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FEEM y BTJ: Hermanadas en la utilidad y la virtud

La Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media y las Brigadas Técnicas Juveniles siguen teniendo la misma actualidad que en sus momentos fundacionales

Autor:

Margarita Barrios

A pesar del paso de los años, la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ) siguen teniendo la misma actualidad que en sus momentos fundacionales.

La FEEM surgió el 6 de diciembre de 1970. Tenía como antecedente a las Brigadas Estudiantiles José Antonio Echeverría, y si bien en un inicio agrupó a los estudiantes de la enseñanza media y media superior, luego se limitó a los últimos.

Es así que hoy tiene un universo disímil de jóvenes que cursan estudios en los preuniversitarios, politécnicos, escuelas de deporte, de arte y de formación integral y pedagógica.

Ganar en dinamismo, creatividad y mayor protagonismo para que la FEEM se haga sentir en cada centro y su funcionamiento fluya dentro del grupo de estudiantes es propósito de la organización, luego que el año pasado sometió a debate muchos de estos temas y la llevaron a asumir nuevos estatutos.

Así lo definió José Ángel Fernández Castañeda, presidente de la organización, quien asegura que entre sus retos está que cada estudiante conozca su FEEM desde dentro, su historia y se sienta representado por ella.

«Luchar contra el fraude académico y la indisciplina social son también tareas de primer orden para nosotros», destacó.

Como prioridades asumen la consolidación del estudio como principal deber y el cumplimiento del reglamento escolar, sin abandonar el trabajo político-ideológico, la formación de valores, la orientación vocacional y la atención especial a las escuelas de formación integral, técnico-profesional y formadoras de maestros.

Por su parte, el término Brigadas Técnicas surgió entre 1961 y 1962 en la Facultad de Tecnología de la Universidad de La Habana. Eran un grupo de estudiantes de tercero y cuarto años de Ingeniería y Arquitectura que, en coordinación con el Ministerio de Industria, iban a las fábricas para tratar de resolver problemas de esa índole. La idea se consolidó cuando tuvo lugar la graduación del primer contingente de obreros calificados. Eran poco más de 4 200 entre mecánicos generales, automotrices, plantilleros, electricistas y dibujantes.

Finalmente, el 6 de diciembre de 1964 se decidió la creación de las BTJ, y en menos de un mes ya había diez unidades de base y otras 30 estaban en fase de organización. El objetivo era despertar en los jóvenes el interés por la superación, el conocimiento y destrezas y habilidades; y también para aplicarlos a favor de cubrir las necesidades del país.

Las BTJ tienen mucho que hacer hoy, asegura Liset González García, su presidenta, y el reto está en contribuir desde cada uno de nuestros puestos de trabajo al desarrollo económico del país.  De manera especial destacó que en el municipio capitalino de Boyeros se creó la primera sección de base de trabajadores por cuenta propia. «Esto demuestra que nos estamos revitalizando y sabemos que son muchas las cosas que podemos hacer».

Además, señaló, las BTJ cuentan con más de 300 000 integrantes agrupados en más de 30 000 organizaciones de base, y están realizando un proceso de reordenamiento acorde con las nuevas condiciones económicas del país.

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