Cuba llegó a Dakar en el año 2000 con casi todos los objetivos educativos cumplidos. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 06:07 pm
Solo uno de cada tres países del mundo ha alcanzado la totalidad de los objetivos de Educación para todos entre 2000 y 2015. La noticia entristece. Dignidad humana, inclusión social, desarrollo sostenible, términos que tanto citan los gobernantes de hoy, pasan ineludiblemente por la necesidad de elevar los conocimientos de los ciudadanos para que puedan insertarse y comprender el mundo que les rodea.
Sin embargo, el informe de seguimiento de Educación para todos realizado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), dado a conocer recientemente, traía un anuncio halagüeño para los cubanos: el único país de América Latina que logró cubrir esos objetivos fue Cuba. Y si bien la noticia es recibida con alegría, no se pasa por alto cuánto queda por hacer en esa esfera.
Engendrar la maravilla
«Los resultados de Cuba demuestran la importancia de la voluntad política y la efectividad de la educación pública», expresó el Doctor Lisardo García Ramis, director del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, al valorar los logros que en ese campo ha alcanzado nuestro país.
«Cuando llegamos a Dakar en el año 2000, casi todos los objetivos los cumplíamos. Teníamos la educación hasta el noveno grado gratuita y con cobertura universal, declarada en la Constitución como obligatoria, y en nuestro país no había analfabetismo desde 1961», argumentó.
«Los resultados de hoy no son la obra de un momento. En la atención a la primera infancia hay un proceso que surge de conjunto con las familias y que se relaciona también con la protección que brinda la salud pública al niño, incluso desde antes de nacer.
«Tenemos los círculos infantiles, magníficas instalaciones, pero que no alcanzan para todos. Sin embargo, el programa Educa a tu hijo permite atender al 78 por ciento de los niños y niñas de toda la nación. Perfectible, sí, lograr que nuestros promotores estén cada día más calificados es un anhelo.
«Por ejemplo, comentó, nadie concibe que la familia no lleve a su hijo al preescolar, incluso el propio niño no lo aceptaría. Y es una matrícula estable, que asume el Estado cubano, sin ser obligatoria en el Sistema Nacional de Educación. Y no tenemos grandes recursos, pero sí creatividad y dedicación».
García Ramis puntualizó que según datos del último Censo de Población y Viviendas, el nivel promedio alcanzado por los cubanos es de algún grado más después del noveno, aunque no es igual en todos los territorios. «Las mujeres, enfatizó, tienen los más altos índices en muchos de estos parámetros, por lo tanto en este aspecto la equidad de género es algo resuelto para nosotros».
El Doctor Lisardo consideró interesante la proporción entre los alumnos que empiezan el primer grado y los que terminan la Primaria. Se atiende de manera particular a quienes no tienen los objetivos vencidos, y a veces se critica que se pasen de grado para luego seguir trabajando con ellos.
«Pero lo cierto es que en diciembre, a solo cuatro meses de iniciado el curso escolar, todos los niños y niñas de primer grado saben leer, lo que es motivo de orgullo para la familia cubana».
Al referirse a la retención en Primaria y Secundaria Básica, destacó que no tiene comparación con el resto de América Latina, donde hay matrículas altas, pero solo menos del 50 por ciento termina los estudios.
«Además, casi el ciento por ciento de aquellos que terminan la enseñanza Media continúan en una institución educativa. Quizá los padres no quisieran que fuera un obrero calificado, sino un técnico; o el muchacho hubiera preferido ir al Preuniversitario, pero tiene la posibilidad, de manera gratuita, de prepararse y ser un hombre de bien y útil.
Casi el ciento por ciento de aquellos que terminan la enseñanza Media en el archipiélago continúan en una institución educativa. Foto: Roberto Ruiz.
«El Preuniversitario es más selectivo y trabajamos para que accedan mejor preparados a la Universidad. Hay que señalar también que se ha elevado la retención en el ciclo de la Enseñanza Técnica Profesional, aunque no estamos conformes.
«De manera particular quiero destacar que los niños y niñas con dificultades educativas especiales son atendidos hasta la Secundaria, incluso algunos logran llegar hasta altos niveles educacionales. Esto que para algunos podría ser un sueño, para nosotros es una realidad».
Más adelante indicó que, si bien los niveles cuantitativos de la educación cubana son muy difíciles de superar, el país es muy crítico con lo alcanzado en el orden cualitativo.
«Para nosotros no solo es importante que el alumno se apropie de los conocimientos de las asignaturas que conforman un currículo, ponemos especial énfasis en los valores, en todo lo que tiene que ver con lo formativo, con la identificación con nuestra realidad nacional.
«No solo necesitamos personas aptas para el trabajo, para el mercado laboral, sino hombres y mujeres cultos e instruidos, y sobre todo que tengan los valores de un revolucionario».
En este sentido, refirió que desde 2003 se ha dotado a las escuelas de medios audiovisuales, computadoras, paneles solares para aquellas que no estaban electrificadas y merienda escolar, así como se incrementaron los programas de enseñanza artística con la presencia de los instructores de arte y se pusieron en práctica otros programas referidos a la educación sexual y la educación física, que complementan el currículo.
«Claro que todo esto puede ser mejor, subrayó, pero son pasos que se dieron para elevar la calidad, y se sigue trabajando».
Al referirse a la preparación y superación del personal docente, el Doctor García Ramis puntualizó que se reabrieron las escuelas pedagógicas, que dotarán a las escuelas primarias de los maestros que se necesitan.
«Entre las prioridades actuales está mejorar la cobertura y la preparación de los docentes, y fortalecer los sistemas de ayuda metodológica; pero hay que resaltar que el ciento por ciento de nuestros maestros están cualificados, lo cual no es una realidad en muchos países del mundo».
Yo, sí puedo
Cuba se declaró territorio libre de analfabetismo en 1961, por ello este objetivo ya estaba vencido cuando se instituyeron las metas de Dakar. Sin embargo, la vocación solidaria de nuestro país le hizo involucrarse en el proceso y surgió así, en el 2001, a iniciativa de la pedagoga Leonela Relys, recientemente fallecida, el método de alfabetización «Yo, sí puedo», el cual se ha empleado en 30 países.
A través de ese novedoso programa, que incluye la utilización de los medios audiovisuales, han aprendido a leer y escribir nueve millones de personas, mientras 533 000 están matriculados en estos momentos.
Venezuela, Bolivia y Nicaragua terminaron exitosamente sus campañas, y el «Yo, sí puedo seguir», para alcanzar el sexto grado de escolaridad, cuenta ya con 1 113 000 graduados.
Educación para todos
Hace casi 25 años que nació en Jomtien, Tailandia, el movimiento de Educación para todos (EPT). Delegados del mundo entero firmaron entonces un compromiso histórico de «satisfacer las necesidades básicas de aprendizaje, mediante la universalización de la enseñanza Primaria y la reducción drástica de los índices de analfabetismo».
Diez años después, en el 2000, en el Foro Mundial sobre educación que se realizó en Dakar, Senegal, 164 Gobiernos concertaron el marco de acción «Educación para todos: cumplir nuestros compromisos comunes».
Desde entonces, la Unesco empezó a elaborar informes de seguimiento para supervisar los avances, señalar las deficiencias y formular recomendaciones con miras a la agenda mundial para el desarrollo sostenible después de 2015.
Entre los resultados positivos se encuentran que desde el año 2000, el número de niños y adolescentes sin escolarizar ha disminuido a casi la mitad. Los mayores avances se lograron en la paridad entre los sexos, mientras los países han intensificado las labores de medición de los resultados del aprendizaje mediante evaluaciones nacionales e internacionales.
Aunque se ha avanzado, la Educación para todos no es una realidad en todo el mundo, y luego de 15 años, 58 millones de niños están sin escolarizar y otros 100 millones no terminan la enseñanza Primaria.
La probabilidad de no ir a la escuela es cuatro veces mayor entre los niños más pobres que entre los más ricos.
Los conflictos siguen siendo enormes barreras para la educación. La mala calidad del aprendizaje en la enseñanza Primaria provoca que todavía haya millones de niños que dejan la escuela sin haber adquirido las competencias básicas.
Además, la educación sigue estando insuficientemente financiada; muchos Gobiernos han incrementado el gasto educativo, pero la mayoría le asigna menos del 20 por ciento del presupuesto.
Informe por dentro
El proceso de seguimiento del cumplimiento de las metas de Educación para todos llevó consigo la edición de un informe anual a cargo de la Unesco. Algunos datos divulgados en su último resumen revelan la situación mundial.
Entre muchísima información destaca que la insuficiente atención a las minorías marginadas ha hecho que la probabilidad de que los niños de las familias más pobres terminen la enseñanza Primaria sea cinco veces menor que la de las familias más ricas. También cabe señalar que un tercio de los niños sin escolarizar vive en zonas azotadas por guerras o conflictos.
El informe reseña que, aunque un 46 por ciento de los países han logrado escolarizar a todos aquellos jóvenes en edad de acceder a la Secundaria Básica, un tercio de los que viven en países de ingresos bajos y medios no lograrán terminarla.
Los datos referidos a la mujer son impactantes: ellas siguen constituyendo casi dos tercios del total de la población analfabeta mundial, mientras los embarazos y matrimonios precoces son un obstáculo para el aprendizaje de la masa femenina.
Las brechas entre ricos y pobres y entre hombres y mujeres siguen marcando el acceso, y con ello, las posibilidades de lograr ser útiles y participar del mercado laboral.
Con respecto a América Latina, el resumen anual de la Unesco señala que un poco más de la mitad de los países de la región logró que la tasa bruta de matrícula en la enseñanza Preescolar alcanzara un 80 por ciento o más, entre ellos Chile, Ecuador, México y Perú.
En Guatemala y Brasil, por ejemplo, se han registrado importantes avances en el acceso de los niños de las familias más pobres, mientras el Caribe tiene la situación más desventajosa.
Un 13 por ciento de los países latinoamericanos y caribeños ha logrado matricular a la totalidad de la población con edad para la Secundaria Básica, y otro 17 por ciento se aproxima a ese logro. Mientras tanto, el analfabetismo disminuyó en un 26 por ciento, aunque unos 33 millones de personas adultas no saben leer y escribir, de los cuales el 55 por ciento son mujeres.
Otro dato importante es que el 60 por ciento de los Estados de América Latina y el Caribe han logrado paridad en el ingreso a los estudios de las niñas y los varones, mientras aumenta la preocupación por la calidad de la enseñanza, lo cual se manifiesta en la realización de evaluaciones del aprendizaje de carácter regional o internacional.
Ahora queda a la comunidad internacional un nuevo encuentro para trazar las metas hasta el 2030, el cual se realizará del 19 al 22 de mayo próximo en Incheon, República de Corea.
Si bien se han logrado muchas cosas desde el 2000, quedan otras muchas por hacer. El mundo volverá a plantearse objetivos nuevos o aplazados, pero de nada servirá si la mirada no se inclina hacia los más pobres del mundo, y de ese modo, el propósito de Educación para todos sea una realidad.
Metas que siguen siendo promesas
Los objetivos globales de Educación para todos en el período 2000-2015 son los siguientes:
Objetivo 1: Extender y mejorar la atención y educación a la Primera infancia: Un 47 por ciento de los países lo logró, mientras un 20 por ciento está muy lejos de alcanzarlo.
Objetivo 2: Lograr la universalización de la enseñanza Primaria: Un 52 por ciento lo logró, pero un 38 por ciento se encuentra lejos de alcanzarlo.
Objetivo 3: Garantizar que los jóvenes y adultos tengan iguales oportunidades de acceso al aprendizaje y la adquisición de competencia para la vida diaria: Un 46 por ciento de los países ha logrado la escolarización universal de su población en edad de cursar la Secundaria Básica, y a nivel mundial aumentó en un 27 por ciento.
Objetivo 4: Lograr una reducción de un 50 por ciento en los niveles de analfabetismo en la población adulta: solo un 25 por ciento de los países lo han logrado, y las mujeres son casi dos tercios del total.
Objetivo 5: Suprimir la disparidad entre los sexos: Un 69 por ciento de los países lo logró, pero solo un 48 por ciento lo alcanza en el nivel de Secundaria Básica.
Objetivo 6: Mejorar la calidad de la educación y obtener resultados de aprendizaje mensurables: se necesitan cuatro millones de maestros más para lograr la escolarización de todos los niños de enseñanza Primaria. Un tercio de los países carece de un número suficiente de docentes calificados.
La clave es la calidad
«La autocomplacencia es mala, y sabemos que hay aspectos que tenemos que seguir profundizando, sobre todo en el orden cualitativo», expresó Ena Elsa Velásquez Cobiella, ministra de Educación, durante la presentación del informe mundial.
«Algo que distingue a Cuba es la voluntad política de que la educación sea una prioridad, y se destinan los recursos para que todos nuestros niños, adolescentes y jóvenes asistan a los centros escolares y reciban el proceso docente-educativo.
«La calidad es nuestro principal objetivo. En el orden cuantitativo se puede seguir trabajando, aunque tenemos altos logros. En este objetivo es clave la buena formación de los maestros y su superación, así como que cada territorio cuente con la cantidad de docentes que necesita.
«Una delegación del Ministerio de Educación estará presente en el próximo Foro Mundial de Educación para todos, en la República de Corea. Allí se trazarán nuevas metas y nosotros iremos con nuestros resultados, perspectivas de trabajo y ofreceremos nuestra colaboración a otros países del mundo que lo requieran».