Artistas recrean la vida en Angerona. Autor: Otoniel Márquez Publicado: 21/09/2017 | 05:38 pm
ARTEMISA.— No imaginaba quizá el alemán don Cornelio Souchay que aquellas tierras que compró el 12 de agosto de 1813 todavía dieran de qué hablar dos centurias después. Y es que la fama del cafetal Angerona, que él fundara, ha sido inspiración para investigadores y escritores, y parte importante de la historia de la ciudad de Artemisa.
Otra vez reapareció don Cornelio y otra vez tuvo vida el poblado de los esclavos. Los artistas del grupo folclórico Obamilé recordaron la vida en un cafetal que se distinguía por las excelentes plantaciones de café y el buen trato de su amo hacia quienes laboraban a su servicio.
A 200 años de la compra, representantes diplomáticos de Alemania, Haití, Angola y Nigeria, junto a historiadores del territorio, descendientes del alemán, y personas que intervienen en el proyecto de restauración del cafetal, recordaron la fecha.
En presencia de Manuel Martínez, vicetitular del Ministerio de Comunicaciones, se canceló un sello de franqueo internacional que recrea un grabado original de la casa vivienda, la imagen actual de la mansión y la estatua de la diosa Angerona.
El excelentísimo señor Jean Victor Généus, embajador de Haití en Cuba, destacó que es un buen momento para rendir homenaje a estos personajes que formaron parte de la historia de esos los pueblos de Haití, Alemania y Cuba. Por su parte Bertha Martínez, quien se ha dedicado por más de 30 años a investigar todo lo concerniente al lugar, expresó que este sitio es orgullo para los artemiseños, pues fue el fruto del empeño de Souchay y la mano suave de Úrsula Lambert.
Durante la jornada, el Doctor Eduardo Fleitas y Guillermo Souchay, descendientes del dueño, sembraron un roble, símbolo con el cual don Cornelio legitimaba sus documentos oficiales.
El cafetal, Monumento Nacional desde 1981, recibe una restauración capital, en la que ya laboran trabajadores de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, asesorados por la Dirección de Patrimonio y la Oficina del Historiador de La Habana, con Eusebio Leal al frente.
Para nuestra fortuna, Angerona resurge. La diosa romana del silencio y la fertilidad de los campos recupera poco a poco el esplendor que tuvo en los tiempos de Cornelio Souchay y Úrsula Lambert, dos personajes envueltos en mitos y leyendas que conducen a historias de amor, pero también de prosperidad y buen trato a los esclavos, en medio de una Cuba esclavista.