La juventud ha de vivir y actuar por el bien de su pueblo y de su época. Esa es una de las enseñanzas vitales que legó Gerardo Abreu Fontán a Cuba, que hoy lo recuerda como uno de sus hijos más valerosos e íntegros, expresó Ronal Hidalgo Rivera, segundo secretario del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
En la ceremonia conmemorativa por el aniversario 60 del asesinato de Fontán, que tuvo lugar en la sede del Consejo de Ministros este martes, el Segundo Secretario de la UJC dijo que este joven revolucionario resulta ejemplo para las nuevas generaciones, las que inspiradas por su coraje y fidelidad reafirman la convicción de que nuestra Isla nunca volverá a ser esclava.
«Su piel negra constituyó una marca vergonzante en una sociedad discriminatoria, en la que la división de clases y las injusticias adornaban el panorama cotidiano. Sin embargo, ello no frenó su sensibilidad e interés por la lectura y el conocimiento», puntualizó.
Junto a Fidel y otros jóvenes rebeldes, Gerardo Abreu luchó incansablemente contra el régimen de Batista. Luego de pertenecer al Partido Ortodoxo se incorporó al Movimiento 26 de Julio en 1953, y formó parte de la dirección nacional por su notable liderazgo y entereza.
En nombre del pueblo de Cuba se depositó una ofrenda floral en la tarja de letras doradas que recuerda a Abreu Fontán, un joven de 26 años, quien decidió «encarar la muerte para dignificar la vida, y morir así, salva».
Al homenaje asistieron Jorge Cuevas Ramos, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido; el coronel de la reserva Víctor Dreke Cruz, presidente de la Dirección Provincial de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, y otros dirigentes del Partido, el Gobierno y la Asociación de Combatientes.