Matanzas.— Los clientes foráneos en general reconocen a Cuba por su seguridad y por ser una potencia médica, aseveraron varios arrendatarios de casas en divisa en un recorrido por la ciudad de Matanzas.
Aun cuando son pocos los que no se han capacitado por diversos motivos, todos adoptan las medidas higiénico-sanitarias para enfrentar el COVID-19 y se mantienen en extrema alerta.
Aunque existe la preocupación de dónde adquirir hiclorito u otros desinfectantes, comprobamos que las vajillas, manteles, sábanas y toallas son lavados con cloro y en ocasiones con agua caliente, al tiempo que se desinfectan los muebles u objetos que sean tocados por los turistas.
«A todos los caseros nos citaron tanto por Inmigración como por Salud y se nos impartió un seminario sobre los pasos a seguir para estar capacitados. Todos los días el personal de salud pasa por la casa para conocer si hay casos con algún síntoma respiratorio», asegura Gregoria Suárez Cruz, arrendadora en divisas del hostal Río Real, en la calle Río, de la Atenas de Cuba.
Elogió lo beneficioso de estos encuentros educativos y dijo que están alertas todo el tiempo para evitar la diseminación de la epidemia.
«Esta semana un turista dominicano, al ver por la prensa cubana las medidas del gobierno, me dijo que se sentía más seguro en Cuba que en otro país», relató Gregoria, aclarando que no es la excepción porque siempre, cuando un cliente se siente mal o presenta un dolor, inmediatamente lo remite al personal de la salud.
Joel Báez Almeida, arrendatario del hostal Azul, en la céntrica Calle Milanés, ratifica que se han realizado varias reuniones en los diversos Consejos Populares, lo que ha dado la oportunidad de intercambiar y escuchar.
«La colaboración de los propietarios de viviendas es la mejor. Una preocupación recurrente es la relacionada con que los clientes han cancelado reservas, por tal motivo quisieran pedir permiso por este tiempo en cuanto al pago de la licencia, y quieren saber el procedimiento, porque la ley establece la paralización por certificados médicos, mantenimientos o reparación de la vivienda o baja permanente, pero esta situación no clasifica en esos procesos, tema que trasladamos a la Central de Trabajadores de Cuba (CTC)», acotó Joel.
«En un momento difícil como este, estoy seguro que saldremos victoriosos, como siempre, porque no todos los países, por mucho desarrollo que tengan, logran la unidad que nos enseñó nuestro Comandante en Jefe», especificó Joel, representante de los arrendadores en el municipio y miembro del Comité Nacional el Sindicato del Turismo.
Confiar en la dirección del país
«La población tiene que confiar en la dirección de la Revolución y en el sistema de salud pública cubano, que ha sido capaz de enfrentar múltiples epidemias y siempre ha sacado adelante a nuestro país», sostuvo a este diario el Doctor en Ciencias Arístides García Herrera, Rector de la Universidad de Ciencias Médicas.
Esta batalla se gana con asociaciones, pues el sistema de salud tiene que involucrar a la población, sentenció García Herrera, quien exaltó que se van a masificar numerosas audiencias sanitarias en las que resultará decisiva la participación del pueblo.
El Rector señaló la efectividad de estas capacitaciones a los arrendatarios, así como en las escuelas de todas las enseñanzas por parte de personal calificado, incluidos círculos infantiles, trasmitiéndoles a los estudiantes que el lavado de las manos es lo más importante para prevenir la contaminación.
El doctor Leobaldo Núñez Valdés, especialista en segundo grado en higiene y epidemiologia, enfatiza que se han centrado en la capacitación en todos los sectores y ponderó específicamente la de los arrendatarios por estar cerca de los viajeros internacionales.
«Cuando llega un turista a la casa de renta con algún síntoma respiratorio la orientación es llamar rápido al área de salud para que el personal especializado lo atienda y decida qué hacer», señala Núñez Valdés, Máster en Enfermedades Infecciosas.
La doctora Odalis Rodríguez Suárez, directora del Centro de Higiene y Epidemiología en el municipio de Matanzas, consignó que entre los que alquilan habitaciones existe preocupación por conocer las medidas que deben adoptar ante el COVID-19: «En las reuniones además de escuchar con mucha atención, preguntaron por el acceso a hipoclorito y otros desinfectante y qué hacer ante un caso sospechoso. También se les facilitaron los teléfonos para el aviso oportuno».
«Esta es una etapa de vigilar y detectar a tiempo el caso, por eso es importante la capacitación a los arrendatarios de casas y es muy importante no tocar ni mover al paciente si muestra síntomas», dijo Rodríguez Suárez, quien añadió que a veces el turista se marcha antes de tiempo para otro hostal y pone a correr a todos porque hay que saber a dónde se dirige.
Por su parte la doctora Diana Vargas Carnot, Jefa del departamento de Salud de la Universidad de Ciencias Médicas, insiste en que las epidemias matan a quienes no se preparan bien, y llamó a realizar las pesquisas de las personas con síntomas respiratorios y lograr su aislamiento tiempo.
«Las medidas intradomiciliarias, como separar los objetos de uso personal son cuestiones que no necesitan recursos, sino organizar el sistema de vida de cada uno», recalcó.