SANCTI SPÍRITUS.— Por vez primera en Cuba se demuestra científicamente que existe una distribución distinta de las comunidades de murciélagos, de acuerdo a la altura de las montañas.
Ese resultado se obtuvo tras la realización de un estudio guiado por Abel Hernández Muñoz, experimentado biólogo espirituano, e integrantes el Grupo SAMÁ, en la reserva ecológica Pico San Juan, en el macizo montañoso Guamuhaya.
«Se utilizó al unísono el método estandarizado redes de niebla en tres niveles de altura de la elevación, ya que en cada uno de estos se encuentran distintos hábitats. En el transcurso de las prospecciones se colectaron 247 individuos de murciélagos, que pertenecen a diez especies de quirópteros», explicó Hernández Muñoz, quien además funge como director del Museo de Historia Natural, único de su tipo en el centro de la Isla.
Tras las pesquisas en zonas donde nunca antes había llegado la ciencia se demostró que el sistema de cuevas, el carso (sistema base) y su entorno, resultan de gran importancia para la conservación de la biodiversidad de quirópteros en el contexto de los paisajes naturales de Guamuhaya.
Igualmente el equipo de especialistas concluyó que la quiropterocenosis presente en el sitio natural Pico San Juan, así como las poblaciones monitoreadas, gozan de buena salud para bien de la biodiversidad animal del área.
Tomando como referencia el texto Los murciélagos en Cuba, de Gilberto Silva Taboada, considerada la monografía científica más completa del orbe sobre el tema, y muestreos anteriores en otras localidades del Macizo de Guamuhaya, Hernández Muñoz y sus colegas se dieron a la tarea de demostrar la existencia de un indudable gradiente altitudinal en la distribución de las especies.