En la recuperación de playas se utiliza como principal alternativa la alimentación artificial de arena. Autor: Cortesía Granma S.A. Publicado: 01/03/2019 | 09:02 pm
Los ecosistemas naturales sufren hoy más que nunca las consecuencias de la acción imprudente del hombre y del creciente cambio climático, fenómenos que generan transformaciones negativas y procesos que atentan contra la propia supervivencia del planeta.
Las playas resultan uno de los más afectados a nivel mundial, pues la erosión costera se está produciendo de forma acelerada en la mayoría de los balnearios. Este proceso de transformación y degradación es, en gran medida, irreversible.
En Cuba —archipiélago que cuenta con 5 746 kilómetros de costas y unas 430 playas arenosas—, se ha detectado más de un 80 por ciento de indicios de los procesos de erosión y un retroceso de la línea costera de uno a dos metros por año, lo que se traduce en pérdida de áreas destinadas a la recreación y el turismo.
Según explicó a Juventud Rebelde Leonel Peña Fuentes, especialista de la división de Ingeniería Costera de la Sociedad Mercantil Inversiones Gamma S.A., las construcciones sobre las dunas litorales, la tala de la vegetación del área y la extracción de arena atentan contra el carácter autoconservador de las playas frente a la elevación del mar y las penetraciones costeras.
Así lo han reafirmado los últimos fenómenos meteorológicos que han impactado en la Isla, fundamentalmente el huracán de categoría cinco Irma, cuya fuerza dejó a varias zonas costeras en situaciones críticas.
Salvar los ecosistemas
La conservación de las playas resulta una prioridad para el país, por lo que se han llevado a cabo múltiples programas respaldados por el Decreto Ley 212 de 2000 sobre la Gestión de la Zona Costera.
Peña Fuentes destacó que, como aparece en esta norma jurídica, «las zonas costeras constituyen el hábitat de un número significativo de especies, por lo que la erosión, la contaminación, el desmonte de los manglares, el incremento de asentamientos humanos en esta zona, las construcciones sobre las dunas, la actividad marítimo-portuaria, la siembra de plantas inapropiadas, la extracción de áridos para la construcción, la destrucción de dunas litorales, el relleno de lagunas costeras, la ejecución de obras marítimas y la sobrexplotación de los recursos marinos, entre otros factores, conducen a su modificación y a la pérdida de la diversidad biológica».
Por tanto, dijo, los proyectos que se ejecutan en estas zonas deben seguir una rigurosa metodología que incluye investigaciones sobre el funcionamiento de los sistemas costeros; la elaboración de proyectos ejecutivos para la recuperación, mantenimiento y creación de playas; el diseño de soluciones ingenieras para la protección de la zona costera ante el efecto del oleaje, y el monitoreo de la efectividad de los proyectos ejecutados.
«Las playas tienen la capacidad de ir adaptando su morfología y reaccionar ante un incremento en la intensidad del oleaje. Su estructura cambia en pos de atenuar los efectos negativos, y luego se restituye a su posición de equilibrio. Sin embargo, esta capacidad ha decaído debido al incremento en la intensidad de los fenómenos que las afectan y a la creciente pérdida de biodiversidad marina», argumentó el especialista.
Acciones de recuperación
En nuestro país se diseñó hace varios años un programa de alcance nacional encaminado a restituir las condiciones de las playas, con énfasis en aquellas que son objeto de explotación por el turismo.
Para ello se han ido destinando recursos en la medida de las posibilidades, y se designó al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) como rector de estas tareas. Gamma S.A. es la empresa de este ministerio encargada de desarrollar estos programas.
El trabajo comenzó en Varadero. «Allí se implementó lo que es el diseño del proyecto ejecutivo de recuperación de playas, utilizando como principal alternativa la alimentación artificial de arena, que consiste en la extracción de esta del fondo del mar y su vertido sobre la playa», explicó.
Hasta el momento la empresa ha desarrollado varias campañas de vertimiento de arena para restituir los sedimentos que se han ido perdiendo por los procesos de oleajes cambiantes y agresivos.
De esta manera, dijo Leonel Peña Fuentes, hemos logrado el equilibrio en cuanto a volúmenes de arena en varias playas erosionadas. Este proceso de vertido llega a las playas en forma de mezcla de arena y agua que se dosifica a partir de la draga.
«Con la acumulación de esta arena en la costa se va reconformando el perfil, de manera tal que se le restituya a la playa el área que tenía para la exposición solar y, por supuesto, se beneficia el fondo marino también», puntualizó.
La recuperación de las playas, proyecto que se desarrolla desde hace años, ahora se inserta como parte importante de la Tarea Vida, pues tributa directamente al programa de enfrentamiento al cambio climático.
«El hecho de que se recupere una playa implica que le estás dando a ese ecosistema la posibilidad de defenderse de los embates del oleaje asociado a fenómenos meteorológicos extremos.
«La playa, al tener una pendiente suave y arenosa, constituye un elemento de disipación de la energía del oleaje. Al encontrar una costa erosionada el oleaje intenso penetraba y rebasaba la costa, y provocaba a su paso inundaciones y destrucción de infraestructuras y ecosistemas», señaló el especialista de la división de Ingeniería Costera de Gamma S.A.
En 2016 se llevó a cabo un vertimiento considerable de arena en la cayería norte de Ciego de Ávila —Cayo Coco y Cayo Guillermo— con la recuperación de tres playas.
También se previeron acciones en el polo turístico de Villa Clara, con la recuperación de cinco playas, dos en Cayo Las Brujas y tres en Cayo Santa María.
«Este proyecto se diseñó en 2015, pero fue pospuesto para 2017. Cuando lo teníamos todo listo para el vertimiento llegó a las costas cubanas el huracán Irma, por lo que se agravó la situación de estas playas y tuvimos que reformular la estrategia. Finalmente, el trabajo se concluyó con excelentes resultados en enero de 2018», declaró.
La empresa Gamma S. A. se encuentra actualmente acometiendo acciones en la costa de Holguín, donde se ha desarrollado una zona hotelera en un área sin playas, por lo que se están haciendo de manera artificial.
La recuperación en la costa holguinera y en las playas del este de La Habana se ha dificultado por no identificarse los desiertos arenosos a profundidades extraíbles.
Esta escasez del recurso se debe, según indicó el especialista, al creciente déficit en las fuentes productoras de arena, producto que se constituye mayormente por organismos marinos como algas calcáreas, moluscos, peces y restos de otros organismos marinos, poblaciones que se han deprimido por la acción irresponsable del hombre en su interacción con el medio ambiente.