En la zona del Mural de la Prehistoria se encontraron estos tres fragmentos de metorito. Autor: Dorelys Canivell Canal Publicado: 02/02/2019 | 01:45 am
VIÑALES, Pinar del Río.— Zayda Lay Díaz y Felicia Reyes se conmocionaron cuando un ruido fuerte como de varios aviones primero y muchos truenos después, entorpecieron la tranquilidad de la tarde de este viernes. Ellas, que veían una novela, salieron hasta el patio, pero no supieron, en ese instante, qué había pasado.
Al observar un hueco en el techo de zinc galvanizado pensaron que era el vecino que siempre anda tirando piedras. Sin embargo, allí, en el Mural de la Prehistoria —ubicado en Viñales—, apenas a un kilómetro de distancia de su casa, la gente comenzaba a hablar de un meteorito, y encontraron en el piso del cuarto una piedra partida en dos.
«Era más pequeña que un huevo, oscura, casi negra por fuera y más blanca por dentro», dijo Felicia. Pero, lo que no sabía otro de sus coterráneos, Rainel Rivera Otero —conocido en el lugar como El Puchy, y quien se encontraba en el Mural—, era que en su hogar había caído una «roca» y la cubierta del techo de su casa tenía un hoyo, como huella del suceso.
«Yo probé y olí la piedra para saber si tenía algún sabor; y olía como a pólvora», expresó este joven que no tuvo miedo de otras consecuencias.
Una piedra rompió el techo
Rafael Damián Cabrera lo vio todo más de cerca. Este hombre, que se encuentra trabajando en labores constructivas en el Mural, dice que de pronto se escuchó un sonido muy fuerte como de muchos truenos juntos, y la gente corrió a resguardarse.
«Al momento se vio una gran cantidad de humo oscuro y una bola de candela. Cuando se sintió eso el humo se puso rojo y en pocos minutos cayó justo delante de mí una piedra que rompió el techo», cuenta.
Otro trabajador asegura que el sonido fue tan fuerte que creyeron que se había roto la máquina de picar losas. Y Diosmany Fernández, que había ido hasta el mismo corazón del Valle a buscar su caballo, confiesa, haber corrido como loco cuando oyó el estruendo:
«Me dije deja mirar aquello y cuando sentí detrás de mí otro ruido veo una cosa que cae contra la tierra, y después cayó otra más, y ahí me mandé a correr pa’ acá, y eso siguió chiflando. Me escondí en aquella casita en mal estado, dice ya más calmado mientras señala con el dedo su lugar de refugio. «Después salí y encontré la piedra», narra.
José Carlos Fernández Rodríguez, administrador del Mural, comentó que los visitantes se asustaron un poco, pero todo fue tan rápido que las cosas volvieron a la normalidad en unos instantes.
Desde ese momento, los tres fragmentos que recolectaron en esa área pasaron a ser el atractivo de la tarde.
En la ciudad de Pinar del Río, las personas solo percibieron dos estruendos que hicieron salir a muchos de los hogares y pasar un buen rato en la calle. Las cortinas se aventaron; las paredes, ventanas y muebles se agitaron. No pocos pudieron apreciar en medio del cielo «aquella bola de candela que surcó un tramo y luego desapareció», como describió a esta reportera un joven que se encontraba en medio del parque conectado a la wifi.
La telefonía casi colapsó y en breve tiempo se conocía que el fenómeno se había percibido en toda la provincia, y también en otros sitios del occidente. Mientras las personas detenían su cotidianidad y miraban boquiabiertos las piedras, un equipo de especialistas del Instituto de Geofísica y Astronomía (IGA), se dirigieron de La Habana a Pinar del Río para evaluar la situación en el lugar de los hechos, y fueron ellos quienes confirmaron lo que era un rumor: ocurrió un evento astronómico por la caída de un meteorito en Viñales.
Once centímetros
Según explicó Efrén Jaimez Salgado, investigador del IGA, «estamos en presencia de un meteorito de tipo litito opetreo. Era un objeto más grande que se fragmentó en la atmósfera. La densidad que tiene es media no alta, pues no es un meteorito completamente metálico, tiene aleación de hierro-níquel.
«Posee también una gran cantidad de silicato de magnesio, y eso lo hace menos denso que los meteoritos que son eminentemente de hierro o níquel como los sideritos. Se dividió en varios pedazos afortunadamente, de lo contrario el impacto hubiera sido más fuerte. Sin embargo, hubo onda expansiva, percepción de esa explosión y de la onda en varios lugares.
«No sabemos la cantidad de fragmentos caídos. El mayor que hemos visto posee un tamaño aproximado de 11 centímetros de longitud. Tiene huellas de quemado o chamuscamiento, por la velocidad cósmica con que entra en la atmósfera. Esta pieza mayor debe pesar alrededor de un kilogramo, así que el objeto principal debió estar muy por encima de ese peso, probablemente una tonelada o más».
El especialista detalló que no es frecuente que caigan estos meteoritos, lo que no quiere decir que todos los días, no entren a la atmósfera. «A veces son tan pequeños que no se detectan. Hasta la fecha se han recogido más de 31 000 restos de meteoritos en el mundo. Lo que pasa es que un fenómeno de este tipo que resulta más llamativo porque es grande y explota, se dan con menor frecuencia».
Antonio Alonso, también investigador del IGA, aportó otros elementos sobre el meteorito caído en Viñales. «Este, por la cantidad de testigos y la dispersión manifiesta, debe haber tenido como meteoro una masa bastante grande: entre 50 centímetros y un metro aproximadamente. Alrededor de 50 centímetros hace un evento como este.
«Lo que uno llama una estrella fugaz, es del tamaño de un chícharo, que produce un evento luminoso, pero esto es un gran bólido, en este caso pétreo y al entrar en las capas densas de la atmósfera por la fricción con el aire se destruye y tienen lugar las diversas explosiones de las que han hablado las personas», expresó.
El especialista añadió que la recolección permitirá profundizar en la composición de esta materia interplanetaria que puede datar de los orígenes del sistema solar o más. «Siempre es interesante estudiar los eventos, por ejemplo, su trayectoria, para calcular la órbita original que pudiera tener antes de entrar a la atmósfera».
Ante la situación vivida este viernes en Vueltabajo fuerzas del Ministerio del Interior, representantes de la delegación provincial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y autoridades del municipio de Viñales estuvieron al tanto de lo ocurrido. José Antonio Valle Crespo, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, confirmó que muy pronto el pueblo volvió a la normalidad y no se reportan daños humanos y materiales.
Manuel Vázquez Torres, especialista de la Empresa Geominera de Pinar del Río, recordó que actualmente están inmersos en un proyecto de geoparque en Viñales, y han hablado muchas veces de que hubo un meteorito que impactó muy cerca de esta zona, en el Golfo de México, y que causó la extinción de los dinosaurios y cerca del 70 por ciento de las demás especies. «Hoy la naturaleza ha evidenciado que estas cosas pueden ocurrir».
Nota: Se les solicita a todas aquellas personas que aún posean fragmentos del meteorito en su poder lo entreguen, en aras de contribuir con los estudios pertinentes.