Varadero, Matanzas.— Las adicciones no son un problema en Cuba, pero sí en el resto de América Latina, expresó a la prensa la Doctora María Fontemachi, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Niñez, Adolescencia y Familia, quien participa en el V Congreso Latinoamericano de niñez, adolescencia y familia y en el III Congreso Cubano y Caribeño de Salud Integral en la Adolescencia, que se desarrolla en los salones del Centro de Convenciones Plaza América.
«América Latina tiene que estar integrada y unida, para tratar los temas importantes de la vida de cada uno de los que vivimos en este hermoso continente», sostuvo antes de impartir su conferencia magistral Derechos del niño y salud mental: una realidad preocupante.
Expertos de 13 naciones discuten e intercambian en cinco comisiones de trabajo temáticas relacionadas con las políticas públicas y legislativas; la violencia familiar, el embarazo adolescente; la educación sexual; la protección de la familia; la justicia penal, juvenil y de la familia; las adicciones y la discapacidad.
Los temas principales son la infancia, la adolescencia, y la familia, los cuales son abordados por profesionales de distintas esferas, entre ellos abogados, magistrados, médicos, psicólogos y trabajadores sociales.
La edad en la que se adolece
El profesor norteamericano de Pediatría de la Universidad George Washington, Tomás Silber, refirió a este diario datos sobre lo que se ha estudiado con imágenes radiológicas del cerebro a distintas edades, en los que se ha visto cómo madura el cerebro, cómo se crean primero una gran profusión de materia gris que después se especializa y luego se recubre de la sustancia blanca de mielina, y eso va de atrás hacia adelante, lo que explica la impulsividad de los adolescentes, porque la parte delantera, que es la frontal, es en la que se piensan y se toman las decisiones.
Silber, representante de la Organización Panamericana de la Salud, expuso que se tienen programas y estrategias técnicas para ayudar a los países de la región, para el mejor entendimiento de la salud de los adolescentes, grupo que durante mucho tiempo estuvo descuidado.
«La adolescencia es una edad complicada, pues es cuando se adoptan las costumbres que matan a los adultos: se empieza a fumar, a beber, se inician las relaciones sexuales sin protección, se marca la obesidad, y hay estudios que muestran que si logramos proteger a los adolescentes de esos males, el riesgo de que sean adultos con problemas disminuye de manera increíble».
Me encanta trabajar con los adolecentes, precisó Silber, quien considera que el cerebro madura entre los 25 y 28 años. «Intelectualmente los adolescentes maduran bien temprano; a los 12 o 14 años la mayoría pueden tomar decisiones con respecto a su atención médica, sin embargo el asunto es la inteligencia emocional, saber regular los impulsos».
Silber agregó que los psicólogos afirman que hay dos sistemas del cerebro que funcionan en los adolescentes: cognición fría y la caliente. «La fría es cuando toman decisiones lógicas, cuando se estudia o se juega ajedrez, cuando se está tranquilo y se tiene tiempo para pensar las cosas. La caliente es cuando hacen cosas en medio de una emoción profunda».
El médico insiste en que a los adolescentes hay que ayudarlos a que aprendan a transformar su cognición caliente en fría. Silber impartirá este jueves, en el salón plenario, la conferencia Maduración cerebral adolescente y capacidad decisional.