Las actividades en la comunidad fueron uno de los platos fuertes del verano. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 06:17 pm
CAMAGÜEY.— «El desarrollo del verano 2015 posee una valoración positiva en todo el país, y ese criterio se fundamenta en la opinión expresada por la población, aunque todavía quedan insatisfacciones, principalmente en la calidad de las ofertas, su diversidad y especialización, y en los elevados precios para acceder a algunas de estas», expresó aquí Joan Cabo Mijares, miembro del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), durante una visita a este territorio, sede nacional de las actividades del cierre de la actual etapa estival.
«La opinión del pueblo —apuntó— refiere que ha sido una jornada cargada de actividades, en la que se ha dejado atrás la improvisación para ceder paso al pensamiento y desarrollo de nuevas acciones perdurables en el tiempo, que permitan el disfrute también de la cultura genuina y de buena calidad», refirió.
Cabo Mijares reiteró que los gobiernos provinciales y las organizaciones políticas y de masas en cada una de las provincias del país han hecho un esfuerzo para transformar esas insatisfacciones y proponer otras ofertas más asequibles a la economía familiar, de manera que esta pueda participar masivamente.
Se rescató —aseguró el dirigente juvenil— el gran bailable de pueblo, a plaza llena de gente, con agrupaciones que gozan de prestigio y popularidad en toda la nación.
Recalcó el rol desempeñado por los jóvenes de la vanguardia artística del país y los Instructores de Arte. «Ellos asumieron el concepto de recreación como uno amplio, diverso y sano, y además demostraron en la práctica cuánto más se puede hacer por las comunidades distantes».
Insistió en que se mantuvo el trabajo sistemático y directo con el talento local en los municipios, «lo que permitió un balance entre las propuestas nacionales y aquellas más comunitarias», comentó.
La idea —recalcó— es no renunciar a ninguna propuesta, sino implementar variedades y mantener aquellas que sean viables, atemperadas a la realidad de cada localidad.
Agregó que el Inder y los ministerios de Cultura y Educación, este último con sus cursos de verano y campamentos de pioneros, desempeñaron un rol fundamental durante el verano, «porque desplegaron —acentuó— cientos de actividades en las comunidades, esencia también de todo lo que se transformó».
Subrayó que en lo adelante el desafío para todos los gobiernos locales y provinciales será extender, durante todo el año, ofertas de recreación, para que los jóvenes, adolescentes y niños, y la familia cubana, puedan disfrutar de estas, más allá de la gran fiesta estival. «O sea, no hay que esperar diez meses para recrearse», resaltó.
«Las cosas que quedaron bien —apuntó—, las buenas experiencias, deberán ampliarse y ponerse en práctica, según las posibilidades de cada territorio».
Resaltó a las provincias de Santiago de Cuba, Matanzas, La Habana y Camagüey, por el diseño de múltiples opciones durante los meses de julio y agosto, en lo que la integración de factores permitió no solo crecer en ofertas, sino en su calidad.