Hay una generación impetuosa, interesada y comprometida en labrar el futuro en esta Revolución tan inédita e inmensa como edificante, se dijo en los debates. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 06:30 pm
Otra vez volvieron a enhebrarse los hilos de un debate provechoso, con la enjundia espesa que emana de las mejores construcciones colectivas, de los más prolíferos ejercicios de pensamiento en alta voz, como sucedió nuevamente este domingo en la Comisión 4, encargada del análisis de la vida orgánica y el trabajo político-ideológico del Partido.
Desde el sentimiento y el compromiso, en armónica relación, los delegados e invitados pusieron énfasis en fundar alianzas y seguir cimentando puentes de acompañamiento entre la organización vanguardia de la sociedad cubana y la UJC.
No ha existido una sola tarea en la que no hayamos podido contar con las sabias enseñanzas del Partido a los jóvenes, reflexionó el delegado villaclareño Yasser Hurtado Chinea, quien considera que la atención se ha manifestado de manera más efectiva y dinámica, específicamente a nivel municipal y provincial. El trabajo de las escuelas del Partido es encomiable por su profundidad y sus contribuciones.
Se escuchó, en voz de Yasser, una evocación ferviente al ideario del Che y a la máxima del Guerrillero Heroico sobre la importancia de vigilar por la vida interna. Y es que, si queremos de verdad enfrentar la subversión, lo primero es hacer lo que nos corresponde en cada lugar. Nos cabe el inmenso orgullo de ser cubanos, cubanos de una Revolución épica, cubanos comprometidos con el socialismo, ponderó con visible emoción.
Lejos de posturas reduccionistas y de élite, la delegada cienfueguera Susely Morfa González expuso con absoluta diafanidad que la UJC no solo es la militancia que integra la organización, sino que tiene el encargo social, el altísimo compromiso político de ocuparse de todo el universo juvenil. De ello se infiere que no son pocos los desafíos para llegar, con propuestas y acciones, a cada uno de los espacios en los que haya una persona de este segmento poblacional.
Buscamos contar con más organizaciones de base. Nos interesa potenciar una militancia cada vez más proactiva. Pero para ello se nos revela decisivo abrir el espectro, ensanchar los horizontes de nuestra gestión, siempre de conjunto con el Partido y las organizaciones de masas, razonó.
Hay jóvenes que son buenos y no hemos sabido llegar a ellos. Como ninguna juventud del mundo, la nuestra tiene espacios de participación que hay que seguir enriqueciendo y dotándolos de atractivos, en una integración bien pensada y articulada, resumió.
Promover la combatividad
No por azar, tras la intervención de Susely, el miembro del Buró Político Salvador Valdés Mesa acentuó que la atención a la juventud posee un carácter estratégico. Y en un momento de síntesis fue claro al desmontarle un adjetivo a la combatividad, cuando dijo que esta no podía ser estéril: hay que promoverla, hay que darle sentido, intencionalidad, significó.
Dándole continuidad a lo que devino un esbozo colectivo de lo que debe caracterizar hoy a un militante del Partido, y lo que hace falta para que la organización se siga nutriendo de lo mejor con que cuenta la sociedad cubana, la tunera Yoslaine Monteagudo Morales compartió que la esencia de tener buenos cuadros radica en la manera en que atraemos con métodos novedosos para el trabajo político-ideológico, que necesita sentirse y saberse desarrollar.
Precisamente, una configuración crecida, múltiple y transversal de lo que es ese tipo de trabajo se dejó entrever por la delegada camagüeyana Yamilka Jaque Flores, quien mostró preocupación por el momento en que, debido a ciertos descuidos, no se presta suficiente interés por las motivaciones, especialmente de los pioneros, adolescentes y jóvenes. Y habló, sin que fuera un simple añadido, de María Silvia y Elpidio Valdés.
Quizá, sin proponérselo, en medio de un debate apasionado, pudo hasta provocar en algunos de los asistentes fotogramas nostálgicos de vuelta a la infancia, mientras se entendió, con fuerza, su alerta sobre la necesidad de preservar nuestros símbolos más autóctonos al aludir a estos emblemáticos personajes, si queremos apostar por lo cubano.
Marcado por las fibras de la cultura en su acepción más antropológica, no solo vista desde lo artístico y lo literario, el delegado pinareño Luis Miguel Martínez Hernández narró, con un sentido de pertenencia y un orgullo envidiables, la experiencia del proyecto que él coordina en su lejana comunidad de Puerto Esperanza, donde las esperanzas han encontrado asideros concretos.
El grupo La Camorra es de los tantos ejemplos que se enunciaron en la Comisión 4, con una incidencia fuerte en la formación y educación de las nuevas generaciones. Eso también es trabajo político-ideológico: prestar atención a las familias disfuncionales, por ejemplo, y entre muchas otras acciones, ayudar a las personas y ponerlas en función del desarrollo de la sociedad.
Conectarnos con lo comunitario
Lo más enriquecedor de los intercambios, tanto del que tuvo lugar este domingo, como el suscitado en la tarde del pasado sábado, fue la frescura y el dinamismo con que se manifestaron los criterios. No se veló por una estructura rígida del debate. Y era lógico aquí, en virtud de predicar con el imperativo de romper las rutinas y los esquematismos. Eso favoreció la labor de una comisión heterogénea en su composición.
Por ello, es permisible que un resumen de esta naturaleza obligue a nutrirnos de lo planteado en ambas jornadas, buscando las pautas esenciales, las conexiones entre lo dicho en uno y otro día, que no son pocas ideas, si nos atenemos a lo referido por la delegada habanera Rosario Pentón Díaz, cuando dijo que hay una relación sustancial inevitable entre lo funcional y lo ideológico.
Quedó apoyado tal presupuesto con las palabras de la invitada camagüeyana Yumara Acosta, médico en Venezuela, quien contó sobre lo que hacen en tierras bolivarianas con los jóvenes profesionales de la Salud a través de los matutinos, por citar solo una de las acciones con la que fortalecen los principios y valores de la Revolución.
Y eso es vital para que no ocurran rupturas ni cuñas entre las nuevas generaciones y los de más edad, aunque no pasará, por más que haya quienes se empeñen en avizorarlo, aseguró Yuri Belén Ramírez, de Artemisa.
Pero se impone un trabajo diferenciado desde todos los ámbitos de la sociedad. Odalis Batista Pérez, de Las Tunas, describió las gratificaciones y los empeños que han acompañado al proyecto de trabajo integrado comunitario Por nosotros mismos, de esa provincia.
Se ha tratado, esencialmente, de identificar aquellos recursos materiales que existen en cada lugar y ponerlos a disposición de la solución de los problemas, con un pensamiento estratégico, que es definitivo, sostuvo.
Movido por lo que debe hacerse en la comunidad, ahí donde se combinan los recursos y la vida se nos hace intensa, Odalis Fuentes Córdova, delegada guantanamera, apostó por un mayor intercambio del activista del área de residencia con los militantes y factores del barrio. No siempre se da la participación activa de la militancia de la UJC y el Partido en los procesos de rendición de cuentas y en las actividades de los CDR. Tenemos que revertir tal realidad, reclamó.
Abelardo Álvarez Gil, miembro del Secretariado del Comité Central, alertó que el escenario comunitario va a seguir cambiando y será cada vez más complejo. Por ello, lo que se haga tiene que desarrollarse con los pies puestos en la tierra. Los núcleos zonales y los activistas del área de residencia han de unirse en esa labor.
Que no se dude del futuro
Sobre la necesidad de ser previsores, tanto en la vida orgánica del Partido, como en el acompañamiento y el control de este a la gestión de las administraciones, se habló de manera recurrente.
Casi en los finales del trabajo de la Comisión se aludió a la cultura comunicacional, que no es solo responsabilidad de los medios, sino también de las fuentes, y así quedó añadido en los documentos presentados.
Además, resultó tema de convergencia la importancia de una labor política diferenciada del Partido, por sectores, lugares y grupos, atendiendo a las particularidades que nos definen. Y es que en el fragor vibrante del ejercicio al que se sometieron los delegados e invitados, se notó la diversidad de Cuba.
Afables, firmes y radiantes lucieron los jóvenes presentes, entre ellos la delegada camagüeyana Ivisel Infanta Delgado, quien se pronunció por que los documentos que se aprueben en este Congreso se conviertan en verdaderas herramientas de trabajo y de estudio.
A propósito de que algunos se cuestionan hoy si existe o no una juventud apolítica y no protagónica en Cuba, la invitada Jennifer Bello Martínez fue resuelta al afirmar que hay una generación impetuosa, interesada y comprometida en labrar el futuro en esta Revolución tan inédita e inmensa como edificante.
Al término de la jornada de este domingo se discutió y aprobó el Anteproyecto de Resolución del 7° Congreso acerca del cumplimiento de los Objetivos de la Primera Conferencia del Partido, que será presentado hoy en sesión plenaria, una propuesta que condensa todo lo discutido y evaluado, con énfasis en lo cualitativo, lo cual tiene un gran valor, como expresó Salvador Valdés Mesa, quien condujo durante estos dos días los debates que se suscitaron, provechosos según su criterio.