De izquierda a derecha Alejandro, Arturo, Enif, Osvaldo, Alexander, Miguel y Javier, todos investigadores del peligroso molusco. Autor: Hugo García Publicado: 21/09/2017 | 06:06 pm
Matanzas.— Un grupo de especialistas prospectaron esta semana 16 sitios en la bahía de Matanzas y la declaró libre del impacto dañino del Mejillón verde (Perna viridis) al determinar que no existen poblaciones en dicha rada.
«En Matanzas hemos prospectado 16 sitios y no lo encontramos en los canales de enfriamiento de las termoeléctricas Antonio Guiteras y José Martí, lugares de predilección donde se reportan las densidades de esta especie, parece que por la disponibilidad de alimentos», explica a JR el máster Alexander Lópeztegui Castillo, investigador auxiliar del Centro de Investigaciones Pesqueras.
«Con esa tranquilidad fuimos a otros sitios como muelles, espigones, cascos de barcos hundidos, revisamos ambas laderas de la bahía, la desembocadura y puente del río Canímar, la playa Buey Vaca, por lo que la bahía puede declararse libre de impacto de los mejillones.
«Hasta el momento se han prospectado once bahías y un sitio adicional que es un puesto pesquero en Casilda, donde tampoco encontramos la especie», refiere.
El también biólogo afirmó que de todos estos lugares donde único se ha encontrado el mejillón verde es en las bahías de El Mariel y de Cienfuegos. En esta última fue donde primero se reportó en 2005 y cuando se hizo el reporte científico las densidades eran de 20 000 ejemplares por metro cuadrado, muy alta, sobretodo en las áreas cercanas a la termoeléctrica.
«En el futuro inmediato pensamos efectuar la prospección de las bahías de Moa y, aunque la de Guantánamo es complicada, pienso que en algún momento estemos allí por su importancia», añade el experto.
En Cuba el Centro Nacional de Áreas Protegidas lleva a cabo este proyecto sobre la prevención, control y manejo de especies exóticas invasoras, que ya incluyen varias en nuestro país y que han causado impactos importantes desde el punto de vista ecológico en la biodiversidad y en la economía.
Lópeztegui Castillo especificó que la especie más llamativa en la parte marina o acuática es la claria, lo cual alarma a la población, pues en algunos ecosistemas ha desplazado a algunas especies.
«En el caso del mejillón verdes, al proliferar mucho en los canales de enfriamiento de las termoeléctricas y algunas otras industrias localizadas en las márgenes de las bahías, ocasiona pérdidas económicas porque esos centros tienen que parar periódicamente para realizar la limpieza.
«Con este proyecto tratamos de tener una idea de la distribución del mejillón verde en Cuba. Por eso hacemos la prospección nacional para ver los sitios donde se encuentra presente la especie.
Las prospecciones se dirigen primero a las bahías porque la hipótesis de la entrada más probable de la especie a Cuba es a través del agua de lastre de los barcos y de los cascos de las embarcaciones.
«Desafortunadamente, encontramos el mejillón verde en la bahía de Mariel, donde las densidades no son tan altas, por lo que no es difícil el control. Después hicimos una evaluación de la abundancia y teniendo en cuenta la relativamente poca abundancia, comparada con Cienfuegos, pensamos que es posible mantener el control de la población mediante la extracción manual, que es el mecanismo que aplicamos, por ser amigable con el medio ambiente ya que no se aplican sustancias químicas ni pinturas desincrustantes».
Hasta el momento se han hecho tres acciones de erradicación, teniendo en cuenta la época de reproducción para eliminar los animales antes que se reproduzcan, principalmente en los meses de abril y mayo.
«Hemos comprobado que ha disminuido la cantidad de mejillones en la bahía de Mariel y Cienfuegos, con el detalle de que en Cienfuegos tenemos la ayuda de la población, porque sus conchas sirven para la artesanía, aunque no se debe ingerir ya que está contaminada y exceden las normas para los productos alimentarios.
«En los laboratorios hemos analizado las muestras de Cienfuegos buscando metales pesados y microbiológicos, valorando la posibilidad de si se podría consumir, pero finalmente los resultados apuntan a que no se deben ingerir en Cienfuegos porque hay grandes concentraciones de arsénico, mercurio e hidrocarburos aromáticos poli cíclicos, que pueden tener efectos cancerígenos; por lo que puede ser peligroso», insiste.
En la bahía de La Habana se prospectaron hace dos años 14 puntos y no se encontró la especie.
El equipo de trabajo lo integraron especialistas del Acuario Nacional, del Centro de Investigaciones Pesqueras y del Instituto de Oceanología, sumado al apoyo del Citma matancero.
Además, intervinieron los biólogos cienfuegueros Miguel Gómez Batista y Alejandro García Moya; del Acuario Nacional los biólogos Enif Pino Ríos, Arturo del Pino, y el buzo Osvaldo Hernández Trobo; y Javier Suárez Armas, del Centro Nacional de Áreas Protegidas.