis Lorente Jiménez insta a cumplir estrictamente las medidas adoptadas. Pie de foto: Tomada del perfil de Facebook de Odalys Cid Labrada.
Por ello resulta prioridad desterrar el rosario de hechos que avivaron la propagación: expresiones de indisciplinas sociales como las fiestas familiares y aglomeraciones en colas, violación de protocolos de salud, morosidad a la hora de aislar a sospechosos y falta de transparencia durante las pesquisas domésticas. Se trata de sucesos en cadena que generaron el cierre de todos los accesos a Trinidad, Zaza del Medio y Sancti Spíritus, así como la restricción de movimiento en áreas donde residen los casos positivos, donde solo se distribuyen productos de primera necesidad mediante mensajeros.
Asimismo se ha ampliado el cupo de centros de aislamiento y se alistó el Hospital Provincial de Rehabilitación Faustino Pérez para asumir la asistencia a casos confirmados que se mantengan asintomáticos, como funcionó en la primera etapa.
Entre las medidas adoptadas se distinguen la suspensión de las actividades relacionadas con la última etapa del curso escolar, así como la venta de uniformes en Sancti Spíritus, Trinidad y Zaza del Medio.
En las zonas de restricción de Trinidad se acercan los productos de primera necesidad. Pie de foto: Tomada del perfil de Facebook de Ana Marta Panadés.
También, con el fin de controlar el foco generado en el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos, principal centro asistencial de Sancti Spíritus, se decidió que este labore al 40 por ciento de su capacidad y adopte estrictas medidas de bioseguridad, como la prohibición del cambio de acompañante y visitas a enfermos.
Estas medidas, alerta siempre el director Rivero Abella, serán efectivas con la fórmula exacta de disciplina individual y esfuerzo estatal. Sólo así se irán desacordonando las cintas amarrillas que hoy mantienen en jaque el centro de la Isla.