Ramiro Rosabal Provance. Autor: Rafael Martínez Arias Publicado: 04/01/2019 | 09:57 pm
BAYAMO, Granma.— Se comió un león en su vida. Y lo hizo con total modestia, sin pedir un pedestal a cambio y sin vociferar la grandeza de sus actos.
Esa metáfora inicial viene a estas líneas porque Ramiro Rosabal Provance se jugó el pellejo desde su juventud, sintió proyectiles a su oído, fue protagonista del triunfo, ayudó a crear instituciones, cazó bandidos por las lomas, contribuyó a proteger a grandes como al Che y a Fidel… trabajó hasta los ¡74 años! y, con todo eso, no se cansó de hacer.
Nació el 7 agosto de 1938, en la ruralidad del actual municipio granmense de Jiguaní; estuvo, el 5 de enero de 1959, entre los fundadores de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), cuyo primer jefe fue Efigenio Ameijeiras, expedicionario del Granma y uno de los protagonistas del rencuentro de Cinco Palmas.
Ahora, mientras repasa anécdotas por el cumpleaños 60 de esa institución, le brotan, espontáneos, otros recuerdos vinculados con su incorporación al Movimiento 26 de Julio —diciembre de 1956— o su alistamiento en el Ejército Rebelde, en marzo de 1958.
Integrante del IV Frente guerrillero, dirigido por Delio Gómez Ochoa, este hombre que pone la sencillez por encima de todo luchó bajo las órdenes de Orlando Lara y Cristino Naranjo, esperó la entrada triunfal de Fidel a Bayamo y participó en un trayecto de la Caravana de la Libertad.
Su historia es similar a la de algunos de aquellos creadores, quienes pasaron inmediatamente de las armas a la compleja edificación de un país. «La Policía resultó la primera institución creada por la Revolución y una de sus tareas iniciales fue eliminar las lacras del pasado, como la prostitución, la mendicidad, el proxenetismo y otros males que campeaban antes de 1959», rememora.
Este teniente coronel de la reserva no olvida que los integrantes de la PNR debieron aprender sobre la marcha. «Pero siempre nos animaron los conceptos de Fidel, enarbolados desde el Moncada; es decir, respetar la integridad del ser humano, evitar cualquier tipo de exceso con el detenido, tener una actuación educada y ser parte indisoluble del pueblo, aspectos que los jóvenes que ingresan a este cuerpo uniformado no pueden pasar por alto».
De esos años del comienzo, Ramiro subraya el papel de la Policía en la victoria de Playa Girón o en el enfrentamiento a las bandas contrarrevolucionarias que, aupadas por el Gobierno de Estados Unidos, pretendieron socavar el proyecto social cubano.
«En Oriente operaron varias terribles, contra las que luchamos directamente, entre estas se encontraban las de Alfredo Espinosa, «Mamacusa»; Ventura Ramírez, Pablo Pupo y Heberto Carmenate; cometían crímenes, quemaban escuelas, bodegas y abusaban de los campesinos. Las derrotamos con la colaboración del pueblo», dice.
Rosabal Provance recalca que la PNR estuvo vinculada con el Ministerio de Defensa Nacional, luego con las Fuerzas Armadas Revolucionarias y más tarde con el Ministerio del Interior. «Allí tuve la oportunidad, como muchos de mis compañeros, de superarme», remarca. Lo expresa con orgullo porque consiguió pasar de un rudimentario quinto grado a la Licenciatura en Ciencias Penales, con un posgrado en Instrucción Judicial.
Incluso, se contó entre los privilegiados porque estuvo en un abarcador curso en la Academia de la KGB, en la antigua Unión Soviética, «una experiencia que nunca olvidaré».
Trabajó en las provincias de Las Tunas, Holguín, Santiago de Cuba y Granma, en esta última fue fundador de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.
Rosabal Provance jamás borra de su mente las jornadas junto a Fidel, el Che o Raúl. Este último lo condecoró en 1973 con la medalla Aniversario 20 del Moncada. «Me tocaron esos momentos; la Policía también velaba por la integridad de los dirigentes del Estado y por eso estuve cerca de Fidel varias veces, como cuando se organizaba la zafra de 1970».
Para Ramiro la PNR debe seguir siendo garante de la tranquilidad ciudadana, emblema de virtud y, de manera especial, esencia viva del pueblo.