Santiago en 26 Autor: Roberto Suárez Publicado: 26/07/2018 | 09:18 pm
SANTIAGO DE CUBA.— El paso arrollador del carnaval, el entorno iluminado en una ciudad que respira progreso, el ardor constructivo de días intensos, todo se vistió de solemnidad.
Otra vez Santiago volvió al Moncada. Nunca olvida. El recuerdo del gesto audaz de aquel grupo de jóvenes que hace 65 años inició el camino hacia la definitiva libertad de los cubanos, la sangre nueva vertida por la saña y la barbarie, son acicate, y los frutos del trabajo las flores más perfumadas que ofrenda en esta otra mañana de la Santa Ana.
Justo a las 5 y 12 minutos —según investigaciones recientes la hora exacta en que comenzó la acción—, entró otra vez Raúl al Moncada, seguido de Díaz-Canel, Machado, Ramiro…, para encabezar el acto político cultural por la conmemoración nacional de la efeméride, y cual el mejor símbolo de este otro asalto, una lluvia de banderas en manos del futuro acarició los muros de la otrora fortaleza militar, mientras la voz del pionero Vladimir Céspedes, conminaba al reto, como entonces: «Ya estamos en combate, por defender la idea de todos los que han muerto….»
El Himno de Bayamo besó entonces el alma de la Patria y otra vez se vio disparar a Abel, se sintió el grito de Renato Guitart, la mirada estremecedora de Tassende, la fuerza de Melba y Haydeé, la ternura de Boris Luis… y se irguieron los sueños truncos de casi niños que se empinaron sobre sus años.
De nuevo se escuchó la voz del líder, Fidel, desde siempre faro de Cuba: «(…) nuestra esperanza es que esta Revolución jamás retroceda y que toda la gloria y dignidad alcanzadas no pueda destruirlas nadie…»
Por eso, aunque la pionera de séptimo grado Laikén Rodríguez nació mucho después, su voz se elevó desde el orgullo: nunca defraudaremos a aquellos hombres y mujeres que dieron sus vidas para que los niños, niñas y adolescentes cubanos seamos felices, para que tengamos hoy derecho a la educación, la salud y el deporte de forma gratuita.
Y las razones de la profesora de la Universidad de Oriente Arianne Rodríguez convencieron al ratificar que esta juventud, heredera de la misma vocación de firmeza política y social, el mismo espíritu indómito de aquellos de coraje imberbe, continuará siendo protagonista de la gran obra iniciada el Primero de Enero de 1959.
El Moncada nos mostró el camino que se recorrería y con ese alto ejemplo, para nosotros siempre es 26, expresó el integrante del Comité Central y primer secretario del Partido en la oriental provincia, Lázaro Expósito Canto, tomando como referencia al cantor Carlos Puebla.
Aquí nació la Patria, el liderazgo de Fidel; el Moncada despertó conciencia y rebeldía, expresó el dirigente y habló del compromiso de los santiagueros de saludar esta fecha con resultados en todas las esferas.
Dijo que con métodos de trabajo como los del movimiento Santiago Arde se han edificado en municipios y consejos cafeterías, tiendas, centros de servicios y muchas otras obras sociales; la construcción y rehabilitación del fondo habitacional avanza; la salud muestra indicadores superiores y han entrado nuevos equipos de diagnóstico, entre otras acciones que han sido posibles por el esfuerzo colectivo, la capacidad de resistencia y victoria y el sentido de pertenencia y consagración del pueblo, con la guía de la dirección del país.
Fotos: Roberto Suárez
Esta Revolución, hija de las ideas martianas y fidelistas, no se rinde ni se vende, sentenció Expósito Canto, y en sus palabras, estuvo la reafirmación y el juramento de todo Santiago.
Como en aquella madrugada del 26 de julio de 1953, en la azotea del vecino Palacio de Justicia, y como había prometido en diciembre pasado, tomó entonces la palabra el General de Ejército Raúl Castro Ruz.
Ninguno de los que tuvimos el privilegio de participar en estas acciones, bajo el mando de Fidel, podríamos entonces soñar que estaríamos vivos un día como hoy, con un país libre, independiente y soberano, con una Revolución socialista en el poder, y un pueblo unido presto a defender la obra realizada, señaló desde la emoción.
Destacó que este aniversario 65 se celebra en Santiago de Cuba, no solo por historia, sino también para reconocer el trabajo que desarrolla la provincia en beneficio del pueblo.
Enumeró los desafíos del país en lo adelante como el proceso de consulta popular al que próximamente se someterá el proyecto de Constitución de la República; abundó sobre las amenazas que hoy vive la izquierda en América Latina, proclamó que los cubanos reclamamos la libertad de Lula da Silva y su derecho a ser candidato presidencial del Partido de los Trabajadores, y aseguró que podremos vencer y avanzar en la construcción del socialismo que queremos, basado en la sostenibilidad, la prosperidad y la justicia social.
Recordó que desde el 26 de julio de 1953, los revolucionarios cubanos nos hemos forjado en un incesante batallar y hemos llegado hasta aquí sobreponiéndonos a reveses y venciendo agresiones de todo tipo.
Dijo que faltan cinco meses y cinco días para festejar el aniversario 60 del triunfo de la Revolución... y ese día, nos volveremos a encontrar aquí, en Santiago.
Para entonces, el sol se estrenaba en el horizonte, en el clímax de un hermoso amanecer entre montañas, que alimentó el orgullo de la Ciudad heroica por estar totalmente rodeada por la Sierra Maestra.
El combatiente, con el pecho poblado de medallas, asentía emocionado y miles de banderas volvían a agitarse en manos de pioneros, universitarios, jóvenes. Se hacía realidad el verso del poeta: «Escribo 26 y le contesta el futuro».