ZAZA DEL MEDIO, Taguasco, Sancti Spíritus.— A Yoan Bernal Ramos le sobrevino una preocupación extrema el pasado 28 de mayo, cuando escuchó el estruendo del colapso del puente sobre el río Zaza, que estremeció al poblado de igual nombre: ¿cuándo volvería a ver a su mamá y a otros familiares residentes en el caserío al otro lado del viaducto, a apenas 175,92 metros?
«La noticia corrió por todas partes, y si no hubo más desastre fue gracias a Baracaldo, nuestro presidente del Consejo del Poder Popular, quien sacó a la gente que estaba cerca del puente, porque el pueblo tiene como costumbre venir a ver la crecida. Pensamos que el paso demoraría más, pero por suerte, y por esta Revolución, desde hace días no tenemos que dar la vuelta para cruzar hasta la otra orilla y lo hacemos por el del ferrocarril», refiere mientras pasa con su bicicleta por el referido paso.
Inmediatamente después de la catástrofe, la máxima dirección del Partido y el Gobierno en el municipio de Taguasco, y en la provincia, adoptaron medidas para viabilizar el inevitable flujo de personas entre Zaza del Medio y la cabecera provincial. Por ello se reforzaron rutas con guaguas que debían recorrer una distancia que duplicaba su recorrido habitual de poco menos de diez kilómetros.
«Fueron días muy difíciles. Lo que demoraba normalmente 30 minutos se hacía ahora en cerca de una hora y 45 minutos, porque teníamos que salir a la Autopista, regresábamos al otro lado del puente, y de ahí para Sancti Spíritus. Para nosotros, que nos debemos a un horario estudiantil fue mucho más estresante, porque había que lidiar con las colas para montar, la distancia y las frecuencias», relató Litsy Valdivia, quien cursa el primer año en la Universidad de Ciencias Médicas.
Y como es común en situaciones complejas, no faltó quien se aprovechó para engordar sus bolsillos. Las máquinas particulares subieron sus costos a 30 pesos por persona.
«Para nosotros los estudiantes es imposible costear esos precios. Por suerte ya nos dejan pasar por encima del puente ferroviario, como se hacía en los tiempos de mis abuelos, y de esta forma el tramo que debemos caminar es de unos metros. Esperemos que pronto se arregle el otro puente, el cual nadie imaginó que caería, aunque desde las 10:00 a.m. de aquel día daba señales de que tenía problemas, pues temblaba mucho cuando se cruzaba», recordó Carlos Alejandro Hernández, compañero de curso de Litsy.
Para que los zaceños y sus visitantes tengan al menos una vía menos demorada y traumática —aunque compleja para los temerosos de las alturas o personas con discapacidad—, se trabajó de sol a sol en reparar la socavación dejada por las aguas debajo de uno de los abroches del centenario puente ferroviario, que medía aproximadamente tres metros de profundidad y dos de alto, y que pudo terminar también en otro colapso.
Paso a los peatones por el ferrocarril
Ingenieros, técnicos y constructores casi no han dormido, desde que, en los primeros días de junio, se hicieron dueños —así puede definirse— de una de las márgenes del río Zaza. Con precisión y constancia trabajaron en la fundición por escalones para erradicar los huecos dejados en la tierra que rodeaba una de las columnas del puente ferroviario por la furia de la crecida de las aguas generadas por la tormenta subtropical Alberto.
Según Pedro García González, subdirector de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Ingeniería, de la Empresa de Construcción y Montaje de Sancti Spíritus, el reto ha sido inmenso para aprovechar cada segundo, con el objetivo de cimentar el abroche, una de las columnas que sostiene el viaducto en uno de sus extremos.
«Tras la culminación de esa primera etapa de fundición, informamos que era seguro que la población pudiera transitar por el paso peatonal del puente. Ahora comenzaremos a hacer el mismo trabajo en los laterales del estribo para resolver definitivamente el problema», explicó.
Su brigada, junto a ferroviarios del territorio, labora en cerca de 30 metros de la entrada del puente hacia el pueblo.
«Este puente ferroviario venía presentando problemas, según nos han dicho, pero realmente el descarnado lo generó la última crecida. En la parte superior se retiraron los rieles a la entrada del estribo y se va a colocar todo nuevo. También enrajonaremos a ambos lados para que no ocurran otra vez socavaciones si hay intensas lluvias», añadió.
La misma agilidad en el empeño para tratar de restablecer los servicios ferroviarios a través de esa céntrica localidad del país, no permitió proyectar con exactitud el costo total de los complejos trabajos, que se deben concluir en la primera quincena de este mes de julio. Mas, de acuerdo con la experiencia de García González, no debe descender de los 300 000 pesos.
Según René González Molina, director de Vías Férreas en la Unión Nacional de Ferrocarriles de Cuba, 28 días después de culminar esas acciones se dará el paso a los trenes por esa localidad, estratégica para ese tipo de medios de transporte.
No solo la conexión humana
El derrumbe del puente que une por carretera a la ciudad de Sancti Spíritus con el poblado de Zaza del Medio también afectó las comunicaciones, al desprenderse el cable coaxial. Por ello, especialistas de la División Territorial de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (Etecsa) en Sancti Spíritus buscaron alternativas para darle vitalidad al servicio con rapidez.
«Como alternativa momentánea se colocó el cable fibra y cable cobre por el lado del puente de ferrocarril. Luego se nos dio la tarea de habilitar dos postes de gran altura en ambas cabezas del puente. Pero fue una tarea compleja con el río crecido conectar un lado con el otro», recordó Alberto Francisco Iznaga Espinosa, máximo responsable de la brigada, perteneciente a Operaciones de la red, de Etecsa, que ejecutó la alternativa.
Solo utilizando un bote fue posible pasar el censor, y luego se colocó a uno de los integrantes del colectivo en una silla y pasó colgado de un cable de una margen del río a la otra.
La adrenalina que despertó aquel momento todavía se transpira en el testimonio de Edey Linares González, joven de 25 años, mientras narra lo que sintió cuando lo escogieron para esa tarea que desde hacía mucho tiempo no se hacía en el territorio.
«Pensé mucho en mi niño pequeño cuando me vi sobrepasando el río embravecido. Los compañeros más viejos me dieron el mínimo-técnico y lo hice bien y en el menor tiempo posible», dice ahora aliviado, y asegura que dejó de almorzar al saber el peligro que entrañaba aquella acción.
Lo más complejo
En Zaza del Medio no se descansa, pero aún se desconoce cuándo regresará la normalidad a ese poblado de Taguasco, porque la devolución a la vida del viaducto colapsado impone otras muchísimas jornadas de entrega y de acciones no menos arriesgadas.
«Trabajamos en el aseguramiento de lo que haremos. Ya tenemos en nuestro poder los tubos de acero que se colocarán en las tres columnas afectadas y hacemos movimiento de tierra en un puente cercano a Taguasco para desmontar de ahí las vigas que se pondrán en este», explicó el Subdirector de la UEB Ingeniería.
Luego —aclaró—, según la estrategia ya aprobada, se pondrán tres cajones donde se ubicarán las columnas para sellar el espacio, sacarle el agua y demoler los restos que quedan para montar los soportes de acero.
«Al unísono construiremos una vía por dentro del río hasta el lugar de los trabajos, para que los camiones y grúas lleven los materiales. Eso equivale a rellenar más de seis metros de profundidad, es decir, casi el tamaño de una vivienda de dos plantas. La situación es mucho más complicada que cuando se hizo el puente, pues por fotos sabemos que entonces estaba prácticamente seca el área. Si continúa lloviendo demoraremos mucho más», concluyó.
De acuerdo con los especialistas de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico de Sancti Spíritus, para reducir la profundidad de las aguas del río habría que evacuar casi 200 millones de metros cúbicos del preciado líquido de la presa Zaza, porque el cimiento en la columna central del viaducto se encuentra en la cota de 33,73 metros. Por tanto, el mayor embalse de Cuba se quedaría con unos 528 millones de metros cúbicos, por lo que se puede limitar en un futuro el riego de distintos cultivos.
Así que otra vez la ingeniería cubana se pondrá a prueba para devolverle a Zaza del Medio no solo la tranquilidad, sino además su más preciado y útil símbolo.