El Puente 535 de la carretera a Jarahueca fue socavado severamente en su base. Se recupera con el vertimiento de decenas de metros cúbicos de hormigón y rajón. Autor: Estudios Revolución Publicado: 31/07/2018 | 09:56 pm
CIEGO DE ÁVILA.— Alrededor del 75 por ciento de la superficie de Florencia es de quebrada o de montaña. Se le conoce en esta provincia como «El municipio de los bellos paisajes», incluso, está aquí la elevación más alta del territorio, Pico Bandera (Sierra de Jatibonico), con 442,0 metros de altura sobre el nivel medio del mar.
A 84 kilómetros al noroeste de la capital avileña, fue la jurisdicción más afectada por las diluvianas lluvias traídas por la tormenta subtropical Alberto a fines de mayo pasado.
Más de diez comunidades registraron precipitaciones por encima de los 500 milímetros en ese mes, y en el consejo popular Ranchuelo sobrepasó los 668,2 milímetros.
Los daños en la red vial y en la agricultura fueron grandes, solo en el tabaco hubo afectaciones por casi 12 300 000 pesos: unos dos millones de pesos por pérdidas y baja en la calidad del tabaco en los aposentos, debido a la humedad con sus secuelas; y unos diez millones de pesos por plantaciones que no pudieron cosecharse.
Por otro lado, las graves inundaciones por el desbordamiento del río Jatibonico del Norte, «atorado» en el sumidero que le abre paso subterráneo hacia el otro lado del conjunto orográfico conocido como Alturas del Nordeste de Las Villas —que tiene en estos lares su nacimiento de este a oeste—, llegaron a cotas de hasta nueve metros por encima del cauce normal.
Muchos postes eléctricos quedaron sumergidos en la región de Boquerón y Lowrey, las dos comunidades más perjudicadas por las lluvias. Y el complejo hidráulico Liberación de Florencia, el más importante de Ciego de Ávila, tuvo récord histórico, al acumular unos 79 millones de metros cúbicos de agua.
El agua bajó en las montañas
A poco más de dos meses del paso del meteoro, sin embargo, son poco visibles los estragos provocados en la naturaleza, en los asentamientos poblacionales y en buena parte de los viales socavados o derruidos.
Las riberas del Jatibonico del Norte son ahora el testigo evidente de los estragos. Árboles y palmas deshojadas, derrumbadas o a medio caer, marcan el nivel que alcanzó la corriente. Y los túmulos de rocas que suben desde el río, pelados como un coco, siguen emblanqueciendo libres al sol.
La gente de Florencia «vive la vida normal», como si «aquello» ya fuera del pasado. Pero continúan agradeciendo. Muchos salieron a saludar al Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien dedicó la jornada matutina de este martes 31 de julio a recorrer lugares afectados por la tormenta subtropical y conversar con cuanto lugareño salió a su paso, como es su costumbre.
Tan pronto llegó a la cabecera del municipio, fue al encuentro de quienes, espontáneamente, lo esperaban. Les explicó el motivo de la visita de trabajo, se interesó por la vida en el pueblo y hasta parece que dio tiempo para que muchos guardaran en sus celulares las imágenes del encuentro; escena ya recurrente en sus jornadas de trabajo en los diferentes lugares de la nación que visita, y siempre, de forma familiar.
A lo largo del trayecto por la Florencia avileña el mandatario detuvo el vehículo que lo transportaba para conversar con los vecinos, como lo hizo en la bodega de «monte adentro» La Báscula, que despacha los víveres a quienes viven a la vera del vial intramontano de Lowrey a Boquerón.
Conversó con la dependienta del establecimiento sobre la entrada de las mercancías normadas, y las liberadas; sobre qué es lo más demandado en la comarca; sobre el pan —«que lo traen todos los días», le dice la trabajadora del comercio—. Indagó sobre la leche normada, que la expenden allí por una ventana a media cintura, a través de la cual los lugareños veían y escuchaban el intercambio entre el Presidente y la bodeguera.
Acompañado por Félix Duarte Ortega, miembro del Comité Central y Primer Secretario del Partido en Ciego de Ávila, y otras autoridades de la provincia y el municipio, desde allí mismo el Jefe de Estado aprovechó para conversar con los parroquianos, hombres y mujeres de las lomas, a quienes comentó que a pesar de las intensas lluvias provocadas por la tormenta, la gente se ve tranquila y el paisaje está más hermoso.
No obstante, insistió en la necesidad de prepararse para continuar enfrentando fenómenos como estos, que amenazan con ser cada día más frecuentes como consecuencia del cambio climático, proceso que es irreversible.
El mandatario ha ido reiterando esta realidad irrebatible durante las visitas de trabajo realizadas a Villa Clara, Sancti Spíritus, Matanzas y ahora Ciego de Ávila para comprobar in situ los daños provocados por el evento hidrometeorológico de mayo último y los ingentes trabajos de recuperación.
La preocupación de la dirección del país, cuyas alertas más tempranas y preclaras las hizo y mantuvo el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y sobre las que siempre previene el General de Ejército Raúl Castro Ruz, acompaña a Díaz-Canel, para quien la tormenta subtropical Alberto trajo nuevas enseñanzas, pues al contrario de un ciclón tropical, las pertinaces e intensas lluvias que provocan pueden dejar daños mayores que aquellos, como los que se produjeron en la red vial del centro del país.
Los puentes de florencia
La faena laboral del Jefe de Estado en el municipio avileño de Florencia comenzó en el Puente 535 de la carretera a Jarahueca, socavado severamente en su base, y donde ya se han vertido decenas de metros cúbicos de hormigón y rajón. El agua del Jatibonico del Norte subió aquí nueve metros.
Díaz-Canel intercambió con obreros y especialistas en medio de la obra, donde se le comunicó que está siendo rehabilitada por una empresa constructora local. A la vista, los trabajos que se acometen siguen el principio orientado de que «todo cuanto hagamos tiene que quedar mejor que como estaba».
Esta misma premisa guió al estadista en la Derivadora Jatibonico del Norte, que desbordó sus límites y donde es necesario concebir, planificar y acometer algunas obras para evitar que pase lo mismo. Fue una rueda informativa y debate, entre técnicos e ingenieros —incluido el Presidente—, que finalmente giró alrededor de un consenso experto.
La próxima estancia del mandatario fue en Lowrey, en el taller de escogidas Abras Grande, perteneciente a la UEB Beneficio del Tabaco de Florencia, donde la fuerza laboral es mayoritariamente joven y femenina.
Saludó a todas las personas que allí laboran, una por una, en sus puestos de trabajo, en el que están mayormente de pie, a pesar de tener sillas. «Así es más rápido», le dicen. También preguntó abundantemente sobre las condiciones de trabajo, los salarios, la estabilidad laboral..., detalle por detalle.
Florencia es zona tabacalera, Irma Martínez Martínez, con sus 80 años, sus tremendos ojos azules, sus arrugas bondadosas y su simpático sombrerito, sería una excelente modelo para promocionar la hoja o los puros cubanos. «En 80 años nunca había visto agua igual», le dice a Díaz-Canel en la afueras del vivero de la empresa agroforestal, donde trabaja.
Irma estaba acompañada por sus compañeras y otras que ocupan cargos de dirección en la localidad, quienes le respondieron preguntas relativas a la recuperación de los daños provocados por la tormenta subtropical y la atención a los habitantes de la zona, como la rehabilitación de techos, la entrega de módulos de cocción, de avituallamiento, de aseo, colchones...
De regreso a la cabecera municipal, Díaz-Canel visitó una dulcería para la venta de diferentes delicias a la población y la fábrica de conservas, añeja factoría donde se enlatan desde frutas en dulce hasta tamales, desde frijoles fritos hasta los legendarios pimientos morrones, una exclusividad de la región.
La tormenta subtropical Alberto fue un episodio duro, pero se sale de él. Otro evento igual (o peor por la fuerza de los vientos), el huracán Irma, en septiembre pasado, dejó en el municipio de Florencia daños en 1 422 viviendas, pero ya el 80,3 por ciento de ese fondo habitacional ha sido recuperado.
Perfiles «florentinos»
Según la División Político Administrativa de 1976, Florencia tiene una extensión superficial de 290,69 kilómetros cuadrados (km2), el 4,1 por ciento del área provincial. El 31 de diciembre de 2017 la población calculada ascendía a 19 022, con un alto número de ancianos; según la población residente, es uno de los diez municipios más envejecidos de Cuba.
Limita al norte con el municipio de Chambas, al sur con los municipios de Majagua y Jatibonico (Sancti Spíritus), al este con los municipios de Chambas y Ciro Redondo, y al oeste con el municipio de Yaguajay (Sancti Spíritus).
En 2016 el índice boscoso sumaba el 18,32 por ciento, y los bosques naturales representan más del 90 por ciento del espacio, por lo que Florencia está incorporado al plan Turquino–Bamburanao.
Fuente: Anuario Estadístico del municipio de Florencia. 2016. Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), en www.onei.cu. Y Ecured.