Cuba deja de ingresar más de 400 000 000 de dólares anuales a la economía nacional por la aplicación de las leyes del bloqueo norteamericano que impiden las ventas de tabaco en esa nación norteña.
De no existir esa injusta medida se podrían comercializar unos 150 000 000 de unidades de las reconocidas vitolas de Habanos.
Jorge Luis Fernández Maique, vicepresidente de la Corporación Habanos S.A., encargada de su distribución en más de 150 países, señaló este jueves en conferencia de prensa, que el país caribeño cuenta con la materia prima y la experiencia de sus trabajadores para acometer ese compromiso.
Cuando se levanten esas ilegales restricciones comerciales estaríamos en condiciones de entregar en el primer año unos 50 000 000 de unidades, afirmó.
Recordó que antes de 1959, tabaco, ron y café eran algunos de los productos cubanos que tradicionalmente destinaban sus producciones hacia esa región.
Esta política también niega el acceso al mercado del tabaco mecanizado, sector en que la Isla desarrolló su industria con la finalidad de producir las marcas Minis, Club y Puritos, muy demandados entre los fumadores por su alta calidad.
Estadísticas de los últimos cinco años hablan de la preferencia de hombres y mujeres por este producto cubano.
Con más del centenar de casas comercializadoras distribuidas por todos los continentes, al tabaco cubano se le cierran las puertas en el llamado país de la libertad, después que los Estados Unidos impusiera el más cruel y prolongado bloqueo económico, financiero y comercial en la historia de la humanidad.
Hombres famosos como Abraham Lincoln, Napoleón Bonaparte, Sigmund Freud, Orson Welles, Winston Churchill y Enrico Caruso, entre otros, no pudieron escapar al hechizo ejercido por la combustión de la hoja, acto practicado por los nativos de la Isla y que sorprendiera a Cristóbal Colón y sus acompañantes al llegar a Bariay en 1492.