La trascendencia de la unidad, no solo como concepto, fue uno de los hilos conductores de los tres encuentros regionales (occidente, centro y oriente) entre líderes religiosos juveniles y dirigentes de la UJC.
En Bayamo, donde recientemente se desarrolló la reunión de la zona oriental, representantes de varias denominaciones expusieron la importancia de formar valores en los más nuevos, algo que, según afirmaron, es posible hacer con la unión entre las iglesias y las distintas organizaciones.
El intercambio de experiencias facilitó espacios para reflexionar sobre los símbolos nacionales, la patria, la libertad religiosa, el consumo cultural, los hábitos recreativos de la juventud y el nivel de acceso a los medios de comunicación.
Mirley Serrano Chauvín, funcionaria del Comité Nacional de la UJC, habló de seguir eliminando ciertos tabúes, encontrar puntos comunes para la acción y de articular estrategias para la formación de mejores seres humanos.
Orlando Leyva, pastor de la Iglesia Adventista, de Mayarí, Holguín, se refirió al objetivo coincidente de hacer crecer la espiritualidad y de lograr una sociedad mejor.
«Es válido que los dirigentes nos conozcan más, sepan nuestras liturgias, qué hacemos y qué pensamos; eso fortalecerá a unos y otros», expresó Alexander Molet de los Reyes, de la Asamblea de Iglesias Cristianas.
El tunero Maikel Milán, de la Iglesia Pentecostal de Cuba, señaló que puede hacerse más, continuar ganando confianza entre las instituciones estatales y las iglesias, trazar agendas conjuntas y proponer tareas concretas por el bien del país.
Howwen Bennet, de la logia juvenil Dicha Grande, de Guantánamo, narró el homenaje que también preparó esa institución a José Martí vísperas del 28 de enero y acotó que todo lo que transmita amor y paz es bueno para creyentes o no creyentes.
En Sancti Spíritus, que sirvió de sede al encuentro entre la UJC y jóvenes religiosos de las provincias centrales, se abogó con fuerza por la defensa de la identidad nacional.
De acuerdo con la camagüeyana Bárbara González, es necesario que la escuela redoble sus esfuerzos para acercar a los estudiantes a la historia patria mediante métodos atractivos.
La maestra cienfueguera Wendy Tejerar Camacho insistió en el papel de la familia como primer escenario de aprendizaje y donde los niños y niñas reproducen conductas que muchas veces están alejadas de la idiosincrasia cubana. Se instó, además, a valorar la posibilidad de adquirir a precios módicos prendas de vestir con símbolos que representen la cubanía.
En el encuentro de la zona occidental, que tuvo lugar en La Habana, también se debatió sobre cómo encauzar formas para salvaguardar nuestra identidad. «Nos toca a nosotros como jóvenes religiosos buscar mecanismos para fomentar, en las familias que asisten a nuestras iglesias, el amor a la bandera y a la patria, porque somos cristianos y revolucionarios», planteó Dailemy Fernández Prado, perteneciente a la Comunidad Cristiana Enmanuel, de la Fraternidad de Iglesias Bautista de Cuba (Fibac).
Eleodoro Pérez Reyes, jefe de sección del Departamento Ideológico del Comité Nacional de la UJC, invitó a los jóvenes a participar en los diferentes proyectos y actividades de la organización, como es el caso de Cuba en mi Mochila, los campamentos de verano y las rutas históricas que se han desarrollado y seguirán realizándose en todo el país.
Ponderó el trabajo desarrollado para dar cumplimiento a los acuerdos del 10mo. Congreso de la organización, y aseguró que la UJC puede insertarse también en los proyectos que realizan jóvenes de diferentes denominaciones religiosas.