El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, expresó satisfacción por los resultados del 1er. taller La producción de alimentos con más ciencia, en el que convergieron científicos, académicos, directivos de ministerios, empresarios, técnicos y productores.
Entre los objetivos del encuentro, clausurado la víspera por el mandatario cubano, estuvo concretar en el sector agropecuario —en las bases—, empezando por los grandes polos productivos, avances científicos y tecnológicos convertidos en innovación, en aras de incrementar las producciones agropecuarias.
En la reunión se propuso aplicar 110 resultados aportados por la ciencia en el área agrícola (en viandas y granos), la producción de carne (bovina, porcina, avícola y ganado menor), y en los programas de bioproductos y derivados de la zeolita.
Como la práctica es la prueba de la verdad, y en esta se demostró, se decidió ampliar la experiencia a otros sectores, por lo que ya se anuncian o prefiguran talleres similares, como el relativo al desarrollo del sector azucarero con más ciencia, y a la industria alimentaria con más ciencia.
El Presidente cubano informó que los aspectos relevantes de la relatoría del evento se convertirán en acuerdos y serán analizados en las reuniones que realiza el Consejo de Ministros para chequear el desarrollo del sector agropecuario.
De forma ejecutiva —porque la «letra» tiene que ganar vida—, Díaz-Canel designó allí mismo los ministerios (ministros) que se encargarán de cumplir y rendir cuenta por cada acuerdo, tanto los macroeconómicos, como el de Economía y Planificación y de Finanzas y Precios, como el de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente o el de Agricultura, la Industria Alimentaria…
Conocernos mejor y actuar juntos
Según se expresó en la reunión, «lograr que los resultados científicos y tecnológicos sean aplicados y generalizados en la producción agroindustrial solo será posible a partir de la integración entre los centros de investigaciones, las universidades, los grupos empresariales y los productores».
Será así —se abundó— como obtendremos «un efectivo encadenamiento productivo y la constitución de los polos científico-tecnológicos y productivos, que resulten factibles en cada región del país» para aplicar los principales impactos identificados en el Taller.
A propósito, Díaz-Canel expuso que el encuentro demostró «la necesidad que tenemos de conocernos mejor». Agregó más adelante que «debemos pasar de la insatisfacción de que los resultados de la ciencia se engaveten, a llevarlos a verdadera innovación, la cual termina con el plato que se pone en la mesa».
Subrayó la imperiosa necesidad de aplicar estos principios en momentos en que Estados Unidos incrementa su escalada de agresiones y amenazas contra Cuba y Venezuela, regresa a la Doctrina Monroe y recrudece su persecución financiera contra nuestro país.
Estamos obligados a producir con eficiencia, exportar y sustituir importaciones, señaló el mandatario al recordar que el país gasta cada año más de 2 000 millones de dólares en el mercado internacional para la compra de alimentos.
Es una situación que debemos cambiar a partir de cosechar aquí todo lo que se pueda obtener, e importar lo estrictamente necesario. Tampoco —señaló— es lo mismo importar alimentos para el consumo que comprar materias primas e insumos para elaborar los productos finales aquí, como es el caso, por ejemplo, del pienso.
¿Por qué no podemos producir aquí pollo para el sacrificio y lo importamos todo? ¿Por qué importar pienso y no hacer aquí el criollo? Fueron algunas de sus preguntas para enfatizar algo que reitera constantemente: «tenemos que dejar atrás la mentalidad importadora»; y al mismo tiempo, salir a vender al mercado internacional: «todos tienen que pensar qué pueden exportar y hacerlo de forma competitiva», sentenció.