La niña Rosa Anelis se encuentra en buen estado de salud, aislada y atendida por un magnífico equipo de neonatología. Autor: Cortesía del entrevistado Publicado: 28/05/2020 | 11:54 am
MATANZAS.— Un llanto inusual se apoderó del salón de operaciones del Hospital Doctor Mario Muñoz Monroy este lunes. En medio de muchas tensiones, riesgos y cuidados, una bebé rompió el silencio. No sintió el calor de su madre y tal vez en los primeros 14 días la extrañe mucho, pero tendrá que estar aislada, al igual que su progenitora.
Con 19 años de edad y residente en Jagüey Grande, Oslaidys González, paciente de COVID-19, es la primera embarazada con el nuevo coronavirus a quien se practica una cesárea en condiciones de aislamiento en este centro hospitalario matancero, donde han nacido ya tres niños en estas 11 semanas de pandemia. Su bebé, llamada Rosa Anelis, fue trasladada de inmediato al hospital materno provincial.
Oslaidys González es la primera embarazada con el nuevo coronavirus a quien se practica una cesárea en aislamiento. Foto: Hugo García
«Mi niña está bien, me dijeron que está durmiendo bien», solloza la joven mamá. Observa las fotos en el móvil y respira profundo para no llorar cuando la pequeña pantalla le devuelve la imagen del mayor orgullo de su vida, distante momentáneamente para cuidar la salud de ambas.
«Todos estamos felices, mi esposo Eris Nelson Sánchez está muy contento y espero que pronto esté toda la familia junta», dice a este diario.
El doctor Ramsés Issac Marrero narra que se trató de un nacimiento pre término. La gestante, de 33 semanas, entró en trabajo de parto en horas tempranas de este lunes 25: «A pesar de todo lo que hicimos para evitar que ocurriera, hubo necesidad de operarla, así que se tomaron todas las medidas oportunas», acota.
««Fueron necesarios muchos protocolos de bioseguridad. Una cesárea normal se realiza bajo otras circunstancias. Ahora fue con mucha más protección; parecíamos cosmonautas y así se hacía un poco difícil operar… Pero se trataba de una paciente que sabíamos estaba positiva y había que evitar el contagio y cuidar la salud de todos», refiere el médico, quien también atendió el primer parto de una embarazada sospechosa de portar el nuevo coronavirus el pasado 7 de abril, durante su primera rotación por este centro de aislamiento.
Para esta operación fueron necesarios muchos protocolos de bioseguridad. Foto: cortesía del entrevistado
Una cesárea normal se realiza bajo otras circunstancias, ahora fue con mucha más protección. Foto: cortesía del entrevistado
Mundo desconocido
La niña Rosa Anelis se encuentra en buen estado de salud, aislada y atendida por un magnífico equipo de neonatología. Mientras, la mamá permanece en el Mario Muñoz Monroy: «Se le había realizado un PCR el martes, de dar un resultado negativo podrá trasladarse de hospital, a una sala aislada, y terminar allí su tratamiento, porque como puérpera todavía no está de alta», explica el doctor Ramsés a JR.
Cuando la bebé tenga 14 días se le debe hacer también un PCR, porque, como dice el doctor Francisco Durán, jefe nacional de Epidemiología, esta enfermedad es nueva y no sabemos todas sus características: «Ya se conoce que el virus puede estar presente en algunos fluidos del organismo, como el semen o la mucosa de la vagina, pero no está estudiado ese asunto al cien por ciento ni sabemos si a través de la placenta pudo existir contagio entre la madre y la niña. Entonces, lo mejor es tratar preventivamente a la bebé y hacerle las pruebas», analiza Ramsés.
Aunque esta institución normalmente no atiende pacientes obstétricas, cuando se acondicionó para la pandemia se prepararon tres salones para otras emergencias: uno para cirugías generales, otro para partos y un tercero para cesáreas.
«Con Oslaidys, el momento más tenso fue cuando tomamos la decisión de operarla porque podían pasar muchas cosas, teniendo en cuenta que no es un embarazo a término. Aún pudieran existir algunas complicaciones, pero felizmente ambas se encuentran bien», dice el facultativo.
Su equipo hubiera preferido demorar el parto, pero el monitoreo indicó sufrimiento fetal con pérdida de la frecuencia cardíaca y de inmediato se aprestaron a dar toda la atención clínica y sicológica que el caso llevaba. Se interconsultó con especialistas del Programa Materno Infantil (PAMI) de la provincia y se decidió operar.
Felicidad pospuesta
En estos dos meses y medio de la pandemia en Cuba, este centro de aislamiento matancero ha atendido 163 niños sospechosos y 25 embarazadas, y ha recibido tres nacimientos: un parto natural y dos cesáreas.
Pero además guarda otra historia asociada a un feliz nacimiento, aun cuando no ocurriera entre sus paredes: el doctor Ramsés, quien ha recibido dos de esas criaturas nacidas en plena emergencia, es papá desde el día 18 de mayo.
El doctor Ramsés Issac Marrero, del Hospital Doctor Mario Muñoz Monroy de Matanzas. Foto: cortesía del entrevistado
Como coincidió el parto de su esposa con su segunda estancia de 14 días en la zona roja, no ha podido ir a casa a disfrutar de la suavidad de las mejillas de su hija, Valeria Issac García: «No la he podido abrazar ni acariciar, solo verla por fotos… Pero cumplo con mi deber y mi esposa lo entiende; ella sabe la importancia de mi trabajo.
«Mi presencia en el parto la planeamos mucho. ¿Qué más puede pedir un padre? Pero no pudo ser... Como ginecólogo, siempre soñé en hacer ese parto y ser el primero en tocar a mi niña, porque ese sería un momento único para ambos. En fin, esta será una historia que le contaremos a nuestra niña cuando crezca».